LA CELESTINA – APUNTES – 2

LA CELESTINA

  1. LA CELESTINA, REFLEJO DE LA CRISIS DEL SIGLO XV

La Celestina es una obra de transición que cierra la Edad Media y se abre al Renacimiento.

Desde el punto de vista histórico, también es una época de transición. La nobleza se resiste a perder sus privilegios y, a menudo, se rebela contra el debilitado poder real. Va transformando sus rudas costumbres medievales y se hace cortesana, amante de las artes y de las letras. Si la sociedad feudal y caballeresca era eminentemente rural, a finales del XV, y, según vemos en la obra, la vida empieza a desarrollarse en las ciudades.

La Celestina nos presenta la crisis y la transmutación de valores sociales y morales que se desarrolla en la fase de crecimiento de la economía y de la vida en general en la sociedad del siglo XV. Esta crisis social empezaba en la parte alta de la estructura social. Por eso, en la obra, quien desencadena la acción dramática es Calisto. Es esta clase, la de los señores, la responsable del perfil de la sociedad: ella selecciona lo valores y bienes que han de regir en cada momento y es la responsable también de las relaciones ético-sociales de los diferentes grupos.

La calificación de Tragicomedia indica que la relación de subordinación lleva implícita una acción recíproca, es decir, los señores influyen en la vida de los criados, y los criados en la vida de los señores. Y es en esta reciprocidad de influencias donde radica la verdadera significación social. Tradicionalmente, tragedia y comedia se definían según dos planos sociales diferentes de la acción dramática: el aristocrático, en donde se dan personajes capaces de grandes sentimientos, y constituyen el plano trágico; y el popular, antihéroe, ajenos a toda grandeza de alma. Rojas funde ambos planos: los personajes, tanto del mundo alto como del bajo, muestran los mismos sentimientos (son egoístas, deshonestos…), utilizan diversidad lingüística . Lo trágico y lo cómico ya no están ligados a la clase social como en  otras obras del mismos siglo en que las acciones de señores y campesinos no se mezclaban (Teatro de Gil  Vicente, Tragedia de don Durados, por ejemplo). Con ello, Rojas está dando testimonio de las tensiones que se estaban produciendo en la sociedad.

Si la Edad Media  había basado su concepción del mundo en la unidad del orden (unidad de un sistema social, en una ordenación moral, en la unidad de Dios…), esta unidad y este orden se rompen y el mundo se presenta complejo, plural, diverso, y es en esta diversidad donde radica su valor. Los hombres del siglo XV, bajo la crisis de las ideas tradicionales de unidad y armonía, vivieron este sentimiento de variedad y de contraposición (dice Rojas en su prólogo: ”todas las cosas ser criadas a manera de contienda o batalla”). Imagen del mundo, de las relaciones como una lucha y sólo en un mundo gobernado por la competencia (así actúan sus personajes) puede tener lugar este drama (Rojas lo manifestará  en palabras de su personaje Pleberio en el último monólogo).

  1. TRANSFORMACIONES SOCIALES

Un cambio importante desde el punto de vista social es presentar a los ricos bajo una nueva forma. Los grandes burgueses, enriquecidos con el comercio y otras actividades económicas mercantiles (Pleberio puede ser armador o constructor de barcos. Ver en su monólogo.) son  los que acceden, en virtud del poder de su dinero, a la clase aristocrática. La nobleza ya no es la base de su estatus social, sino el dinero. Pleberio habla de “honras” que son distinciones sociales que compró con su riqueza. Estos ricos burgueses se incorporan a las costumbres y formas de vida de los antiguos nobles, como vivir sin dedicarse al trabajo mecánico y productivo (como vive Calisto, ocioso). El término “ocioso” se entiende como no dedicarse a ningún trabajo productivo, no sólo porque se considera indigno, sino porque  ello demuestra la capacidad económica de quien lo practica. Son hijos de unos padres que dedicaron su vida a acumular una riqueza, que vivieron ahorrando, y que ahora sus hijos gastan de forma ostentosa. El mundo de La Celestina responde a esa clase ociosa de los nuevos ricos.

La superioridad del rico con respecto a su subordinado  se manifiesta en que éste produce para su señor. El señor ha de manifestar de forma ostensible su ocio y su gasto; cuanto más exagerados sean, más poder muestran (en el vestido, en las comidas…) Calisto demuestra su vida ociosa y su afán por mostrar a los demás su riqueza (“de ninguna prosperidad es buena la posesión sin compañía. El plazer no comunicado no es plazer”). Otras características de esta clase de ricos ociosos, y que Calisto representa, son la creencia en la suerte, en el azar y la atención a prácticas religiosas insinceras, sino pura apariencia. También se alude a una cultura libresca. El libro, cultura literaria no productiva, es un objeto más de la ostentación de que hablábamos. Así se llega al ennoblecimiento del burgués rico.

