UN SEÑOR UN POCO MALEDUCADO!

Era una tarde de invierno y yo estaba en la tienda de mis padres. Mi madre y mi abuela atendíen a los clientes y mi padre hacía el pan. Hacia las 6 llegó un señor y nos pidió una barra. Se la dimos y le digimos que valía un €. Nos dió 50 cèntimos y salió corriendo. Ya en la puerta, la tiró al suelo, la pisó y nos la devolvió. Nosotras nos quedamos sin saber que hacer!, sorprendidas!. Mi madre que conocía a la madre de este hombre tan extraño, la llamó. La pobre señora vino corriendo, nos pagó los 50 cèntimos que faltaban y nos pidió perdón.