19.- Paralelismos entre Segismundo y Rosaura.

 

La comedia nueva de Lope era consciente que su teatro tenía como objetivo gustar al público y para conseguirlo debía abandonar las rígidas normas clásicas (los “preceptos”). La renovación se basa en la ruptura con las normas clásicas y por eso propone el rechazo de las a tres unidades. Según Aristóteles y los renacentistas, la obra dramática debía reflejar las unidades de lugar, tiempo y acción; esto es, tenía que desarrollarse en un único espacio/decorados, en un tiempo máximo de un día, debía exponer un único conflicto o tema. Lope hace todos los cambios que considera que son del gusto del público. Así, respecto al lugar introduce numerosos escenarios que aportan dinamismo y vistosidad al espectáculo; en cuanto al tiempo, Lope lo alarga todo lo que le conviene. La unidad de acción es la más respetada por Lope, aunque, en general, junto a la acción principal, se establece una acción secundaria que les sirve de contraste.

 

 

Precisamente en La vida es sueño a (1646), Caderón utiliza con maestría dos acciones: la acció principal (protagonizada por Segismundo) y la acción secundaria protagonizada por Rosaura. Las dos tramas de que está formada LVS representan  sendas tramas de “ascenso”. Los personajes han experimentado una caída metafórica (e incluso física en el caso de Rosaura) y recuperan a lo largo de la obra su rehabilitación social y personal.

 

Entre las coincidencias de ambas acciones conviene destacar un paralelismo evidente: Clotaldo y Basilio son los padres respectivos de Rosaura y Segismundo. Ambos padres eluden sus deberes y la responsabilidad paterna. Esta condición de que ambos protagonistas sean abandonados por sus padres resulta muy significativa y constituye un tema recurrente en la obra de Calderón. En el caso de Segismundo, el resultado del abandono es la pérdida y su desconocimiento de su condición de príncipe, y en el de Rosaura fue la pérdida de su honor y, a inicio de obra, de su vida.

Además, los dos protagonistas fuerzan la voluntad de sus padres, que en principio perjudicaba a sus hijos. En ambos casos se observa el mismo desamor. Ahora bien, Clotaldo muestra su tormento interior en mayor medida que Basilio. Este es más calculador, las ciencias que ha consultado lo dominan y sus sentimientos no asoman. Clotaldo, desde su posición de subordinado, se debate por su honor y su respeto a los superiores: su indecisión le lleva a seguir a su rey hasta la injusticia y, ante la obligación, de matar al burlador Astolfo, le propone a su hija que se meta a monja.

 

La acción principal avanza de manera lineal, mientras que la acción secundaria se enmaraña con la primera y tangencialmente se superpone cuando ambos personajes coinciden tres veces en escena.

El primer encuentro (visual) entre Rosaura y Segismundo se produce cuando Rosaura va disfrazada de hombre. A pesar del disfraz, Rosaura -hombre- consigue despertar en Segismundo, un ser encarcelado y misántropo, sentimientos de empatía. Una vez que Rosaura queda libre de culpa, Clotaldo decide no contarle que es su padre. Rosaura solo descubre su condición femenina exactamente al final de la primera jornada cuando revela a su padre Clotaldo (aunque ella no lo sepa) que el motivo de su deshonor es Astolfo: esta revelación reproduce la zozobra de Clotaldo, que ahora ya no puede escamotear su responsabilidad. Los asuntos de amor corresponden al varón, al padre o al marido. Frente a este enredo, la posición de Segismundo, por ser trágica igualmente, es mucho más sencilla, pues como hombre, es responsable de recuperarse por sí solo de la injusticia a que se ve sometido y resarcir su deshonra, pues lo han querido convertir en un hombre-fiera.

 

En el segundo encuentro entre Rosaura (ya como mujer) y Segismundo, se produce en la segunda jornada de la obra, cuando es liberado como prueba, el príncipe, impresionado por el sexo femenino, asedia a Rosaura, quien ha encendido su deseo. Segismundo manda a todo el mundo que salga de la estancia para satisfacerlo, entonces Clotaldo (que estaba espiando la escena) revela su presencia, se opone a las lujuriosas pretensiones de Segismundo y este lo amenaza con una daga. Rosaura grita en petición de auxilio. El héroe ha sucumbido a todas las pasiones, ha sido vencido por la prueba, pero Calderón lo ha presentado como un hombre que sigue su instinto por la educación que ha recibido, mensaje que se transmite en esta escena a través de Rosaura.

