Arxiu de la categoria: Camino de Santiago 2012

Camino de Santiago. Camino del Norte (Gijón – Santiago de Compostela)

Etapa Gijón – Avilés (22,7 km)

Después de Gijón nos espera un paseo por el Monte Areo, el valle de Carreño y los últimos ocho kilómetros por la AS-19, envueltos en el paisaje industrial que rodea a Avilés.

Tras salir del entramado de calles de Gijón el trayecto busca por carretera la base del Monte Areo, y a través de calles asfaltadas, entre pequeñas urbanizaciones, vamos ganando altura admirando un paisaje donde se juntan dos extremos: industria y naturaleza.

El asfalto revierte en camino y nos vemos rodeados de una masa de eucaliptos. Pasado el cartel indicador de Dolmen de San Pablo, giramos a la izquierda para descender hacia el valle de Carreño y Santa Eulalia del Valle. Atravesamos durante cuatro kilómetros este valle y llegamos a Tamón tras pasar un túnel. Tamón se deja por la AS-326 y enlazamos con la AS-19, que nos lleva primero a Trasona y más tarde hasta Avilés.

Las calles y edificios del casco antiguo de Avilés (uno de los más importantes del norte de España) están declarados Conjunto Histórico Artístico. La ciudad conserva importantes vestigios del pasado, algunos de ellos realmente notables. Estamos en una ciudad atlántica milenaria, recoleta y muy paseable, en la que uno de sus elementos arquitectónicos más singulares -el soportal- siempre nos pondrá a buen resguardo, del sol o de la lluvia, para descubrir el arte y la historia que Avilés sigue atesorando.

Etapa Avilés – Soto de Luiña (38 km)

El trazado urbano de Avilés, que se prolonga hasta la avenida de Alemania, desemboca finalmente en San Cristóbal. Una vez en el alto, tras una hermosa vista, a mano izquierda, de Salinas y su playa, giramos por un camino a mano izquierda y bajamos hasta esta localidad turística. La senda desemboca en la N-632, que cruzamos para tomar la avenida Raíces y, en breve y por la izquierda, la calle del Doctor Fléming. Al final de esta arteria giramos a la derecha unos metros por Nicanor Piñole para continuar por Ramón y Cajal, la primera la izquierda. La calle del médico confluye con la calle del Príncipe de Asturias, que seguimos hacia la izquierda para coger, la primera por la derecha, la calle Torner. De frente enlaza con la avenida San Martín, que asciende hasta San Martín de Laspra, localidad del Concejo de Castrillón. Posteriormente, el itinerario deja a desmano el pueblo de Piedras Blancas, capital del Concejo, y sube hasta el barrio de La Cruz para terminar bajando a Santiago del Monte, en cuyos dominios se encuentra el aeropuerto de Asturias.

Debido a las obras de la autovía hay que enlazar con Ranón por carretera. Tras varios kilómetros y pasar este pueblo, de gran longitud, bajamos hasta la aldea de Riolavega. Desde aquí hasta El Castillo y Soto del Barco, al que entramos para volver a salir más adelante a la N-632 y cruzar el largo puente sobre el Nalón. Después de cruzar el río se encuentra el desvío a San Esteban de Pravia, parroquia del Concejo de Muros de Nalón que cuenta con albergue turístico para quién quiera partir la etapa (desde esta localidad hay una bella senda costera que lleva hasta El Pito). El itinerario oficial sigue, en ascenso, por carretera y por un sendero que sale a mano izquierda hasta Muros de Nalón, capital del Concejo del mismo nombre a la que se llega tras salvar la carretera por un puente peatonal.

De la plaza de Muros salimos, pasando junto al Palacio de Valdecarnaza, hacia El Pito y su Palacio de los Selgas. El Camino no pasa por Cudillero, población interesante tan sólo a un par de kilómetros, y va hacia Rellayo.  El Camino oficial se recupera en el túnel que salva la N-632 y que nos planta junto al hotel Mariño.

Descendemos hasta las proximidades de la playa Concha de Artedo, salvamos un arroyo y subimos de nuevo hacia la nacional para cruzarla e ir, por pista asfaltada y por un camino en descenso, a dar con la antigua N-632, por la que entramos en Soto de Luiña.

Etapa Soto de Luiña – Cadavedo (24 km)

Corto título para la etapa de hoy, pero no hay más. Debido a que el tramo auténtico por la Sierra de las Palancas no está acondicionado no hay otro remedio que coger la senda de la carretera y dejar pasar los kilómetros hasta llegar a Cadavedo, donde a día de hoy nos recibirá un precario refugio.

