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LA REALIDAD PLURILINGÜE DE ESPAÑA

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En el estado español conviven varias lenguas, la mayoría de las cuales proceden del latín -como el propio castellano, el catalán, el gallego y el aranés-; el vasco, en cambio, es una lengua prerromana cuyo origen está todavía por determinar, aunque se ha especulado con cierto parentesco entre ésta y algunas lenguas caucásicas habladas en zonas fronterizas de Rusia y Turquía.

Con la invasión romana las distintas lenguas peninsulares fueron desapareciendo -el celtíbero, el fenicio, el tarteso, el ligur…-, a pesar de que dejaron su impronta como sustrato, no tan solo en la fonética, sino también en la morfología e incluso en algún rastro léxico. Así pues, según fueran las distintas lenguas que constituían el sustrato de aquella zona geográfica, el latín era adaptado por los hablantes de un modo u otro.

Aparte de ello, el árabe también ejerció distinta influencia en los dominios del catalán, del castellano o del gallego. Las lenguas romances más septentrionales sufrieron menor influjo.

En el siglo XI en la penísula existían distintas lenguas romances además de las nombradas: éstas serían el navarro-aragonés, el astur-leonés y el mozárabe, hablado por los cristianos que habitaban en tierras gobernadas por los árabes. No obstante, estos dialectos del latín fueron prácticamente absorbidos  por el castellano.

Hoy en día, el vasco,el gallego y el catalán sufren la presión de una lengua, el castellano, con un dominio de hablantes muy superior y con varios estados en la que es considerada la lengua oficial por antonomasia, por lo que en las zonas en que se hablan, más que de bilingüismo habría que hablar de diglosia, es decir, que se pretende desde posiciones centralistas que el castellano sea la lengua de prestigio, mientras que la lengua vernácula quede relegada a situaciones socialmente inferiores de la oralidad, como la vida familiar o el folklore.

 

21- LAS VARIEDADES SOCIALES

LAS VARIEDADES SOCIALES

No todos los hablantes que forman parte de una comunidad lingüística pertenecen al mismo grupo social, desempeñan la misma actividad o comparten de un modo u otro una serie de rasgos lingüísticos que les identifican como grupo.

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Así la edad, el hábitat, la profesión, la pertenencia a un grupo social marginal y el nivel sociocultural configuran unas especificidades en la lengua que hay que tener en cuenta. Por ejemplo, existen diferencias lingüísticas entre las hablas urbanas y las rurales: en estas últimas se percibe una tendencia a la conservación del léxico mucho mayor que en las anteriores, que son mucho más dinámicas y cambiantes. Por otro lado, una lengua no sólo comprende las jergas o argots de los grupos marginales (delincuentes, jóvenes urbanos o vendedores ambulantes), sino que los profesionales como médicos, carpinteros, periodistas o toreros -seleccionando unos cuantos- emplean para comunicarse unas jergas llenas de tecnicismos propios de su profesión. A todo ello, hay que añadir el grado de instrucción de los hablantes, que implicará que los de nivel cultural superior puedan emplear variedades elaboradas de la lengua porque dominan todos los registros, mientras que los grupos con escasa formación simplemente puedan expresarse en unas variedades restringidas.

 

20- LA VARIACIÓN GEOGRÁFICA

LA VARIACIÓN GEOGRÁFICA

Una misma lengua se realiza con distintos acentos y características, según sea la zona geográfica en que se manifieste. La lengua castellana, pues, con unos 400 millones de hablantes, repartidos fundamentalmente por Europa y América, posee dos grandes zonas dialectales: la septentrional y la meridional.

Los dialectos de la zona norte son más conservadores en su pronunciación, es decir, se mantienen más apegados al latín original, puesto que han sufrido un menor influjo del árabe. En cambio, en la zona sur, dialectos como el andaluz, el murciano, el extremeño y el canario se caracterizan por la relajación de la “s” al final de sílaba o palabra, la confusión entre las líquidas “l” y “r”, la pérdida de la “d” intervocálica, sobre todo, en los participios, y el yeísmo. Estos mismos rasgos, junto con otros que le son peculiares -el uso de neologismos , préstamos y voces indígenas- podemos hallarlos también en el español de América.

En general, sin embargo, estas diferencias son suaves y no plantean problemas de comunicación.

EL ORIGEN DEL ESPAÑOL

Antes de la llegada de los romanos a la península ibérica, en el año 218 a. C., se hablaban distintas lenguas, como el celtíbero, de origen indoeuropeo al igual que el latín, y el vasco, cuyo linaje todavía está por establecer.