Una transformación importante y que en la obra tiene especial interés es el cambio en la relación entre amo y criados. En su origen, el criado no era un servidor contratado, sino un miembro de la casa. Entre amo y criado existía una relación moral y no económica. En el siglo XV cambia este tipo de relación que pasa a tener mero contenido económico. Al perder las obligaciones y deberes mutuas (adhesión, fidelidad, protección) entre amo y criado, éste queda en inferioridad con lo que crece la ambición de poseer lo que su amo.

Los criados de Calisto no tienen más derechos y obligaciones que los derivados de una relación económica (a tal sueldo, tal servicio).Sempronio tiene miedo que los amores de Calisto perjudiquen su situación. Los criados no quieren arriesgar porque sólo actúan según su conveniencia. No hay, pues, relación afectiva mutua. (Calisto no hace nada cuando matan a sus criados). Areúsa también acusa a los amos de que se a los criados, cuando se rompe la relación, se les echa.

La consecuencia más inmediata de la entrada de los ricos en el marco de la vida aristocrática tradicional es la alteración y la relajación de sus costumbres, de sus gustos y de sus valores morales. En los personajes distinguidos de La Celestina una falta del sentido del honor. Por ejemplo, debería sentirse herido en honra por la muerte a sus criados y, sin embargo, se inhibe.

  1. MATERIALIZACIÓN DE LA VIDA: DINERO; PLACER, AMOR, MUERTE.

El puro placer, todo tipo de placer  como goce y valor en sí mismo es lo que mueve a los personajes de La Celestina. Todos concibe el mundo con una única base: el placer (“¿Quién es el que me ha de quitar mi gloria? ¿Quién apartarme de mis plazeres?…”, dice Melibea). Lorenzo Valla, en su Tratado del placer dice que no se goza para algún fin, sino que el goce es el fin último. De los personajes de la obra se ha escrito que son una tropa de ignorantes entregados al desorden moral que el placer trae consigo; son, pues, arrastrados por un desmesurado hedonismo. Melibea, antes de arrojarse de la torre, se lamenta de no haber gozado más de ese amor. Se lamenta de la muerte de Calisto, pero no de haber tenido con él amores ilícitos. Cuando encomienda su alma a Dios es pensando en encontrar a su amante en la otra vida. El desarreglo de la época en este tema es tal que la tendencia a borrar el carácter pecaminoso del placer –según la concepción tradicional–  viene por una mundanización renacentista en la que el dinero marca la vida.

Y unido al placer, el amor, que en cada época se presenta de modo diferente. De ahí que podamos hablar de una historia social de este sentimiento. En el texto hay reminiscencias del amor cortés (la imagen de la sumisión y del sufrimiento del amante, la idealización de la amada y la aparente indiferencia de ésta, pero Melibea también dice preferir “ser buena amiga que mala casada”).

Pero durante la Baja Edad Media (últimos siglos) se está desarrollando una nueva doctrina del amor. Dice que esta nueva manera de sentir considera que el amor lanza al sujeto fuera de sí mismo para desordenarlo y enajenarlo, contrario a la doctrina helénico-tomista que veía en el amor el impulso natural del ser hacia su propio fin, hacia su plenitud natural. Este nuevo amor se manifiesta violento y extremadamente libre porque no tiene más razón que sí mismo Desde el principio, ambos personajes quebrantan el código del amor cortés y de la moral cristiana. La temeridad, el descontrol, la adoración por Melibea es propio de los amantes aristocráticos y apasionados de los que se decía padecían una enfermedad psicosomática, cuyas características eran la tristeza, la angustia, que afecta a la memoria y al cuerpo (Sempronio dice que su amo está “loco”). Esta doctrina del amor viene de fuentes religiosas del siglo XIII (por esa razón algunas palabras de Calisto tienen resto de expresiones de amor a lo divino). Pero a lo largo del siglo XV, este sentimiento se va mundanizando  hacia un amor  humano y profano.