Desde el albergue de Soto de Luiña hay que ascender por la antigua N-632 hasta el primer cruce donde irremediablemente seguiremos la opción Ballotas desechando la de Camino. Esta última hace referencia al antiguo camino vaqueiro que discurre por la Sierra de las Palancas.

Por Ballotas iremos atravesando varias poblaciones del concejo de Cudillero, como Albuerne, Novellana -pueblo ejemplar de Asturias en 1992- Castañeras y su Playa del Silencio, Santa Marina y Ballota. En cambio sí merece descender por camino y cruzar el río Cabo, tras Ballota, para subir a Tablizo. Entramos así al concejo de Valdés y tras pasar por dos pequeñas aldeas más, Ribón y Friera, llegamos a Cadavedo. Mucha gente hace una tirada larga y en lugar de dormir en Cadavedo opta por ir hasta Almuña y Luarca.

Etapa Cadavedo – Luarca (19 km)

Aunque sólo sean un par de tramos boscosos ya se agradece y sin embargo la etapa de hoy, aunque aliviará las piernas con menos asfalto, alternará caminos con tramos de Nacional. Toda la jornada discurre por el concejo de Valdés y pasa en primer lugar por Villademoros, aunque no visita su torre de posible origen romano.

Tras esta localidad se sale a la antigua N-632, por la que avanzamos hasta llegar a un camino que va en paralelo a esta nacional. Llegamos así a San Cristóbal y más tarde a Querúas, para salir esta vez a la nueva N-632, con más tráfico. Más adelante se vuelve a la antigua N-632, que se deja nuevamente para subir hasta la iglesia de San Miguel de Canero y reencontrarnos en la bajada con la N-634. Hay que tomar dirección Luarca y cruzar posteriormente sobre el río Esva, curso que nace en la Sierra de Tineo y que fluye hacia el Cantábrico. Tras el puente se deja la carretera a la altura de un hostal y se sigue, ya por camino, hacia la playa de la Cueva. Mil metros más adelante se llega a la N-634 y siguiéndola se pasa junto al pueblo de Caroyas. Sobre el asfalto de la nacional y varios caminos llegaremos hasta un cartel que señaliza, a la derecha, La Rampla. Si hacemos caso a este desvío llegaremos hasta Luarca, pasando por la iglesia de San Sebastián de Barcia.

Etapa Luarca – Tapia de Casariego (41,3 km)

Luarca. Olor a salitre, algunas decenas de barcos a punto de zarpar hacia los caladeros y un continuo movimiento de redes, nasas y demás aperos de pesca. Tras este singular escenario, nuestra vigésimo quinta jornada parte de la pequeña Plazuela del Puente Viejo, por donde se cruza el río Negro para entrar en la calle Crucero, y ascender por la calle La Peña.

Para llegar hasta Otur, la primera población de cierta entidad, dejaremos atrás varias parroquias de asentamiento algo disperso del concejo de Valdés. El pequeño caserío de Hervedosas, literalmente cuatro casas, marca el límite poblacional con el concejo de Navia. A su primera parroquia, Bao, se llega tras un paseo entre eucaliptos y algo de asfalto bacheado. Giraremos a mano izquierda hacia Casa Carmina, donde hay una fuente a disposición de los peregrinos, y entraremos en Villapedre. Antes de llegar a Piñera, siguiente localidad, habrá que cruzar la N-634, abrir una cancela de hierro y vadear un arroyo por un puente de madera.

Piñera cuenta con albergue de peregrinos y, si queremos ir hacia él, tendremos que desviarnos a la derecha al llegar a una casa de fachada roja y blanca. De lo contrario avanzaremos en la dirección del camino hacia Villaoril, La Colorada y Navia, capital del concejo del mismo nombre, a la que accedemos por el antiguo camino real. Esta localidad se abandona por el puente de la ría, donde el río Navia, gallego de nacimiento, da con sus aguas al mar.

No entraremos en El Espín, ya del concejo de Coaña, para desviarnos por la AS-112, cruzar la vía y subir a mano izquierda junto a una casa indiana de nombre Costa Rica. Ahora, y durante dos jornadas hasta Ribadeo, será frecuente ver por el Camino la cruz de la orden de Santiago, fundada en el siglo XII para defender a los peregrinos que acudían al sepulcro del Apóstol Santiago. Iremos hacia Jarrio y una vez en ella entraremos unos metros en un tramo artificial de bosque galería, y ya por caminos paralelos a la N-634 y por el arcén de la misma llegaremos a Cartavio y después a La Caridad.