Estas lenguas, llamadas “sustrato”, influyeron, sobre todo, en la manera de pronunciar el latín vulgar, que era el que se hablaba coloquialmente y del que parte el castellano, es decir, que los hispanos adaptaron la nueva lengua a su fonética.

                                             

Sin embargo, no sólo el “sustrato” imprimió su huella en el latín, “estrato”, sino que éste, con el paso del tiempo, del mismo modo que hacen las demás lenguas, fue evolucionando. Por otro lado, con la caída del Imperio Romano en el s. V, la península fue invadida por tribus bárbaras, en una primera oleada, suevos, vándalos y alanos, y, tras ellos, visigodos; tribus, todas ellas de carácter germánico, que introdujeron bastante léxico (saltar, guapo, guerra, escudo, ganar…) Más tarde, a partir del 711, los árabes se impusieron y permanecieron en el territorio por más de 800 años, con lo que esa lengua, el “superestrato”, dejó sus señales en la pronunciación, más que nada en los dialectos meridionales, en el léxico, del orden de unos 4000 vocablos, y en la toponimia.

 

Con el descubrimiento de América, el castellano vio también favorecido su léxico con un caudal procedente de las lenguas amerindias: al introducirse un nuevo producto, su nombre le acompañaba: tomate, tabaco, patata, maíz…

A partir del s. XVII fueron abundantes los galicismos y, tras las revoluciones industriales, los anglicismos.

Vemos así que una lengua, si está viva, va modificándose constantemente y nunca acaba de perfeccionarse.

18- LAS VARIEDADES LINGÜÍSTICAS

LAS VARIEDADES LINGÜÍSTICAS

A pesar de que una misma lengua forma una comunidad lingüística, existen diferencias y variedades, ya que no todos los miembros de dicha comunidad hablan del mismo modo.

Tres son las denominadas variedades de una lengua: las históricas (la lengua sufre una constante evolución y no es lo mismo el castellano actual que el de la época de Don Juan Manuel, en el siglo XIV), las geográficas (también se perciben en seguida distintas realizaciones y acentos de una misma lengua, según de dónde sea el hablante) y las sociales (los distintos grupos, ya sean de edad, clase social, profesión o sexo, determinan asimismo unos rasgos característicos).

Habría que considerar también las variedades de registro, que un mismo hablante puede introducir para adaptar su lenguaje a la situación comunicativa concreta.

17- EL LENGUAJE DE LA PUBLICIDAD

EL LENGUAJE DE LA PUBLICIDAD

La publicidad es un sistema de comunicación que, con el fin de convencer al potencial consumidor, utiliza todos los medios de comunicación de masas que están a su alcance, así como, un conjunto de estrategias y técnicas que favorezcan su objetivo.

De este modo, la función del lenguaje esencial en el mensaje publicitario será la conativa, cuyo fin consiste en persuadir al receptor. Aunque también son frecuentes la poética, para resaltar el mensaje, o la representativa, a fin de informar sobre el producto.

Los códigos de dicho lenguaje son múltiples: desde los icónicos (fotografía, cine, dibujos y gráficos) a los auditivos (palabras y música).

Podemos considerar que la publicidad aporta unos valores positivos, como los económicos o estéticos, a pesar de que existen en ella otros valores de carácter mucho más discutible, relativos a la veracidad del mensaje o a los medios utilizados para transmitirlo. Es decir, por un lado, no siempre lo que se predica se corresponde con la realidad, ya sea porque se embellece, se disimula, o, abiertamente, se engaña. Y, por otro lado, transmite a menudo valores sociales y culturales trasnochados que, sin embargo, está incidiendo en su perpetuación. Nos referimos, en concreto, a los roles masculinos y femeninos más tradicionales y machistas, a la idea de éxito ligada tan sólo a lo económico, al tener frente al ser, sin ir más lejos.

Al enfrentarse a este tipo de lenguaje conviene estar avisado y racionalizar el mensaje, de manera que no pueda alcanzar simplemente nuestro inconsciente y pase también por la criba de la razón y el análisis.

 

16- LA RADIO Y LA TELEVISIÓN

LA RADIO Y LA TELEVISIÓN

Los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de la radio, desde las primeras décadas del siglo XX, y de la televisión, desde mediados del mismo siglo.

                 

Ambos medios gozan de una salud envidiable: la radio dispone de gran credibilidad e inmediatez, además permite elegir entre cadenas generalistas, dirigidas al gran público, y cadenas especializadas (musicales, deportivas, informativas, etc.). Por otro lado, existen también empresas de distinta tendencia ideológica que compiten en alcanzar el mayor éxito y difusión (SER, COPE, ONDA CERO, PUNTO RADIO, RAC 1, COM RÀDIO …), así como entes públicos (RTVE, RADIO 3, RADIO 4, RADIO 5, CATALUNYA RÀDIO…).