Calisto presenta su amor como un sufrimiento; es el estado de tristeza y soledad de quien ha perdido la armonía. Esta situación del amante, poseído por un arrebato de amor sensual, también la define Celestina a Melibea cuando le habla del amor como “dulce llaga””deleytable dolencia”…Jorge Manrique también describe este estado de alienación de quien ama así: “Yo soy el que por amaros/ estoy, desde que os conocí/sin Dios, y sin vos y mí/”. Al estado de desequilibrio psicológico hay que añadir el desorden moral porque, en este estado, la voluntad no obedece a la razón. todos los personajes se rigen por el desenfreno a todos los niveles. El amor viene a ser la sustitución de la actividad guerrera de los antiguos caballeros; es una actividad depredadora propia de una clase ociosa, pero que despierta la ambición y el egoísmo también en los subordinados. La muerte es la única salida. Por eso amor y muerte son los dos extremos de una desmedida sensualidad que hace que durante el siglo XV el tema del amor tuviera una rica literatura (abundan las noveles celestinescas, como La lozana andaluza).Esta forma de amar era un atentado al sistema de fines y valores para quienes, según la tradición, seguían viendo el mundo como un orden, al individuo como una pieza de ese orden, la moral como un sistema de relaciones y a la razón rigiendo el conjunto. En esta concepción del amor también encuentra terreno abonado la crítica misógina de tan larga tradición clásica. Se acentúa la crítica a la mujer cuyo “ánimo débil y mal inclinado” es peor que en el hombre.

Se ha especulado sobre por qué en La Celestina no se habla de matrimonio. La crisis de valores del siglo XV, la doctrina del amor cortés (cuyo fin no era el matrimonio) no contemplaban el matrimonio. Hay que considerar además que el matrimonio era una cuestión social y estamental y que el amor tenía poca influencia.

Con respecto a la muerte, es un tema propio del arte de este siglo. Ahora la muerte se vive de forma diferente: conciencia del límite de la propia duración. De ser el primer acto de la otra vida, pensamiento medieval, se pasa a ser el último acto de la existencia. La muerte nos priva de cuanto el mundo nos ofrece. Es el fin del placer o del goce de vivir y así aparece en el arte del Renacimiento italiano. En los Cancioneros del siglo XV español hay un sentimiento análogo; se habla de la “negra muerte”. Seguimos con  la tendencia a la mundanización. Pero Rojas se siente más cercano al sentir tradicional y presenta el ejemplo final de sus personajes como una forma de amonestación para un desorden moral.

  1. LA OBRA

Es una de las principales obras de la literatura universal. De no haber existido El Quijote, para opinión de la crítica, sería la más importante escrita en castellano. En ella se recoge la crisis del pensamiento y de la vida en la sociedad española del siglo XV. Obra cruda, obscena, no ahorra en detalles de este tipo. Mezcla tradición y originalidad.

Hace del monólogo un instrumento para estudiar caracteres. En el trazo de caracteres, pone el autor un especial interés en crear personajes individualizados, lejos de las convenciones literarias. A diferencia de otras comedias españolas en las que el `personaje queda retratado ya desde el principio o por una determinada acción, en La Celestina, el carácter va surgiendo a través de sus acciones, dichos, soliloquios, contradicciones, etc. A diferencia de la tradición, Rojas opone una realización no idealizada. Ej.: Calisto es egoísta, no el enamorado caballero. Melibea es turbiamente apasionada, no la amada inocente y virginal. Pleberio no es el guardián del honor. Así que Rojas ha transformado los tipos por una combinación de lo que ha leído y de lo que ha vivido.

La interferencia de los personajes bajos y altos. Pero, en conjunto, La Celestina no es un choque entre dos planos, sino un conflicto de individualidades egoístas. La faceta más singular en el reflejo de la realidad es la detenida pintura de los personajes humildes.

La Celestina sorprende por su visión integral del hombre y de la sociedad, que no ha vuelto a expresarse en el teatro. Incluye los elementos más diversos del mundo del Siglo XV: caballero y doncella, nobles, padres solícitos, servidores leales y desleales, alcahueta activa y codiciosa, prostitutas y rufianes. A través de la lengua de estos personajes, vemos el complejo cuadro de oficios, lugares, relaciones vitales que inevitablemente imponen un fin trágico, a diferencia de la comedia humanística tradicional.

Por su original, pues, La Celestina ha ejercido poca influencia en la literatura y sólo hasta la novela del siglo XIX se han dado mundos y caracteres parecidos. (Pensar en la novela realista española, la novela rusa…)

El éxito de La Celestina fue importante y gozó de gran fama dentro y fuera de España como lo demuestran las numerosas ediciones durante el siglo XVI y su traducción a distintas lenguas. Libros, artículos, interpretaciones. Hay una copiosa cantidad de escritos sobre esta obra.

Su realismo va más allá que el mero reflejo de una sociedad: ha captado el mundo complejo de los sentimientos humanos. Por eso es esencialmente universal en la concreción de sus individualidades.