Abandonaremos La Caridad por la vía principal, pasando junto al Ayuntamiento hasta encontrar una indicación a mano derecha que tras un camino nos lleva a cruzar un arroyo. Si viene crecido es casi seguro que habrá que seguir por la carretera comarcal en dirección a Valdepares. Aún hay que atravesar la nacional en dos ocasiones hasta llegar a esta población y otra vez más para llegar al Franco. Desde aquí, por un sombrío camino tras unas casas, volvemos a reencontrarnos con nuestra querida N-634 y por un puente viejo vadeamos el río Porcia, también llamado río de las ferrerías. Al otro lado un cartel nos indica que estamos en los dominios del concejo de Tapia de Casariego.

Pronto, tras subir por una pista de cemento, encontramos la primera bifurcación del día. La inscripción albergue indica hacia Tapia de Casariego. Aquí hay un refugio con cocina muy bien conservado y con excelentes vistas al mar.

Etapa Tapia de Casariego – Ribadeo (12 km)

Llegados a este punto nuestro trayecto no tiene gran pérdida. Sólo nos queda avanzar por la AS-31, llegar a Barres, atravesar la N-640 y continuar por la AS-31 en dirección a Figueras. El último esfuerzo del día es cruzar la ría del Eo por el moderno puente de cemento de Los Santos. Asturias se despide y nos da la bienvenida Galicia.

A este lado del puente, abajo a la derecha, veremos una pequeña casa amarilla con bonitas vistas. Es el albergue de peregrinos de Ribadeo.

Etapa Ribadeo – Lourenzá (29,5 km)

Atención porque en Galicia la indicación de la vieira cambia y deberemos atender a la parte más abierta de la concha para seguir la dirección correcta. A su vez, los mojones se encargarán de mostrarnos la distancia hacia Santiago y será un revulsivo más para alcanzar nuestra meta. Tras dejar Ribadeo el día continúa por pistas asfaltadas hacia Vilela y Vilar, donde se coge una pista forestal que va hacia A Ponte de Arante. Esta pista es mejor no escogerla si está muy embarrada ya que pronto desemboca en un cauce de agua. De ser así lo mejor es salir a la LU-133 y pasar San Vicente hasta llegar al camino que baja a A Ponte de Arante. En esta localidad comienza el primer ascenso de la jornada, algo duro al principio pero que pronto remite en desnivel.

En el alto entramos en el Concejo de Barreiros y descendemos a Villamartín Pequeño, que abandonamos en el mojón que marca 177,453 kilómetros a Santiago. Por pista asfaltada subiremos a Villamartín Grande y tras cruzar una carretera comarcal iremos hacia Gondán, localidad a la que llegaremos más tarde.

Desde San Xusto hasta Lourenzá son cerca de 5 kilómetros por un sendero que sube y desciende finalmente entre una masa de eucaliptos. Por una rampa con pasamanos, bastante resbaladiza si ha llovido, y el Ponte da Pedra de origen medieval, entramos en Lourenzá.

San Salvador de Lourenzá. Fue fundado en el siglo X por el Conde Santo (Osorio Gutiérrez). En el interior del monasterio benedictino podemos encontrar el Museo de Arte Sacro. Declarado Bien de Interés Cultural, el conjunto del edificio consta de una abadía y de la iglesia, además de diversas capillas, un convento, dos claustros y un patio. Destaca la fachada barroca del templo, reformada en 1732 por el maestro arquitecto de la catedral de Santiago de CompostelaCasasNovoa.

Etapa Lourenzá – Abadín (24,8 km)

De inicio, nueve kilómetros separan al monasterio de San Salvador de Lourenzá de la fotogénica catedral de Mondoñedo, capital de la comarca de la Mariña Central y una de las siete capitales que formaban el antiguo Reino de Galicia. Una primera pausa es vital ante el escenario posterior: dos horas en ascenso tendido y puntilla incluida hasta Lousada y la ermita de San Cosme da Montaña, donde la etapa se deja llevar hasta Gontán, con albergue, y Abadín, la capital del Concello.

Partimos a la derecha desde el albergue de Lourenzá y, al llegar al final de la calle, doblamos a la derecha para tomar una cuesta muy empinada que llega al cementerio y posteriormente hasta el pequeño núcleo de Arroxo. En esta población estamos obligados a tomar la N-634 hacia Grove, aldea que pertenece a la parroquia de Santa María de Vilamor y al Concello de Mondoñedo. La señalización jacobea renuncia ahora al asfalto y nos premia con un confortable tramo boscoso hasta San Pedro da Torre. Junto a la capilla subimos por un camino para descender más adelante hasta la capital del Concello: Mondoñedo, importante localidad crecida en torno a su catedral, que sugiere una visita y el primer café-descanso de la jornada.

