ETNOGRAFIA


En el municipio de O Saviñao son muchos los recuerdos que perviven, incrustados sincréticamente, con los elementos de la religiosidad popular y del patrimonio cultural. La tradición oral ha sabido mantener en torno a castros y mámoas toda una serie de explicaciones acerca de su existencia, donde “los mouros” son protagonistas de toda suerte de favores. Ya en la Edad Media, el Códice Calixtino recogía, en su libro IV, la idea de que los musulmanes huyeran de nuestras tierras dejando enterrados sus tesoros. En la actualidad son numerosas las leyendas que circulan por todo el municipio, cuyos protagonistas son estos invasores de la fantasía ajena, quienes desarrollan su vida en la oscuridad de la noche, siendo poseedores de incontables riquezas.
Una de las costumbres más ancestrales de todas las que hoy se celebran en O Saviñao es la del “antroido” o carnaval. Relacionado con él se mantiene la práctica de los “jueves de compadres y comadres”. Lo que antaño se celebraba en buena parte de las aldeas y parroquias, hoy permanece localizado en Escairón: dos semanas antes del “antroido” tiene lugar el jueves de compadres, durante el cual las mujeres elaboran muñecos que representan a un hombre (antes se elaboraban con paja larga, hoy, ante la escasez de la misma, son de cartón y papel pintado), que a última hora de la tarde se sacan para ser quemados, mientras que los hombres tratan de impedirlo, estableciéndose un combate simbólico-lúdico entre hombres y mujeres, que tenía su continuación en el “jueves de comadres”, en donde los muñecos elaborados representan a mujeres y son éstas las que intentan impedir su quema.

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