 

En el tercer encuentro de los protagonistas, Segismundo ha sido liberado por el pueblo para que este derrote a su padre. Rosaura pide ayuda a Segismundo para que haga suya la causa de su agravio. Obsérvese el cambio operado en Segismundo, de violador en potencia a salvador de su honor. Segismundo se tiene que casar con su prima estrella, para que Astolfo y Rosaura sellen con el matrimonio la recuperación del honor de la joven. De algún modo, la trama que protagoniza Rosaura sería de importancia para que Segismundo supere la última prueba, la seducción femenina, lo que logra a duras penas, sin mirarla, aunque comprometiéndose con su causa, pero sabiendo que su atracción es superior a su voluntad.

 

Hay que notar la evolución de los personajes durante estos tres encuentros: en el primero, Segismundo va ataviado como una fiera, con pieles y encadenado, mientras que Rosaura va disfrazada de hombre para encubrir su deshonor. En el segundo, Segismundo lleva indumentaria de príncipe, pero su comportamiento es de fiera, mientras que Rosaura es ya mujer, aunque de indentidad fingida. En el tercer encuentro, Segismundo es príncipe de verdad (por su comportamiento, no por su indumentaria), mientras que Rosaura va vestida de gala aunque con armas de hombre. (vv. 2712).

 

 

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18.- Los diversos planos de la obra. Metafísico y teológico.

Plano metafísico. (La consistencia de la realidad; la vida como sueño).  

 

En el Barroco, se creía firmemente en la existencia de una vida después de la muerte otorgada según los principios del Cristianismo (Infierno, Purgatorio, Paraíso). Por tanto, nuestra vida como seres humanos no tiene entidad frente a la eterna, que es inmutable y, por definición, imperecedera. El acto de soñar (también llamado “sueño”) nos siembra la duda de si la vida en vigilia no será más que un producto de nuestra imaginación, algo efímero sin entidad. Como buen católico, la creencia de Calderón en la vida eterna (más allá de la muerte) le lleva a priorizar esa vida de ultratumba y, por contraposición, la existencia humana solo tiene sentido y entidad como preparación para la vida más allá de la muerte.

 

Cuando Segismundo despierta en palacio, vivirá una existencia terrenal a la que le da valor de vida absoluta y verdadera, en que satisface sus instintos y placeres, pero se “despertará” bruscamente con la muerte y el castigo eterno de los infiernos. Calderón nos da a entender de esta manera que la vida en palacio y su posterior despertar son alegoría de nuestra vida efímera y nuestra posterior vida, esta sí verdadera, en el más allá. Por esto, la entidad de nuestra experiencia siempre debe estar sujeta a la duda, ya que la apariencia de verdad nos puede engañar, como hizo con Segismundo, quien aplica este aprendizaje en el acto III. Por eso, el príncipe de Polonia es metáfora de los seres humanos, pues evoluciona desde su salvajismo del inicio de la obra, pasando por su entrega a sus instintos en la primera estancia en el Palacio, para luego obrar con sensatez y llegar a deducir la doctrina cristiana: ante la duda debemos optar por la virtud, es decir, la humildad de un comportamiento acorde a la virtud de la fe que nos permita hacer méritos para despertar y tener premio en la vida verdadera, la del más allá.

 

 

Plano teológico (el libre albedrío/ la predestinación del alma).

 

Podemos establecer una lectura teológica en clave de la Contrarreforma, que fue la respuesta a la Reforma Protestante de Martín Lutero, que había dividido a la Iglesia durante el siglo XVI. Tras el cisma cristiano de Lutero y Calvino, el Concilio de Trento hizo que la doctrina católica fuese más rigurosa e inflexible.