Mondoñedo es sede episcopal desde el año 1112. Un siglo más tarde, en tiempo del obispo Martín, comenzó la construcción del actual edificio románico (1219). Parece que a mitad del siglo XIII (1246) ya se consagró la cabecera y estaría bastante avanzada la obra. No obstante, el edificio debió tardar en finalizarse dos siglos, todo el XIII y el XIV. La catedral fue declarada Monumento Nacional en 1902

En la portada de la catedral se recuperan las vieiras, que conducen a una carretera local, sin apenas tráfico, por la que toca subir durante los próximos 8 kilómetros hasta Lousada. Bajo las ramas de castaños, robles y eucaliptos irán sucumbiendo algunas aldeas del Concello, como Barbeitas, Maariz, Pandín, Casavella, Pacio y, finalmente, Lousada.

En esta población, agrícola y ganadera y de típicos hórreos y tejados de pizarra, dejamos la carretera a mano izquierda y nos internamos por un camino que sube hasta la ermita de San Cosme da Montaña. A la altura de la ermita, en cuya fachada hay una concha indicadora, giramos a la izquierda y tras un trecho cruzamos con atención la N-634. Desde este punto continuamos por más sendas, alguna pista de tierra y otras asfaltadas hasta Gontán, donde se encuentra el albergue de peregrinos de la Xunta. Abadín, capital del Concello de mismo nombre, se encuentra medio kilómetro más arriba.

Etapa Abadín – Vilalba (20,6 km)

Entre los 400 metros y los 500 metros de altitud, ya sin desniveles, vamos a disfrutar durante dos jornadas (hasta Baamonde) de la Terra Chá.

Entramos en la Terra Chá, una comarca lucense que, como su nombre gallego bien indica, se caracteriza por un trazado llano repleto de prados y pastizales. Abadín se abandona junto a la oficina de correos y continuamos por una pista, bastante ancha, hasta coger un camino a mano derecha que se interna entre robles y cruza un puente de madera. Una pequeña subida nos devuelve a una pista asfaltada con largas rectas que alternaremos con algún camino más sombrío hasta llegar a Martiñán, donde cruzaremos la N-634. Más adelante pasaremos por Pontevella de Martiñan, el primero de los puentes característicos de la Terra Chá.

Salva el río Batán gracias a dos grandes arcos desiguales y otro más pequeño que sirve para aliviar el cauce en épocas de mucha pluviosidad. Un merendero con apetitosas sombras junto al río invita, cuando menos, a tomarse un descanso. El trayecto (se agradece no ir por la nacional) va trenzando largas rectas paralelas a la 634 por caminos con buen piso y pistas asfaltadas. Llegaremos de nuevo a la nacional en Goiriz, junto a la iglesia de Santiago y su característico cementerio. Tras 100 metros por la carretera surge un camino a mano derecha y en menos de una hora estaremos disfrutando del moderno albergue de Vilalba, situado en el polígono de entrada a la localidad.

Etapa Vilalba – Miraz (36,4 km)

Cruzando los cauces del Magdalena y Trimaz, excelentes ríos con vegetación sumergida, se llega a San Xoan de Alba. Sin duda el mejor tramo, ya que después la etapa es un continuo baile por caminos paralelos a la N-634.

Tras dejar la población, el primer mojón, que nos marca 120 kilómetros y 999 metros hasta Santiago, nos lleva por pista asfaltada a cruzar un río cuyo cauce está cubierto de vegetación. Después pasaremos (se trata de un desvío provisional) bajo el puente de la autovía e iremos al Puente Rodríguez sobre el río Trimaz. Aquí se sitúa el único repecho de la jornada tras el que llegaremos tras unos kilómetros de fronda gallega a San Xoan de Alba, al pie de la N-634. Hay que seguir por esta carretera unos metros y dejarla por la derecha para continuar por caminos paralelos hasta A torre.

Cruzaremos la nacional y avanzaremos paralelos por su izquierda para volver a cruzarla a la altura de Casa Alejandro y pasar posteriormente bajo la autovía. Después viene otro puente, esta vez el de Saa sobre el río Labrada, situado en el viejo camino que unía Vilalba con Parga y Sobrado dos Monxes. A continuación encontraremos un desvío sin señalizar debido a las obras de la autovía.

Si aún continúan, atención: es por la izquierda, bajo el túnel. Cruzaremos de nuevo la N-634 y por pistas asfaltadas llegaremos al indicador de la Parroquia de Pigara, donde está situado el mojón que indica 108,458 kilómetros a Santiago. Seguiremos en dirección Ferreira y pasada esta localidad saldremos de nuevo a la nacional, en el punto kilómetro 638 y a la altura de una gasolinera.

Por el arcén de la carretera y 50 metros antes de llegar al kilómetro 639 nos desviamos por un camino a mano izquierda que nos vuelve a sacar a la nacional. Tras pasar bajo el puente de la A-6 entraremos en Baamonde, localidad del concejo de Begonte.

