El encuentro de Andrea con la madre de Ena sirve, por un lado, para que se descubre la turbadora relación que ésta mantuvo con Román y, por otra parte, para que Andrea sienta que es importante para mucha gente, que los demás, la necesitan. Cuando la madre de Ena recuerda su relación con Román, evoca su magnetismo y atractivo pero igualmente su maldad, cómo la humillaba, sometía y vejabase hasta límites atroces. La escena de la trenza cortada resume, en su aparente sencillez, la maldad gratuita de Román.

Aunque no tiene relación con la novela de Laforet, esta novela policíaca publicada en 1953 nos ilustra el terrible sacrificio de la madre de Ena.