Desde el atajo, Brihuela tiene muy buen aire, con sus murallas y la vieja fábrica de paños, grande y redonda, como una plaza de toros. Por detrás del pueblo corre Tajuña con sus orillas frondosas y su vega verde.
- Camilo José Cela.
Desde el atajo, Brihuela tiene muy buen aire, con sus murallas y la vieja fábrica de paños, grande y redonda, como una plaza de toros. Por detrás del pueblo corre Tajuña con sus orillas frondosas y su vega verde.