Una nueva oda de Fray Luis

Al licenciado Juan de Grial
  ArribaAbajo    Recoge ya en el seno    
  el campo su hermosura; el cielo aoja    
  con luz triste el ameno    
  verdor, y hoja a hoja    
  las cimas de los árboles despoja.  5  
      Ya Febo inclina el paso    
  al resplandor egeo; ya del día    
  las horas corta escaso;    
  ya Eolo, al mediodía    
  soplando espesas nubes nos envía.  10  
      Ya el ave vengadora    
  del Íbico navega los nublados,    
  y con voz ronca llora;    
  y el yugo al cuello atados    
  los bueyes van rompiendo los sembrados.  15  
      El tiempo nos convida    
  a los estudios noble, y la Fama,    
  Grïal, a la subida    
  del sacro monte llama,    
  do no podrá subir la postrer llama.  20  
     Alarga el bien guiado    
  paso, y la cuesta vence, y sólo gana    
  la cumbre del collado;    
  y do más pura mana    
  la fuente, satisfaz tu ardiente gana.  25  
      No cures si el perdido    
  error admira el oro, y va sediento    
  en pos de un bien fingido,    
  que no ansí vuela el viento,    
  cuanto es fugaz y vano aquel contento.  30  
      Escribe lo que Febo    
  te dicta favorable, que lo antiguo    
  iguala y pasa el nuevo    
  estilo; y, caro amigo,    
  no esperes que podré atener contigo.  35  
      Que yo de un torbellino    
  traidor acometido y derrocado    
  de en medio del camino    
  al hondo, el plectro amado    
  y del vuelo las alas he quebrado.  40  

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