Mi viaje de 8 años ya se terminaba. 8 años y 245 días fue el tiempo que pasé a la deriva, arrastrado por las corrientes.
Todo empezó cuando estaba en lo alto de una palmera, caí, y llegué rodando hasta la playa, donde las olas me arrastraban hacia adentro.
Durante varias horas estuve luchando contra las olas para llegar a la orilla, hasta que me rendí.
Tras nueve días de completo silencio, solo escuchando el agua debajo de mí, y las gaviotas en el cielo, aún veía en el horizonte, la isla de la que venía. Sabía que probablemente no la volvería a ver.
Después de esos nueve días, llegué a una pequeña roca que sobresalía del agua. Para mi sorpresa, estaba llena de vida; cangrejos, erizos, estrellas de mar, peces…
Cambié mi perspectiva del mar, un vasto desierto azul, a la del hábitat de millones de criaturas fascinantes. Desde entonces me lo pasé muy bien, fijándome en las pequeñas criaturas como lo son los peces, hasta a colosales ballenas.
Y después de de esos 8 años, volví.
Allí estaba, isla en la que crecí, la playa donde inicié mi viaje, y la palmera en la que nací.
Maksim Bravo 1A1
Tinc un missatge i un destí,