 

Según los protestantes, Dios todopoderoso “sabe” de antemano quién de los humanos se va a salvar y quién se va a condenar en los Infiernos. Pretender como los católicos que el cielo se logra mediante las obras es un insulto a la naturaleza divina; la salvación se consigue mediante la oración y la fe. .

 

En la obra, hay dos ideas teológicas importantes: la idea del libre albedrío y la idea del determinismo de las estrellas en la vida humana. Desde la concepción de la Contrarreforma católica, la libertad humana es uno de los dones divinos. Frente al determinismo, lo importante es la libertad del ser humano de hacer el bien o el mal. Calderón admite una influencia “indirecta” de la predestinación, que hace que el libre albedrío sea la verdadera razón de ser de la conducta. Los humanos tenemos capacidad de elección y acción, y se puede vencer las estrellas, aunque estas nos predispongan (nunca nos predestinan).

A este respecto, un rey como Basilio que se dedica a una ciencia tan insegura como la astrología, desperdicia su sabiduría: interpreta mal los designios que indicaban que Segismundo iba a ser un tirano pero, además, en vez de corregir esta inclinación mediante una educación digna de un príncipe que hubiese hecho a Segismundo un buen gobernador, incide en convertirlo en una fiera al recluirlo en una prisión desde su nacimiento.

El comportamiento de este en palacio, por tanto, tiene a su padre como principal culpable, por haber creído en la predestinación y negado su libre albedrío. En un primer momento, la idea del determinismo parece triunfar, porque Segismundo, en esa primera puesta en libertad, se mueve por un sentimiento de venganza, ya que al encerrársele desde su nacimiento ha sido condenado a una vida que no es humana, sino de una bestia. Opta por la el mal, por saciar sus instintos más primarios: quiere matar a Clotaldo, amenaza a Astolfo, es descortés con Rosaura y amenaza a Basilio, para acabar matando a un criado. En este primer Segismundo liberado triunfa la parte más irracional, más animal, más pasional. En la segunda salida de la prisión, sin embargo, triunfará la ideología de Calderón (y de la doctrina oficial de la Iglesia de la Contrarreforma): su libre albedrío y el personaje Segismundo se liberará de las cadenas del mal, escogiendo el camino del bien; él será responsable y hacedor de su destino, y escoge la virtud cristiana: permite vivir a Clotaldo, respeta el honor de Rosaura y perdona a su padre, al que permitirá seguir reinando.

 

 

 

 

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16.- Métrica y retórica para La vida es sueño.

a) Tipos de estrofa: romance, redondilla, décima, silva, quintilla, octava. 

 

(…)

Acomode los versos con prudencia

a los sujetos de que va tratando:

las décimas son buenas para quejas;

el soneto está bien en los que aguardan;

las relaciones piden los romances,

aunque en otavas lucen por extremo;

son los tercetos para cosas graves,

y para las de amor, las redondillas; (Lope de Vega, Arte nuevo para hacer comedias en este tiempo).

 

Romances:Serie indefinida de versos de ocho sílabas o arte menor. Rima asonante en los veros pares.  Calderón usa los romances para intercalar narraciones (“relaciones”), según dictó Lope de Vega.  Curiosamente la obra comienza con “romances”: Rosaura con ropa de hombre mantendrá un diálogo con Segismundo y Clarín.

Redondillas: Estrofa de cuatro versos de ocho sílabas o arte menor. Rima perfecta con el esquema abba. Como hay una trama amorosa en la obra de dos parejas cruzadas, por ello parece que Calderón se decante por esta estrofa, como por ejemplo, en las intervenciones de Segismundo enamorado.

Décimas. Las 34 décimas que utiliza las reserva Calderón de la Barca para los monólogos (soliloquios) del protagonista, Segismundo en  sus lamentos son los momentos más importantes de la obra. Estrofa de diez versos octosílabos, cuyos cinco primeros riman abbaa y los cinco restantes ccddc.