Despedimos a Baamonde por la N-VI, mítica carretera que une Madrid con A Coruña, y la seguimos durante cerca de tres kilómetros en dirección a la capital gallega. La vía transita paralela a la línea del ferrocarril y al río Parga, de la cuenca del Miño y afluente del río Ladra. Pasado el kilómetro 532 de la Nacional y atendiendo al mojón de los 99.805 kilómetros a Santiago, abandonamos el asfalto y cruzamos las vías y el puente gótico sobre el Parga. Una pista conduce hasta la cercana Capilla de San Alberte, gótica del siglo XIV, o del XVIII como apuntan otros, y enmarcada por un sombrío paraje boscoso. Junto a la capilla también hay una caprichosa fuente (Km 3,5). En este mismo lugar nace una abigarrada senda no muy larga pero que salva un bonito desnivel y muere a la altura de O Rego da Viña, primera de las aldeas de San Breixo de Parga, del Concello de Gutiriz. El itinerario tuerce a la derecha y llega hasta la aldea de Baldoncel, también de San Breixo.

A la entrada de esta población giramos a mano izquierda para tomar una pista asfaltada que seguiremos sin desviarnos hasta la aldea de Caínzos. A la salida tomamos de frente un sendero entre bosque hasta Digañe, aldea de la parroquia de Santa Locaia (Leocadia) de Parga. La pista continúa hasta Raposeira y atravesamos la población para tomar otro sendero que desemboca de nuevo en pista. Varias señales de madera nos irán anunciando la proximidad del punto de apoyo al peregrino instalado por María Helena Pais Lojo. Se encuentra en la aldea de Carballedo, a mano derecha y a unos 100 metros del Camino, justo en el mojón que indica los 93.468 a Santiago. La iniciativa ha contado con el respaldo del Concello de Guitiriz y los peregrinos disponen de acceso a Internet gratuito, sellado de credenciales e información general. También hay café, refrescos y bocadillos y los que porten una tienda de campaña tienen una zona para instalarla. La jornada continúa por pista hacia el área de descanso de Seixón y más adelante, tras el río Lavandeira a la parroquia de San Paio de Seixón, perteneciente al Concello de Friol. Su iglesia románica se encuentra a la izquierda del Camino, a la altura del desvío que, por carretera, nos lleva a pasar por Subcampo y A Laguna, lugares de la parroquia de Seixón.

Dejamos la carretera provincial y giramos a la izquierda para avanzar hasta Miraz, parroquia de Friol donde se encuentra el único albergue intermedio de esta etapa y un bar-tienda. El albergue gestionado por la Confraternity of Saint James se encuentra a mano izquierda del itinerario.

Etapa Miraz – Sobrado dos Monxes (26,3 km)

A partir de aquí el perfil de la etapa va a picar hacia arriba suavemente durante unos 17 kilómetros hasta el límite entre Lugo y A Coruña. La jornada de Filípides se despide de Santiago de Miraz por pista y atraviesa los lugares de Outeiro y As Laxes. Cuatrocientos metros después torcemos a la izquierda para tomar un camino que durante cerca de 4 kilómetros transita por una zona solitaria y abierta poblada de pinos, tojos y brezos. Este tramo solventa en progresión unos cien metros de desnivel y termina finalmente en una pista donde giramos a la izquierda. A un lado dejamos A Braña, de la parroquia de San Pedro de Anafreita y Concello de Friol, y más adelante desembocamos en la carretera tras los arroyos de Anafreita y Portolamas. Superamos el alto de Mámoa y por asfalto dejamos a un lado Carballoso y proseguimos hasta A Roxica y A Cabana para subir hasta A Travesa, aldeas, todas ellas, de la parroquia de San Mamede de Nodar.

Seiscientos más adelante de A Travesa se encuentra A Marcela, correspondiente a la parroquia de Santa María de Silvela y donde está el bar regentado por Estrella. En descenso llegamos hasta el desvío a Corteporcos, que cogemos para cruzar la aldea. A la salida, un camino atraviesa el monte da Pallota, dejando O Espiño a mano izquierda, y confluye con la carretera LU-934. La seguimos por la derecha, alcanzando la cota más alta del Camino del Norte y traspasando el límite de Lugo para entrar en la provincia de A Coruña, donde la carretera pasa a denominarse AC-934. Pasamos por carretera Marco das Pías, primera localidad coruñesa, lugar de nacimiento del río Mandeo y ligada ya al Concello de Sobrado dos Monxes. Entre los puntos kilométricos 6 y 5 visitamos Vilariño y Mesón, y en esta población, a la altura de un bar, dejamos la carretera por la derecha. Seguimos por pista hasta Esgueva y al final de la aldea atajamos por un sendero que lleva a la altura de Muradelo. En este último tramo las señales oficiales escasean y es fácil dudar, ya que conviven flechas amarillas antiguas con los mojones de la Xunta y no siempre señalan la misma dirección. La senda sombría desciende a la AC-934 y la seguimos para cruzar Guitiza y llegar hasta la Laguna de Sobrado. Pasado el lago dejamos el asfalto por la izquierda y pasamos Porcarizas y Carreira para llegar finalmente al Monasterio de Santa María de Sobrado dos Monxes, lugar donde está acondicionado el albergue de peregrinos.

