La relación del mar, por Isiaka Sumareh

noia marEn una cálida tarde en Lloret de mar, se encontraba aquella muchacha de ojos azules que a Juan tanto le chiflaba, aquella muchacha que siempre se encontraba en la orilla del mar y a la que el reflejo de las aguas cristalinas hacían más bella, aquella muchacha de pelo moreno y sedoso  y que siempre estaba acompañada de una sonrisa inmensa y bondadosa que parecía que atraía a las olas.

Juan estaba dispuesto a declarar su amor aunque sabía que le iba a costar lo suyo ya que él era un chico tímido y ella tenía toda la pinta de ser muy abierta, pero no quería arriesgarse a perderla. Se acercó lentamente,  paso a paso, en ese momento sentía como el corazón le salía del pecho y se caía en la arena. cada vez quedaba menos, hasta que escuchó un sollozo. Miró a la muchacha, que estaba de espalda y le dijo: Hola; la muchacha se giró mientras se estaba secando las lágrimas y le contestó con voz temblorosa: Hola. Juan sabía que le pasaba algo y sin pensárselo dos veces le preguntó: ¿Te pasa alguna cosa?; la muchacha le dijo que no le pasaba nada, pero Juan insistió hasta que la muchacha empezó a mover esos preciosos labios de fresa. –Soy nueva aquí y no conozco mucho este pueblo , este mar es lo único que me gusta, pero estoy viendo que la gente lo ensucia ¿Es que a la gente no le gusta la naturaleza?

Juan la miró a los ojos y le dijo: A mí también me encanta este mar, paso la mayoría de tiempo aquí, tengo muchos recuerdos bonitos en este lugar recuerdos que se van borrando por la mancha que los humanos dejamos aquí. Enseguida los dos se hicieron amigos y fundaron una asociación contra la contaminación. No consiguiron gran cosa, pero lograron conseguir una relación a la que les gusta llamar “La relación del mar”.

ISIAKA SUMAREH, 4A2

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