Silvas.  Serie de versos heptasílabos y endecasílabos de rima consonante se fija en un esquema métrico a modo de estrofa. Más que“silvas” podríamos decir que Calderón utiliza las “estancias”, que ocurre cuando la tirada o serie de versos heptasílabos y endecasílabos de rima consonante se fija en un esquema métrico a modo de estrofa. Y es que las “silvas“ de Calderón son, de hecho, “silvas de pareados”. Llama la atención de que el autor opta por ese esquema métrico prácticamente con el valor que le otorgaba Lope a los “tercetos”, para el lucimiento de discursos sobre temas graves o retóricamente muy cargados, culterano o conceptista (ejemplo de ellos son algunos parlamentos de Rosaura, con alusiones mitológicas).

Octavas: Estrofa de ocho versos endecasílabos de rima perfecta o consonante con el esquema ABABABCC.  Las 8 “octavas“ que usa Calderón en su obra forman parlamentos del rey Basilio padre de Segismundo; como decía Lope, sirven para remarcar el poder y prestigio del personaje que habla.  Con ello podemos observar que sigue el consejo de Lope en su Arte nuevo de lograr el “decoro” o la adecuación entre el personaje y su forma de hablar. Cada personaje debe usar un lenguaje que lo caracterice, y que dé verosimilitud a la obra, y un rey merece que “hable” en “octavas”.

 

b) Figuras retóricas. Enlace

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15.- La educación del príncipe y el error de Basilio.

El pensamiento de Calderón recoge un debate sobre la doctrina política en boga en la época.

 

El príncipe, de Maquiavelo. “El fin justifica los medios”. Es un tratado de teoría política escrito por Nicolás de Maquiavelo en 1513, mientras se encontraba confinado en san Casciano por la acusación de haber conspirado contra los Médici. Maquiavelo cree también en cierta maldad natural de los hombres, como sería la de Segismundo. En su obra se justifica que el rey pueda gobernar a su antojo contra esta maldad natural que a él no le afecta debido a su origen divino. No obstante, sí tiene obligaciones morales.

Calderón recoge las ideas políticas del Padre Mariana, jesuita y teólogo. Sugiere que el rey ha de subordinarse a la moral y al estado, y que ha de responder no solo ante Dios, sino asumir las consecuencias de su gobierno. Si Basilio ha errado, esto no le da la razón a Segismundo; es el libre albedrío de este el que prevalece frente al determinismo aplicado por su padre. Hay un cierto derecho de contestar a un poder que va contra las leyes naturales, y la ejecución del soldado que acudió a liberar a Segismundo así lo prueba.

 

Basilio actúa como un mal rey al prestar atención a la astrología antes que al derecho natural. El exceso del rey Basilio es un exceso de orgullo, de fiarse de una idea muy en boga en la época de que las estrellas rigen el destino de los seres humanos, idea que se aceptaba, pero no como predestinación absoluta, sino como “influencia indirecta”, porque sería como contradecir el dogma cristiano del libre albedrío. El error de Basilio desencadena las acciones de los

Basilio no es un buen padre; a pesar de los vaticinios, su obligación era educar a su hijo, pues este tenía derecho a reinar según la concepción divina de la monarquía propia del absolutismo. Privando de educación a su hijo, el rey Basilio viola este derecho natural. Para corroborar que es poseedor de la verdad absoluta, que sabemos falsa, el rey Basilio somete a su hijo, Segismundo, a una prueba: lo liberará de la prisión para poder comprobar cómo actúa. En un primer momento, la idea del determinismo parece triunfar, porque Segismundo, en esa primera puesta en libertad, se mueve por un sentimiento de venganza, porque probablemente al encerrársele desde su nacimiento ha sido condenado a una vida que no es propia de la condición humana sino de una bestia. En Segismundo liberado triunfa la parte más irracional, más animal, más pasional; la mera presencia de Rosaura desencadena el deseo y la lujuria y, ante su propio padre, se siente poseído por la ira. En la segunda salida de la prisión, sin embargo, triunfará el libre albedrío, que era la ideología de Calderón (y la doctrina oficial de la Iglesia de la Contrarreforma),  y Segismundo se liberará de las cadenas del mal, escogiendo el camino del bien; él será responsable y hacedor de su destino, y escoge el bien. Por eso perdona a su padre y, pese a la atracción amorosa que Rosaura le despierta, la libera para que esta pueda restaurar su honor.