El monasterio ya existía en el siglo X, pero se comenzó a levantar este impresionante edificio en 1142 con monjes de Claraval. De esta construcción románica queda la capilla de la Magdalena y la sala capitular. En el siglo XV se incorporó a la Congregación de Castilla, y se comenzó su rehabilitación. Los monjes abandonaron el monasterio en el siglo XIX, tras la desamortización. El edificio fue comprado por un particular, pero en 1955 volvió a formarse una nueva comunidad benedictina.

Etapa Sobrado dos Monxes – Arzúa (21,5 km)

El Camino del Norte dice adiós a su trazado original en Arzúa, donde nos juntaremos con la masiva riada de peregrinos que trae el Camino Francés

La ruta sale de Sobrado por la carretera que va hacia Arzúa y la abandona por la izquierda en el desvío de Pousada, Nogueira y Toques. Los primeros compases nos acercan primero hasta la aldea de Vilarchao, perteneciente a la parroquia de San Pedro de Porta, y posteriormente una pista forestal a O Peruxil y O Castro, pequeños núcleos de la parroquia de San Lourenzo de Carelle, cuya iglesia queda a un lado del Camino (Km 4,3). Apurando las últimas forestas del Camino del Norte atravesamos más núcleos de Carelle, como son Casanova y Madelos. Finalmente desembocamos en el siempre tedioso asfalto de la AC-234. Progresamos por ella hasta Corredoiras, primera población del Concello de Boimorto y provista de bar y tienda (Km 8,8).

Inmediatamente, tras el paso por Corredoiras, cruzamos con precaución la AC-840 y seguimos hasta la parroquia de Boimil, con albergue de peregrinos de la Xunta inaugurado en verano de 2012. Retomamos la carretera hacia Boimorto (Km 11). Atravesamos esta población con todos los servicios y a la altura del Centro de Salud nos desviamos a la izquierda por la carretera que se dirige a Sendelle y Arzúa. Desde el mismo Centro de Salud también existe la posibilidad de tomar la conocida como variante de Arca (ver apartado observaciones). Si vamos hacia Arzúa proseguimos por una carretera durante tres kilómetros hasta el núcleo y parroquia de Santa María de Sendelle. La Asociación de Vecinos Campo da Rula de Sendelle tiene en esta localidad un punto de atención e información para los peregrinos donde tienen bebidas y bocadillos. También se ofrecen a abrir y enseñar la bella iglesia románica de Santa María, que alberga unos interesantes frescos restaurados (Km 14).

Salimos pisando carretera y más adelante tomamos el cruce a mano izquierda que se dirige a Vilar. Nos atiborramos de asfalto pasando por algunas aldeas pertenecientes a la parroquia de Sendelle, entre ellas la propia O Vilar y As Galiñeiras. Entroncamos después con la carretera provincial a la altura de la parroquia de Viladavil, núcleo ya sujeto a Arzúa, y en este punto dejamos el asfalto y contiuamos por una pista de concentración que avanza en paralelo a la carretera antes mencionada. Tras pasar varios lugares del Concello llegamos a O Viso y seguidamente entramos en Arzúa, capital del Concello del mismo nombre, reino del Camino Francés, de la masificación veraniega y provista de siete albergues de peregrinos. Algo insólito en el Camino del Norte, que ya concluye y que esta misma noche, seguramente, ya echaremos de menos (Km 21,5).

Etapa Arzúa – Santiago de Compostela (39,1 km)

Desde la rúa Cima do Lugar, donde está situado el albergue público, partimos de frente hacia la empedrada rúa do Carmen. Sus soportales y fachadas revestidas de madera despiden nuestro paso por Arzúa. Por un entorno más rural bajamos hasta la fuente os Franceses, cruzamos el río Vello y llegamos de seguido a As Barrosas y su capilla de San Lázaro (Mojón 36 y Km 0,9). Bajamos hasta el río Brandeso, afluente a su vez del Iso (Km 1,8), y subimos hasta Preguntoño, aldea de la parroquia de Burres con su ermita de San Paio del siglo XVIII (Km 2,2). A la salida evitamos cruzar la N-547 gracias a un túnel y afrontamos un repecho, entre prados, cultivos de maíz y con vistas a Arzúa, hasta el lugar de A Peroxa, también de la parroquia de Burres (Km 3,3). Los eucaliptos pueblan, cada vez más, el paisaje gallego y los prados particulares, necesarios para la supervivencia del ganado y del mundo rural, se suceden uno tras otro con sus coladas familiares secándose al sol. Viajamos por pistas revestidas de hojarasca y propensas a ensuciarse a poco que llueva. Bajamos hasta el riachuelo Ladrón (Km 3,9) para alcanzar posteriormente Taberna Vella (Mojón 32 y Km 5,2).

