10- TEXTO EXPOSITIVO Y ARGUMENTATIVO

TEXTO EXPOSITIVO Y ARGUMENTATIVO

El texto expositivo sirve para aportar informaciones y conocimientos, mientras que el argumentativo pretende expresar opiniones o rebatirlas con la intención de influir en el receptor.

Dentro de los textos expositivos podemos distinguir aquéllos que van destinados a un amplio sector del público por lo que son relativamente fáciles de entender, los divulgativos, de los científicos o especializados, cuyo grado de dificultad es alto, ya que exigen unos conocimientos previos. Sin embargo, ambos han de poseer una estructura ordenada, ya sea de carácter lógico -deductiva o inductiva-, cronológico o jerárquico. Abunda la sintaxis compleja, con frecuente presencia de oraciones atributivas y subordinadas  que expresan relaciones lógicas, como son las causales, las consecutivas o las explicativas. El léxico es claro y preciso, así como denotativo, y preferentemente el tiempo verbal es el presente atemporal.

En el caso de los textos argumentativos, además de la función referencial aparece también la conativa. Los distintos tipos de argumentos –autoridad, sentir de la sociedad, analogía o comparación, ejemplificación o experiencia individual- deben distinguirse de las falacias, muy usados en los textos argumentativos orales: ad hominem (que descalifica a la persona que presenta una idea opuesta), ad baculum ( con apelación de la fuerza), ad ignoratiam (que considera el argumento como verdadero porque no se ha demostrado lo contrario), o tu quoque (que desautoriza acusando al otro de actuar de la misma forma). En cuanto a los rasgos formales, también es necesaria la exposición clara, directa y ordenada de los argumentos; en el léxico abundan voces que anteceden a las opiniones (como creer, considerar, pensar…)

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