 

 

 

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14.- El concepto de sueño en LVS.

La palabra “sueño” es polisémica en la lengua castellana..

 

sueño. (Del lat. somnus ).

 

  1. Acto de dormir.
  1. Acto de representarse en la fantasía de alguien, mientras duerme, sucesos o imágenes.
  1. Estos mismos sucesos o imágenes que se representan.
  1. Gana de dormir. Tengo sueño. Me estoy cayendo de sueño.
  1. Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse.

 

 

Si bien la vida como sueño (la vida como algo efímero destinado a desaparecer) no es el tema principal de la obra de Calderón (en su caso, lo es el debate sobre el libre albedrío o el determinismo), es uno de sus asuntos más principales.

La vida comparte con el sueño que ambos están destinados a ser fugaces, que son inconsistentes por tanto y que es difícil diferenciar la realidad de lo que es únicamente apariencia, pues los sueños suelen tener apariencia de vida. El Barroco tiene multitud de obras que juegan con la ambigüedad entre realidad y apariencias: Don Quijote y la obra de Lope en que Calderón se inspira más, Barlaán y Josafat.

 

 

Así, en LVS hay diversas situaciones en que se plantea al espectador que reflexione sobre el sentido de sueño. Por ejemplo, en II, 1, Segismundo despierta de un “sueño” literal (ha dormido) al que ha sido inducido por Clotaldo para que el rey Basilio compruebe si los vaticinios funestos que se produjeron en su nacimiento eran acertados, ahora que quiere nombrar sucesor. Si esto fuese así, el Rey tiene previsto hacer creer a Segismundo que su estancia en palacio habrá sido parte de un “sueño” en el mismo sentido literal.

En este sentido en II,6, después de los desmanes cometidos por su hijo, el rey Basilio le dice que no entiende cómo ha podido comportarse así, y que le tiene miedo. Es precisamente en este momento que el rey  Basilio le pide a su hijo que recapacite sobre si está soñando o no: el rey induce a la duda del protagonista, para que este asimile su libertad en la corte como mera fantasía (“sueño”) . Aunque la duda logra enraizarse en Segismundo, continúa en su comportamiento instintivo en varias escenas, hasta que en II, 10 el rey Basilio decide mandar a Segismundo a su celda. Antes de encerrarlo lo vuelven a  a dormir (con un somnífero), a someterlo al “sueño” físico.

Cuando Segismundo acepta resignado que su breve tiempo en palacio formó parte de un sueño, en la obra se equipara “vida” con el “sueño” porque este tiene una apariencia de realidad que nos llevará al desengaño, uno de los grandes temas del Barroco. Cuando descubrimos que las apariencias se difuminan al despertar, tomamos conciencia de la fugacidad de la vida y llegamos a la conclusión de que en ambas hay que comportarse según la virtud cristiana, con humildad y prudencia.

Para el cristianismo (y más, para el catolicismo de contrarreforma), la concepción de la vida como sueño conecta con la tradición de considerar que la verdadera es la vida eterna, la vida más allá de la muerte. La vida terrenal es apenas mero tránsito y uno se tiene que resignar con la esperanza de la vida del alma tras la muerte del cuerpo. En este sentido, la trayectoria de Segismundo se constituye como alegoría de todos los humanos. Por eso, en sus monólogos que cierran los actos II y III nos adoctrina al decir que nuestro objetivo verdadero es hacer el bien, sea en sueños o no, y lo pondrá en práctica perdonando la vida a su padre y permitiéndole seguir reinando.

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13.- La polimetría en LVS.

Lope de Vega, el padre del estilo teatral del Siglo de oro (la comedia nueva) incluye en su Arte nuevo de hacer comedias (1609) los preceptos dramáticos que configuraron su propuesta teatral, la comedia nueva. Entre estos, la polimetría  (la vinculación de determinadas estrofas a diferentes usos temáticos en escena) es uno de los más importantes. Escribió Lope:

“Acomode los versos con prudencia

a los sujetos de que va tratando:

las décimas son buenas para quejas;

el soneto está bien en los que aguardan;

las relaciones (los relatos) piden los romances,

aunque en octavas (reales) lucen por extremo;

son los tercetos para cosas graves,

y para las de amor, las redondillas; (…).”