Seiscientos metros después entramos en Calzada, de la parroquia de Burres y último núcleo habitado del Concello de Arzúa (Km 5,8). Dejamos la población cruzando una carretera de enlace y continuamos para entrar en el Concello de O Pino el último antes de Santiago. La primera población es Calle, aldea de San Breixo de Ferreiros, donde pasamos bajo un hórreo (Km 7,8). Abandonamos el núcleo tras cruzar el arroyo Langüello y seguimos por una red de pistas y caminos hasta Boavista (Km 9,3) y Salceda (Km 11,1), al pie de la N-547. Nos desmarcamos unos metros de la nacional por la derecha, pasando junto al recuerdo al peregrino Guillermo Watt, fallecido en el Camino. Regresamos más arriba al pie de la carretera y la cruzamos junto a un concesionario de maquinaria agrícola para llegar hasta Oxén, lugar de la parroquia de San Miguel de Cerceda (Km 12,5). El camino, a la izquierda de la Nacional, conduce ahora a la inmediata Ras (Km 13,1), de la misma parroquia, donde salvamos la N-547 por debajo. En este punto también pueden enlazar los peregrinos que vengan del Camino del Norte y hayan tomado la variante de O Pino. Al otro lado se encuentra ya A Brea (Mojón 23,5 y Km 13,6) y la cercana A Rabiña (Mojón 23 y Km 14).

En paralelo a la Nacional y tras cruzarla otra vez superamos con facilidad la subida a O Empalme, de la parroquia de San Lourenzo de Pastor (Km 15,3). En medio del trayecto hay un merendero con fuente y un molino de viento que recuerda al de las granjas americanas. En el alto cruzamos la carretera para entrar en la población y tomamos, a la izquierda, una pista que desciende bajo los eucaliptos. Más abajo, por un túnel bajo la N-547, tenemos la opción de pasar para visitar la ermita de Santa Irene y su fuente barroca o ir al albergue privado. Si seguimos de frente llegamos al albergue de la Xunta (Km 16,3). Gracias a una densa fronda de eucaliptos nos aislamos del ruido de la carretera, pasamos junto al Mojón 20, y evitamos de nuevo la carretera por un túnel. Un par de casas y un aserradero y más eucaliptos conducen hasta A Rúa de la parroquia de Arca (Km 17,9). Por pista asfaltada llegamos al borde de la N-547 y subimos junto a ella hasta O Pedrouzo, también de Arca y con todos los servicios (Km 19,1).

Veinte kilómetros tan sólo. Santiago, la plaza del Obradoiro y la catedral, ante la que nos emocionaremos, seguro, se encuentran aquí al lado. Tomando como referencia el albergue público recorremos el pueblo a la vera de la nacional y giramos a la derecha por la rúa do Concello, donde se encuentra el Ayuntamiento. Avanzamos de frente durante medio kilómetro y al llegar junto al colegio y las pistas deportivas giramos noventa grados a la izquierda. Por una pista de tierra cubierta de hojarasca nos internamos entre un bosque de eucaliptos, que abandonamos para entrar en San Antón, aldea de la parroquia de Arca. El lugar toma el nombre de una capilla asolada por un incendio. Otro bosque nos aguarda a la salida de San Antón. Carballos autóctonos y eucaliptos reforestados, a granel, nos acompañan ahora hasta el núcleo de Amenal, de la parroquia de San Miguel de Pereira. Accedemos por pista asfaltada y pasando el río Brandelos cruzamos la N-547 por un paso bajo, al que le sigue un fuerte repecho que sube a Cimadevila, último núcleo del Concello de O Pino.