  1. EL AUTOR

Se sabe poco de él. Nacido en Puebla de Montalbán (Toledo). Estudió leyes en Salamanca y residió en Talavera donde fue Alcalde Mayor. Murió en 1541. De su obra se deduce:

Buen conversador y trato con la gente. Ingeniosos y expresivo. Tiene un concepto amargo de la vida (reflexiones sobre la conducta humana). Amante de la lectura. Podemos mencionar como fuentes de La Celestina que Rojas conocía:

  • El Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita y su personaje Trotaconventos, precedente de La Celestina.
  • El clásico Terencio (poeta cómico latino, siglo II a.d.C.) y la comedia latina.
  • El prerrenacentista Boccaccio.
  • La Biblia (moral de las sentencias) y de los Santos Padres de la Iglesia.
  • Ideal caballeresco y la novela sentimental en el perfil de los amantes y en la muerte por amor.
  • Costumbres rufianescas.

En general, da muestras de gran impersonalidad. En la obra no se advierten afectos, antipatía o simpatía por los personajes. Destaca, eso sí, el ambiente trágico en el que se desenvuelven sus criaturas. Se complace en destacar defectos, debilidades.

  1. GÉNERO

Por el empleo exclusivo del diálogo, parece corresponderle la denominación de obra dramática (sus partes se llaman “actos”). No posee, sin embargo, la sencillez de una obra dramática porque no desarrolla sólo los amores infortunados de Calisto y Melibea, sino un complejo mundo de relaciones más propio de la novela. Por eso y además por la dificultad de representación de tan dilatada obra, se considera novela dialogada.

Otros la sitúan en el subgénero dramático de la Comedia Humanística que se caracteriza por los siguientes rasgos:

  • Trama sencilla en prosa.
  • Realismo en la descripción de ambientes.
  • Tema: amor ilícito con la intervención de terceros.
  • Exhibición de saberes clásicos.
  • Lengua culta y artificiosa.
  • Libertad en el tratado del tiempo y del espacio.

La Celestina difiere de la Comedia Humanística:

  • Está escrita en castellano, no en latín.
  • Incorpora la lengua coloquial, popular.
  • Incluye final trágico.

Pero, en general, pocos niegan el valor dramático, la importancia de los diálogos de los que se desprende la acción y con los que hace el retrato complejo de los personajes.

  1. EDICIONES

1499……………………..1ª edición (Burgos)

1500……………………..2ª edición (Toledo)

El editor añade un prólogo y unos versos acrósticos en los que se habla del nombre del autor, sus estudios, su lugar de nacimiento y de cómo encontró unos “papeles”, primer acto de una historia que él acabó en 15 días.

1501……………………..3ª edición (Sevilla).

 Las tres ediciones llevan por título Comedia de Calisto y Melibea.Tienen  16 actos.

1502………………….. Otra vez en Sevilla, Salamanca y Burgos con diferencias con respecto a las anteriores. Título: Tragicomedia de Calixto y Melibea. Tienen 21 actos. Los 5 añadidos reciben el nombre de Tratado de Centurio y se insertan entre los actos  14 y 15.

Se insinúa en el prólogo que el acto primero pudo ser escrito por Juan de Mena o Rodrigo de Cota.

1505…………………..1ª traducción en italiano (Roma)

1507…………………..En Zaragoza. Título: La Celestina, que es la que ha prevalecido.

  1. ESTRUCTURA INTERNA

La obra va precedida de un argumento general y cada acto lleva un argumento particular. Era costumbre en la época en las obras dialogadas, con lo que se pretendía orientar al lector sobre las ideas principales, si bien sólo se refieren a la acción, pero no a cómo piensan los personajes, motivaciones que los mueven,  etc.

No se concibió para ser representada, pero tiene la estructura de una obra dramática: posee actos, tiene apartes (parlamento que un personaje dirige al público o a otro personaje sobre un tercer personaje que se supone no oye) y es dialogada, sin partes narrativas.

Según el desarrollo argumental, se distinguen las siguientes partes:

  • Escena I del Acto I. El encuentro de los amantes, la declaración de Calisto, el rechazo de Melibea. Se plantea la acción dramática.
  • Actos I a XII, se desarrollan los conflictos de los personajes. Muerte de los personajes del mundo bajo.
  • Actos XIII a XX, plenitud de las relaciones amorosa de Calisto y Melibea. Muerte de Calisto.
  • Acto XXI, epílogo con el planto de Pleberio.

  1. TEMAS

El amor, como impulso erótico, el apetito carnal desbordado es el tema central y es lo que mueve a la mayoría de los personajes. Tópico del amor cortés, si bien y, como ya hemos comentado anteriormente,  los personajes infringen las reglas de dicho amor.