En LVS, Calderón sigue bastante fielmente los preceptos métricos de Lope de Vega, pero introduce algunas variaciones:
a) En LVS no se incluyen sonetos ni tercetos (Calderón suele usar la décima para los monólogos, como el de Segismundo pág. 8).
b) La estrofa más común en los diálogos es el romance, aunque también abundan las quintillas (pag. 26, dia´logo entre Astolfo y Estrella).
c) Calderón usa la redondilla para los diálogos pero no solo los de amor (ejemplo, pág. 57, cuando Seg despierta en palacio).
d) En los momentos  de más lucimiento retórico, Calderón suele usar silvas o estancias (combinaciones de versos de 7 y 11 sílabas; ejemplo, encuentro entre Segismundo y Rosaura en palacio, pág. 71).
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12.- El Barroco y el estilo de LVS.

Se asocia el Barroco al siglo XVII; es la época posterior al Renacimiento. Tras el reinado de Carlos I (1516-56), que coincide con la aparición del Renacimiento, la época del Barroco coincide con los últimos reyes de la casa de Austria (Felipe II, III, IV y luego Carlos II), que heredan un imperio que pretenderán mantener infructuosamente, a lo cual dedican gran parte de las riquezas del país, provocando así un gran empobrecimiento de su población. No obstante, el desgaste de las guerras con otras potencias europeas provocará que derrotas como la independencia de los Países Bajos, 1579; la derrota de la Armada invencible en 1588; la expulsión de los moriscos en 1609; levantamientos en Cataluña, Sicilia, Nápoles, consolidadas con el Tratado de los Pirineos de 1659 que puso fin, con la pérdida de la hegemonía española, al enfrentamiento con Francia en la Guerra de los treinta años.

Se inicia una época de contrastes: el derroche cortesano hacía de contrapunto a la pobreza de las ciudades, reflejada en géneros como la novela picaresca. Por eso, la cultura de esta época trasluce un hondo pesimismo y un clima de inseguridad y temor, que puede verse en pinturas de Velázquez que se recrean en retratar la deformidad como hace Quevedo en algunos poemas:

Además, la profunda religiosidad propia de la Contrarreforma (tras el Concilio de Trento (1563) y el Índice de libros prohibidos) derrota a los ideales renacentistas de tolerancia, armonía y equilibrio. Estos contrastes se manifiestan en la cultura: la religiosidad más profunda convive con el tono cínico y caricaturesco, como en las pinturas de El Greco. También, de El Greco, El caballero de la mano en el pecho.

La belleza ideal convive frente a el realismo más descarnado y los temas graves filosóficos conviven, incluso en el mismo autor, como Quevedo, con el tratamiento burlesco de estos, o con la parodia de los asuntos clásicos; un ejemplo de ello, en la pintura Los borrachos, de Velázquez. Por eso, el gran tema barroco es el desengaño (la realidad descarnada que desenmascara a los ideales pasados), también visible en obras como La forja de Vulcano.

Estos contrastes entre los ideales imposibles y la realidad se manifiesta en la exagerada ornamentación de sus obras artísticas; los estilos barrocos exageran la expresión tanto en los ideales como en la descripción de la realidad más baja. Los autores buscan metáforas originales, la lengua ya no es clara, armónica y elegante sino recargada y a veces oscura. Los dos estilos poéticos del Barroco (el conceptismo de Quevedo y el culteranismo de Góngora) no pueden ser más diferentes en la forma, pero comparten el gusto por la expresión complicada y por el esfuerzo interpretativo.

ESTILO BARROCO EN LVS (1636).

a) Exceso de ornamentación.

  • Los juegos de ingenio. vv. 223-242. Elogios de Astolfo a Estrella.
  • Las largas simetrías. vv. 104- 173. Primer monólogo de Segismundo comparando su destino al de un ave, una fiera y un arroyo.
  • Exceso de figuras retóricas. (durante toda la obra).
  • Exceso de descripción y de comparaciones. vv. 485.