La subida continúa durante más de kilómetro y medio pero se torna mucho más asequible. Alcanzada la cota nos dirigimos al pie de la A-54 y la N-634. Ya no nos extrañamos al ver la valla de separación repleta de pequeñas cruces. Forma parte de la idiosincrasia de la peregrinación. Un monolito esculpido con el bordón, la calabaza y la vieira anuncia la entrada en el municipio de Santiago. Rodeamos el perímetro del aeropuerto, dejando a mano izquierda varias hileras de balizas, y después de cruzar una carretera secundaria entramos en San Paio, aldea de la parroquia de Sabugueira. Rodeamos Casa Quian, afrontamos un breve repecho por pista asfaltada y tomamos la pista de la derecha, que desciende. Tras salvar la variante por debajo seguimos descendiendo por varios núcleos de la parroquia de Sabugueira: A Esquipa y Lavacolla. Tras una curva cerrada pasamos junto a la parroquial de San Pelayo, que luce inscrito el año de su construcción: 1840. Seguidamente cruzamos la N-634a y cogemos el desvío a Villamaior. En apenas cien metros cruzamos el río Sionlla, cubierto de ovas y conocido como arroyo de Lavacolla, lugar donde los peregrinos se despojaban de sus sucias vestimentas y se lavaban en vistas de su próxima llegada a Santiago.

Por pista asfaltada iniciamos una cómoda subida que finalizará en el esperado Monte do Gozo. Atravesamos primero Villamaior, pasamos junto al centro de la TVG y giramos 90 grados a la izquierda para hacer lo propio junto al centro territorial de RTVE. Giramos noventa grados a la derecha y continuamos hasta la urbanización San Marcos, antesala del Monte do Gozo. En lugar de seguir de frente nos desviamos a la izquierda para subir al monumento erigido en el año jacobeo de 1993, el mismo año que se inauguró el cercano albergue de peregrinos, el más grande de todo el Camino que es capaz de albergar hasta 300 personas un año normal y hasta 800 un Xacobeo. Desde este punto obtenemos la primera panorámica de Santiago y su catedral.

Retomamos el Camino, dejando a un lado el acceso a la cafetería y los comedores, y bajamos hasta un tramo de escaleras. Acto seguido salvamos por un puente la autovía y las vías y progresamos de frente por la prolongada rúa San Lázaro, donde se encuentran el Palacio de Congresos y Exposiciones de Galicia y el albergue de peregrinos San Lázaro, que permite dormir más de una noche. Enlazamos con la rúa do Valiño y continuamos de frente por la rúa das Fontiñas y rúa dos Concheiros, donde cruzamos la avenida de Lugo. Después la rúa de San Pedro, que finaliza en el cruce con semáforos de la rúa de Aller Ulloa. Por el lugar donde se encontraba la Porta do Camiño entramos en el casco histórico por la rúa das Casas Reais, que sube hasta la praza de Cervantes. Una recta por la rúa da Acibechería nos traslada a la praza da Inmaculada, donde se localiza el monasterio de San Martín Pinario. Finalmente entramos bajo el Arco del Palacio por un pasadizo, donde se reúnen a tocar los músicos callejeros, para acceder a la Plaza del Obradoiro, donde la aventura termina. Mientras nos quitamos la mochila vamos descubriendo cada detalle de la fachada occidental y nos encaminamos al centro mismo de la plaza. Es difícil no emocionarse. Llegar a Santiago de Compostela como peregrino es una experiencia inigualable y creo que por muchos viajes que hayamos realizado alrededor del mundo pocos son comparables a este.

Catedral de Santiago. Dedicada al Apostol Santiago.
Iglesia consagrada en el año 1128 (s. XII) y adornada con elementos barrocos en el XVIII. Es una buena muestra de iglesia de peregrinación.
De estilo románico con elementos posteriores renacentistas y barrocos.
De planta románica de cruz latina cuenta con tres naves divididas por arcos de medio punto, tribuna, crucero y girola. Tiene cinco fachadas.

El Rey Alfonso II el Casto de Asturias y el obispo Teodomiro mandaron edificar en el siglo IX el primer santuario sobre la tumba de Santiago. Alfonso III el Grande construyó a finales del mismo siglo una basílica mucho más bella, que el apodado Almanzor, visir musulmán de Al-Andalus, destruyó en el año 997. Aunque no violó la tumba del Apóstol, se apropió de la campana llevándola hasta Córdoba con prisioneros cristianos. Cuando Fernando III venció a los musulmanes en 1236, prisioneros islámicos la llevaron de vuelta dos siglos más tarde.

Alrededor del año 1000 la catedral fue reconstruida por Alfonso V, pero como se había quedado pequeña comenzaron los trabajos de ampliación con el obispo Diego Peláez en 1078. Una parte fue consagrada en 1105 y el resto en 1211. En siglos sucesivos se realizaron nuevas obras hasta culminar con la fachada barroca, que es del siglo XVIII, que comenzó en 1715 Antonio Monroy sobre la antigua catedral de la que aún se puede admirar su proverbial Pórtico de la Gloria.

Per veure les fotos, clica al damunt….

Catedral de Santiago de Compostela