Frente al mundo caótico y violento de la casa de la calle Aribau, existe el mundo ordenado y elegante de la casa de Ena, ubicada en la Via Laietana. Un mundo selecto que parece ajeno a la vulgaridad y a la miseria que envuelve el mundo de Andrea pero un mundo que esconde también sus cloacas.
Me detuve en medio de la Vía Layetana y miré hacia el alto edificio en cuyo último piso vivía mi amiga. (…) La misma Vía Layetana, con su suave declive desde la Plaza de Urquinaona (…) La Vía Layetana, tan ancha, grande y nueva, cruzaba el corazón del barrio viejo (Segunda parte, capítulo X)

La Vía Layetana, con su suave declive desde la Plaza de Urquinaona