A pesar de que la radio configura un único mensaje, se combinan en él un código sonoro y otro verbal. En cambio, el código televisivo es mucho más complejo, puesto que a los dos anteriores hay que añadirle el icónico, lo cual lo enriquece, aunque dificulta la realización simultánea de otras tareas, cosa que es permitida por la radio.

En cuanto a los géneros, comparten el entretenimiento, la información, la formación y la publicidad, si bien son mucho más variados en la televisión: desde los programas infantiles a los de telerrealidad, pasando por los de mejora de vida y los concursos de talentos.

 

El registro lingüístico empleado es el estándar, ya que huye de la complicación de un lenguaje excesivamente culto al aspirar a la divulgación, sin perder la voluntad formadora. Ello implica claridad y concisión, así como dinamismo, a fin de imprimir un ritmo ameno a los contenidos. Sin embargo, el lenguaje de estos medios no se salva de ciertos errores, como el abuso de adjetivos valorativos, de adverbios acabados en mente, o de muletillas que permiten al locutor o presentador darse tiempo para construir su discurso. También hay que notar, como en la prensa escrita, una excesiva influencia del inglés, que se evidencia en múltiples préstamos (film, manager), calcos (calidad de vida) y contaminaciones sintácticas.

 

15- LA OBJETIVIDAD EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

LA OBJETIVIDAD EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 Los medios de comunicación de masas (prensa, radio, televisión, Internet…) no sólo difunden información, sino que también expresan opiniones, teniendo, pues, gran influencia en la sociedad.

Los textos periodísticos informativos, como la noticia o el reportaje, han de mantener una clara imparcialidad y transmitir meramente hechos. En cambio, en los textos periodísticos de opinión, esto es, el artículo, la columna, el editorial, etc. es imprescindible la subjetividad, puesto que se vierte la visión particular del emisor.

El problema surge cuando, en textos de carácter informativo, el periodista, ilegítimamente, mezcla informaciones con opiniones o valoraciones; o bien tergiversa la información mostrándola de una manera sesgada.

Es por ello que hay que estar muy atento a estas cuestiones y distinguir las empresas periodísticas según su rigor informativo.

14- CARACTERÍSTICAS DE LOS TEXTOS HUMANÍSTICOS

CARACTERÍSTICAS DE LOS TEXTOS HUMANÍSTICOS

  Los textos humanísticos son aquellos que hacen referencia al pensamiento, las relaciones sociales o la lengua de los seres humanos. En ellos, se acostumbra a combinar la exposición con la argumentación. Su estructura puede ser inductiva (“analizante”, primero, se exponen los argumentos y, luego, la conclusión) o deductiva (“sintetizante”, en primer lugar aparece la tesis, que, posteriormente, se desarrolla con argumentos); también pueden alternarse los argumentos opuestos (“encuadrada”).

                

En cuanto a las formas lingüísticas, hay que señalar que se utilizan las lenguas naturales, es decir, no existen unos lenguajes formales específicos a cada materia, por lo que se produce cierto grado de imprecisión con la polisemia o la subjetividad. Se combina la denotación con la connotación en oraciones extensas y, frecuentemente, en estilo nominal. Por otro lado, la cohesión se manifiesta con conectores textuales que ordenan y relacionan las ideas expuestas. El léxico contiene una gran dosis de abstracción y derivación, así como tecnicismos propios de la materia desarrollada.

13- EL LENGUAJE DE LOS TEXTOS CIENTÍFICOS Y TÉCNICOS

EL LENGUAJE DE LOS TEXTOS CIENTÍFICOS Y TÉCNICOS

El lenguaje científico-técnico ha de resultar muy preciso y no dar cabida a múltiples interpretaciones, sino a la objetividad. Por ello, debe ser denotativo y monosémico, así como tiene que tender a la impersonalidad,  bien con la utilización de oraciones de este tipo,  bien con pasivas reflejas, o con oraciones cuyo sujeto no sea personal.

Sintácticamente, además, se recurre a las oraciones simples o de escasa complejidad, predominando las coordinadas sobre las subordinadas, y éstas de las que concretan circunstancias temporales, modales o de lugar.

  

En cuanto al léxico, es de señalar la abundancia de tecnicismos; algunos de ellos cultismos, procedentes tanto del latín como del griego, y otros, neologismos, cuyo origen viene siendo el inglés desde todo el siglo XX. La lengua receptora sufre ciertas dificultades a la hora de digerir dichos tecnicismos, puesto que su difusión actualmente es instantánea, con lo que inmediatamente debe aceptar el término como xenismo o adaptarlo, ya como préstamo semántico, ya como calco.