EL MUNDO DE LO INSÓLITO

Decía Víctor García de la Concha, el director de la Real Academia Española, que el mundo de los humanos es un mundo de palabras: lo que sentimos, lo que pensamos, lo que nos asusta, todo cuanto nos rodea está construido con palabras, y el empeño por conocerlas, por establecer sus lindes y vecindades, por conocer sus significados tiene que ver con la voluntad de aprehender, de poseer de algún modo, lo que designan.

Así, las palabras definen nuestro mundo, lo acotan y señalan con precisión —o imprecisión a veces—, de modo que si cambiamos las palabras cambiamos también nuestra percepción de lo que nos rodea.

Este que ahora iniciamos va a ser un viaje a esos otros mundos insólitos transformados por las palabras. Esos otros mundos que, como decía Paul Éluard en una de sus frases más celebradas, están también aquí.

Y comenzamos la visita a este mundo de lo insólito por el final, justo por el viaje de vuelta, ocupándonos de este avión que, tal y como vemos, regresó a Madrid por una grieta. Porque se sabe de pasillos y corredores aéreos, se sabe de rutas y ventanas, pero no me negarán lo sugestivo de la propuesta: volver por una grieta, con las horas de viaje que ahorra utilizar atajos.

Ahora, que todo tiene sus riesgos y a pesar de las garantías que hoy ofrecen los vuelos en avión, no dejan de ser peligrosos. Comprueben el empeño de ese avión español por estrellarse en Turquía todo el tiempo.

Y es que ocurre a veces, que los titulares —claridad pero sobre todo concisión— no dejan de plantear sus trampas. Tal vez hubiera sido más correcto titular, por ejemplo «Tercer accidente de avión en Turquía en menos de un año», o bien «Se estrella en Turquía el tercer avión español en lo que va de año». No sé. A todo esto, estamos suponiendo que el avión no haya sido siempre el mismo, lo cual es mucho suponer.

Vean si no esta información que no deja de ser en cierto modo alarmante. Ya tienen que ser descuidados los conductores de autobús para perder semejante cantidad de viajeros. Aunque obras para perderse, desde luego, no faltan.

Y es que no vean cómo se ha puesto de peligroso el transporte. La siguiente noticia tiene que ver con los accidentes de tráfico, 500, registrados en Guadalajara a lo largo del año 2000, a los que hay que sumar los 1125 vehículos que chocaron contra un turismo estacionado en el mismo período de tiempo ¿Y el dueño? —se pregunta uno nada más leer la noticia—. ¿Por qué no lo cambiaba de sitio? Definitivamente lo debió dejar estacionado en el punto más negro de la historia del aparcamiento no sólo en Guadalajara capital, sino mundial.

Pero si está complicado el asunto de la industria del automóvil, no quieran ver cómo está la del aceite. Lógico, si la industria del aceite hace aguas, ¿qué quieren? No sólo les auguramos un negro futuro, sino que lo mismo es hasta ilegal.

¿Y el telescopio más grande del mundo? Una obra de ingeniería, óptica y tecnología que permite divisar objetos situados a… ¡100 metros! Para esas prestaciones, en vez de tanto telescopio habría valido con unas gafas de cristales graduados de esas del óptico que regala otro par por sólo un euro más, según la publicidad.

Y es que hay gente que no deja de presumir, la mayor parte de las veces de forma gratuita. Vean a Paula, esta joven gaditana, rubia, bronceada, de uno setenta —no es por exagerar—, que anuncia nada menos que 100 pechos. Una barbaridad se mire como se mire.

Pero se empieza y ya no se encuentra límite. En este mundo insólito que visitamos, puesto a anunciar pechos, conviene no quedarse corto. Ahí tienen a Cristina, modelo guapísima, de 120 pechos, ¿se imaginan? «Atrévete», invita el anuncio. Y no es para menos. Ya anunciaban los expertos que tanta comida rápida, tanta emisión contaminante, tanto protocolo de Kyoto no podía ser bueno. Así que se nos ha llenado todo de mutantes.

¿Qué me dicen de este potrillo de la foto? El primer équido clonado que, según se lee en el texto «revolotea» a sus anchas en una granja de Idaho. ¿Revolotea? No estamos muy seguros. No obstante, al ser clonado el pobre, pues se conoce que dispone de cualidades específicas.

¿Y el caballo protón? ¿Y las palomas de cuerpo abultado de hasta cinco kilos de peso? Menos mal que no somos halcones…

Si es que no podía ser bueno tanto esteroide. Miren al alcalde y a dos de sus concejales en una instantánea que muestra, con crudeza, el resultado del ajetreo de la vida moderna, la comida rápida y la alimentación deficiente. No les digo más que se han hecho vegetarianos, como por otra parte se observa a simple vista.

No es de extrañar con todo este lío la propuesta de un diario, cuyos lectores exigían, y finalmente consiguieron, que los pasos de cebra no se ubicaran en los pasos de peatones, sobre todo para no liarse: las cebras por su lado, y los peatones por el suyo.

Así se evitarían complicaciones como las que vemos a continuación. El actor Roger Moore, el pobre, embestido por la corona británica. Con lo que debe de doler una cornada con corona.

Comenzábamos hablando del mundo de lo insólito. Ya verán los efectos que provoca en el organismo…

 



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