 

 

b) Citas clásicas (mitología o autores clásicos).

  • v. 1, Hipogrifo,  v.10, Faetonte, etc…
  • v. 840, Séneca.

 

c) Contrastes (que ilustran el tema del desengaño). . 

  • v. 41. Las intervenciones del gracioso.
  • vv. 1163-1202. El segundo monólogo de Segismundo.

d) Ingenio (según el libro de Agudeza y arte de ingenio, de Baltasar Gracián: “lo bueno si breve, dos veces bueno”).

  • Las intervenciones de Clarín.
  • La forma como Rosaura resuelve el enredo amoroso de su retrato en manos de Astolfo.
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11.- Elementos de la biografía de Lope.

A partir de la información de la vida de Lope de Vega, completa su biografía.

c) Su contacto con la milicia…………..

d) Su affaire con Elena Osorio…………….

e) Su primera mujer, Isabel de Urbina. Su estancia en Valencia y su influencia en su teatro…………….

f) Nuevos problemas con la justicia……………..

g) Su segunda esposa: Juana de Guardo………………

h) Micaela Luján…………..

i) El sacerdocio de Lope (1612)………………….

j) Su último gran amor: Marta de Nevares…………………….

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10.- Características del teatro barroco. El Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, de Lope de Vega (1609).

En el siglo XVII, Lope de Vega tuvo la genialidad de proponer una fórmula teatral de éxito seguida por todos los autores a partir de entonces. Se le llamó la COMEDIA NUEVA para distinguirse de la obra teatral clásica. Esta comedia combinaba la calidad literaria con la capacidad de atraer al público, objetivo que logró como nadie.

En 1609 Lope compuso su Arte nuevo de hacer comedias, breve e irónica obra en la pretende explicar su concepción teatral y defenderse de los que le critican por apartarse de los modelos clásicos. A lo largo de su tratado va mostrando las características que tienen las obras que escribe:

  • Número de actos: Divide la comedia en tres actos (unos tres mil versos) y los llama jornadas.(El teatro clásico tenía cinco actos).
  • Propone la mezcla de lo trágico y lo cómico. La comedia ha de representar la variedad, igual que la vida. Esto implica que en una misma obra pueden aparecer personajes nobles y plebeyos, reyes y campesinos… Se mezclan los estratos sociales, aunque se guarda el decoro en la forma de hablar, comportarse, vestirse… El gracioso (papel interpretado por el criado del galán) aparece incluso en las obras más trágicas o más graves, igual que en el teatro de Shakespeare.
  • El teatro clásico proponía el respeto de las tres unidades -acción, tiempo y lugar-. La obra debía tener una única acción y desarrollarse en un mismo lugar y durante una jornada. Lope acepta, aunque no la observe en sus comedias, la unidad de acción; sin embargo, por razones de verosimilitud, cree innecesario guardar las de tiempo y espacio.
  • Las obras teatrales se escriben en verso. El escritor utiliza diferentes tipos de estrofas según las situaciones. (polimetría). En este sentido, Calderón usa sobre todo versos octosílabos (apenas heptasílabos o endecasílabos).
  • El gusto: Lope admite que hay que adaptarse al gusto popular (“hablar en necio”), puesto que el público es el que paga. El fin de la comedia es provocar el disfrute del público.

LOS GÉNEROS TEATRALES

El teatro clásico estaba delimitado y ordenado desde la época griega. Existían las tragedias (género más digno y elevado, protagonizado por personajes nobles en lenguaje que se expresan en registro más culto, y que finalizan con una catarsis –conmoción- producida por una muerte lamentable) y las comedias (género protagonizado por personajes de clases más bajas, que se expresan en registro más coloquial, que tienen final necesariamente feliz).

Con Lope, cambia esta formulación. A las obras que se escriben en el siglo XVII siguiendo la fórmula de Lope se les llamó genéricamente comedias, aunque este nombre no se corresponde con el concepto clásico de comedia. De hecho, muchas de las obras que se escriben en el Barroco son tragicomedias o dramas (tienen elementos trágicos mezclados con contrapuntos cómicos y pueden tener un final feliz o desdichado). En esta época, los géneros teatrales que pasan a ser populares al tener gran éxito en los corrales de comedias, pasan a ser los siguientes.

