Daily Archives: 18 octubre 2008

cuentos para pensar

Podésis leer estos cuentos árabes, breves y con un estilo sentencioso, claro y directo, que os harán reflexionar sobre la amistad y sobre cómo, antes de actuar,  hay que pensar las consecuencias de nuestras aciones:

 

Amigos. Anónimo árabe

Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.  El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:  “Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”.  Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: “Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.Intrigado, el amigo preguntó:  -¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo respondió:

 -Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo

 

El rey, el cirujano y el sufí. Anónimo sufí
 

En la antigüedad, un rey de Tartaria estaba paseando con algunos de sus nobles. Al lado del camino se encontraba un Abdal (un sufí errante), quien exclamó:

         -Le daré un buen consejo a quienquiera que me pague cien dinares.

         El Rey se detuvo y dijo:

         -Abdal, ¿cuál es ese buen consejo que me darás a cambio de cien dinares?

         -Señor -respondió el Abdal-, ordena que se me entregue dicha suma y te daré el consejo inmediatamente.

          El Rey así lo hizo, esperando escuchar algo extraordinario.

         El sufí le dijo:

         -Este es mi consejo: nunca comiences nada sin que antes hayas reflexionado cuál será el final de ello.

         Ante estas palabras, los nobles y todos los presentes estallaron en carcajadas, diciendo que el Abdal había sido listo al pedir el dinero por adelantado. Pero el Rey dijo:

        -No tienen motivo para reírse del buen consejo que este Abdal me ha dado. Nadie ignora que deberíamos reflexionar antes de hacer cualquier cosa. Sin embargo, diariamente somos culpables de no recordarlo y las consecuencias son nefastas. Aprecio mucho este consejo del derviche.

        Así, el Rey decidió recordar siempre el consejo y ordenó que fuese escrito en las paredes con letras de oro, e incluso grabadas en su vajilla de plata.

         Poco después, un intrigante concibió la idea de matar al Rey. Sobornó al cirujano real con la promesa de nombrarlo primer ministro si clavaba una lanceta envenenada en el brazo del Rey. Cuando llegó el momento de extraer sangre al Rey, se colocó una jofaina para recoger la sangre. De repente, el cirujano vio las palabras grabadas allí: Nunca comiences nada sin que antes hayas reflexionado cuál será el final de ello. Fue entonces cuando el cirujano se dio cuenta de que, si el intrigante se convertía en rey, lo primero que haría sería ejecutarlo, y así no necesitaría cumplir su compromiso. El Rey, viendo que el cirujano estaba temblando, le preguntó que le ocurría, y éste le confesó la verdad inmediatamente.

         El autor de la intriga fue capturado; el Rey reunió a todas las personas que habían estado presentes cuando el Abdal le dio el consejo, y les dijo:

        -¿Todavía se ríen del derviche?