Hace unos días me contaron que hace unos años en el instituto del pueblo había muerto una niña. Nadie habla del tema, profesores y exalumnos mantienen un silencio absoluto sobre el tema. Dicen que por las noches el espíritu ronda entre las clases.
Finalmente, unos compañeros y yo decidimos entrar en el instituto. Primero fuimos a por las llaves del conserje y recorrimos todas las clases. Todo estaba oscuro pero llevábamos linternas para poder alumbrar, de vez en cuando se oían los ruidos de la vieja caldera. De repente, vimos cómo se encendían las luces del aula de tecnología, todos nos asustamos.
Empezamos a oír unos suspiros que provenían de esa aula, poco a poco nos fuimos acercando, la puerta se abrió sola, y todos nos quedamos paralizados.
Entramos en el aula, en la pizarra digital se estaban proyectando unas sangrientas imágenes, y de repente la puerta se cerró de golpe. Gritamos y nos abrazamos con todas nuestras fuerzas. Al lado del proyector, el espíritu de la niña nos miraba y nos hizo sentar en los pupitres. Las imágenes eran escalofriantes. Nos hizo ver esas imágenes una y otra vez. Cuando amaneció el espíritu desapareció y nosotros pudimos salir disparados.
El cielo color plomo estaba anormalmente bajo, tanto que daba la impresión de que se podía tocar. Por la calle flotaba una niebla que se hacía más densa por instantes para después disiparse casi completamente. Todos hicimos un juramento, nunca desvelaríamos las imágenes proyectadas.
M.