TIPOS DE COMEDIAS: mezclan personajes elevados y bajos y tienen un final feliz.

  • Comedias históricas y legendarias: Fuenteovejuna.
  • Comedias de capa y espada. El acero de Madrid. 
  • Comedias  de enredo amorosoEl perro del hortelano. Desarrollan argumentos amorosos basados en malentendidos e intrigas.
  • Comedias de aparato: tienen una puesta en escena complicada y necesitan ser representadas en un teatro de corte. Suelen acompañarse de canto y baile: Ni amor se libra de amor de Calderón

TIPOS DE TRAGICOMEDIAS O DRAMAS: mezclan personajes elevados y bajos, situaciones trágicas y cómicas y pueden acabar bien o mal.

  • Dramas filosóficos y religiosos, que tratan temas como el destino, la libertad del individuo, el poder divino…: La vida es sueño.
  • Dramas de honor en los que se plantea un problema de honra: El médico de su honra de Calderón. Suelen contar historias de venganzas ante la pérdida del honor.
  • Autos sacramentales: representaciones espectaculares que tienen como tema un asunto de fe.

Enlace al Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, de Lope de Vega, 1609.

Características particulares de Calderón al asumir los preceptos de Lope de Vega.

 

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9.- La creación del teatro como espacio en el Siglo de Oro: Lope de Vega y los corrales de comedias.

Vídeo sobre los espacios en que se representaba el teatro del Barroco (las comedias, los autos sacramentales y el teatro cortesano o palaciego).

  • Gráfico de un corral de comedias.
  • El corral de comedias de Almagro.
Juan Eslava Galán, EL PAÍS SEMANAL, diciembre de 2003.EL TEATRO.

 

El teatro es la gran pasión de casi todas las gentes. El programa cambia cada semana. A la hora de la función, a media tarde, los artesanos cierran la tienda, se visten de caballeros -espada al cinto, sombrero calado- y se van al teatro a encontrarse con los amigos y a ojear a las amigas.
Los hombres se sitúan en el patio: los comerciantes pudientes, delante del escenario, en bancos de madera; los menos pudientes (llamados mosqueteros), detrás de ellos, de pie. Las mujeres se acomodan en la cazuela, una especie de gran palco situado sobre la puerta de entrada. Los nobles y los ricos alquilan para sus familias los aposentos, en las fachadas laterales. Un aposento vale 12 reales, mientras que la entrada de un mosquetero, sólo un real o menos. En la sala hay vendedores ambulantes de aloja, lima y tablillas (pastas de harina, huevo y canela).
El teatro más antiguo de Madrid, en la plaza de Santa Ana, es el corral de la Pacheca (1583), que en tiempos de Alatriste, cuando triunfaba en él Lope de Vega, se llamaba corral del Príncipe. Hoy, reedificado en el siglo XIX, se llama teatro Español.
El escenario está situado frente a la puerta de entrada, sobre un tablado, y los vestuarios y los corredores con las tramoyas están detrás. Además de actores tan famosos como Juan Rana o La Calderona (amante del rey y de Alatriste en la quinta entrega de la serie), el corral dispone de hábiles tramoyistas capaces de cambiar el escenario en un santiamén, fingiendo tormentas, mares, desiertos y toda clase de trucos y efectos especiales, cuya importancia en el conjunto del espectáculo crece de día en día: ascensos al cielo, rocas que se abren, paisajes en perspectiva, ríos, fieras… Los actores entran y salen por los escotillones, orificios practicados en el tablado.
Cuando la obra gusta, los espectadores aplauden. A veces el entusiasmo es fingido porque los autores sobornan a algunos mosqueteros para que aplaudan. Si la obra decepciona, los mosqueteros prorrumpen en pateos o silbidos y arrojan a los actores huevos, frutas o verduras en mal estado, e incluso edificio (es decir, cascotes de yeso). Puede ocurrir que la bronca resulte más teatral que la propia representación. Existen camorristas profesionales contratados para hundir las obras de ciertos autores.

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