Dictado 15 p. 143 para el jueves 4 de mayo

Mi tio Antonio era un hombre escéptico y afable; llevaba una larga y fina cadena de oro que le pasaba y repasaba por el cuello…

Era un hombre dulce… Pero tenía -lo que vale más que todos los títulos- una perspicacia natural, un talento práctico y, sobre todo, una bondad inquebrantable.

– Azorín

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