Otros temas, relacionados con éste: La muerte, la magia, el dinero, la fortuna.

  1. PERSONAJES

La relación entre ellos son un claro ejemplo de la lucha de clases: los señores explotan y desprecian a los criados. Sempronio dirá que “quien a otro sirve no es libre” Pasamos sólo a describir sus rasgos fundamentales:

CELESTINA

Es el personaje más pintoresco y vivo.  En la obra se habla de su oficio, afición al vino, aspecto  grotesco… Gran vitalidad, energía, elocuencia y astucia, para influir sobre los demás. Es hábil para engañar y seducir utilizando el halago Sus móviles principales: la avaricia, un apetito sexual que ahora, fea y vieja, no puede satisfacer, por eso facilita a que sí lo hagan los jóvenes. La alcahuetería, oficio que en la época se toma muy en serio,  no es sólo un medio de vida, sino una misión: se siente comprometida a propagar el goce sexual. Constituye, pues, un elemento subversivo dentro de la sociedad que se intensifica con la práctica de la brujería y la utilización de la magia.

CALISTO

Carece de heroísmo. El autor le reserva una muerte sin grandeza dramática. A veces, aparece grotesco ante sus criados que lo ridiculizan (sobre todo, cuando utiliza un lenguaje ampuloso y afectado porque se siente desamado). No es un joven romántico al que le guía la noble pasión del amor. El sentimiento que experimente no es una fuerza benéfica, sino que le lleva a las mayores locuras. El autor presenta esta forma de amar poco atractiva porque de ella extraerá su enseñanza moral. Es inseguro, indolente, egoísta y amoral (transgrede cualquier norma para satisfacer su apetito erótico).

Posee rentas, situación de gran señor: Vive de la ostentación y de la apariencia. No hace nada cuando sus criados son ajusticiados (acepta la justicia burguesa). Es el nuevo rico que ha accedido a la nobleza comprando privilegios y que representa el cambio de valores de la sociedad del siglo XV.

MELIBEA

La imagen tradicional es la de una muchacha ingenua, pero no lo es tanto. Una vez que ha experimentado el amor, se entrega a él apasionadamente,  sin reservas ni escrúpulos. Ella es quien prepara los encuentros, las entradas y salidas de él. Es audaz, decidida y falsa en ocasiones. Engaña a sus padres y es arrogante con los criados y con Celestina.

Su cambio, sin embargo, es gradual con respecto a Calisto.

LOS CRIADOS

Los criados de Calisto actúan con su propia personalidad y aportan al drama sus propios conflictos. Sempronio es hábil y deshonesto desde el principio. En cambio, Pármeno es el criado leal, que intenta elevarse por encima de sus orígenes miserables (su madre fue maestra de Celestina). Es el que más se resiste a los planes de Celestina, pero va cediendo ante los halagos y los razonamientos de la vieja. Es quizás el personaje más trágico porque, al final, es derrotado.

También en otros personajes menores, sabe Rojas apreciar detalles psicológicos: egoísmo, fanfarronería (Centurio), resentimiento (Areúsa y Elicia)…

  1. LENGUA

Los niveles de lengua que se dan en casi todos los personajes depende más del interlocutor al que se dirigen que a la clase social. En conjunto se distinguen dos niveles:

Lengua latinizante y culta (incluso retórica en Calisto), como exige la tendencia humanista: verbo al final de la frase, participio o infinitivo en lugar de oraciones de relativo, sentencias cultas. Figuras retóricas como la antítesis, paradoja, enumeraciones, anáforas…

Los largos parlamentos son ejemplos de oratoria (son convincentes porque acumulan pruebas  y argumentos en apoyo de una sola proposición). Estos parlamentos aparecen entre los diálogos o amontonados.

Lengua popular, más frecuente en los criados y en la Celestina, lengua viva y llena de refranes y giros. Rasgos de esta lengua: abundancia y expresividad en el léxico, reiteraciones, redundancia, refranes populares.

Es una lengua natural a la que, sin embargo, se le ha atribuido defectos, como el exceso de erudición (sentencias, citas, alusiones mitológicas…). Para un lector contemporáneo, puede resultar contradictorio este exceso de erudición y el realismo que pretende mostrar. Esta retórica es un rasgo estilístico que demuestra que La Celestina enlaza con la tradición medieval. Se ha señalado, no obstante, que los párrafos de estilo más elevado ofrecen cierto amaneramiento. Juan de Valdés señala en su obra Diálogo de la Lengua, por ejemplo, el uso innecesario de latinismos (el castellano ya tenía la palabra equivalente)