La comedia nueva de Lope era consciente que su teatro tenía como objetivo gustar al público y para conseguirlo debía abandonar las rígidas normas clásicas (los “preceptos”). La renovación se basa en la ruptura con las normas clásicas y por eso propone el rechazo de las a tres unidades. Según Aristóteles y los renacentistas, la obra dramática debía reflejar las unidades de lugar, tiempo y acción; esto es, tenía que desarrollarse en un único espacio/decorados, en un tiempo máximo de un día, debía exponer un único conflicto o tema. Lope hace todos los cambios que considera que son del gusto del público. Así, respecto al lugar introduce numerosos escenarios que aportan dinamismo y vistosidad al espectáculo; en cuanto al tiempo, Lope lo alarga todo lo que le conviene. La unidad de acción es la más respetada por Lope, aunque, en general, junto a la acción principal, se establece una acción secundaria que les sirve de contraste.
Precisamente en La vida es sueño a (1646), Caderón utiliza con maestría dos acciones: la acció principal (protagonizada por Segismundo) y la acción secundaria protagonizada por Rosaura. Las dos tramas de que está formada LVS representan sendas tramas de “ascenso”. Los personajes han experimentado una caída metafórica (e incluso física en el caso de Rosaura) y recuperan a lo largo de la obra su rehabilitación social y personal.
Entre las coincidencias de ambas acciones conviene destacar un paralelismo evidente: Clotaldo y Basilio son los padres respectivos de Rosaura y Segismundo. Ambos padres eluden sus deberes y la responsabilidad paterna. Esta condición de que ambos protagonistas sean abandonados por sus padres resulta muy significativa y constituye un tema recurrente en la obra de Calderón. En el caso de Segismundo, el resultado del abandono es la pérdida y su desconocimiento de su condición de príncipe, y en el de Rosaura fue la pérdida de su honor y, a inicio de obra, de su vida.
Además, los dos protagonistas fuerzan la voluntad de sus padres, que en principio perjudicaba a sus hijos. En ambos casos se observa el mismo desamor. Ahora bien, Clotaldo muestra su tormento interior en mayor medida que Basilio. Este es más calculador, las ciencias que ha consultado lo dominan y sus sentimientos no asoman. Clotaldo, desde su posición de subordinado, se debate por su honor y su respeto a los superiores: su indecisión le lleva a seguir a su rey hasta la injusticia y, ante la obligación, de matar al burlador Astolfo, le propone a su hija que se meta a monja.
La acción principal avanza de manera lineal, mientras que la acción secundaria se enmaraña con la primera y tangencialmente se superpone cuando ambos personajes coinciden tres veces en escena.
El primer encuentro (visual) entre Rosaura y Segismundo se produce cuando Rosaura va disfrazada de hombre. A pesar del disfraz, Rosaura -hombre- consigue despertar en Segismundo, un ser encarcelado y misántropo, sentimientos de empatía. Una vez que Rosaura queda libre de culpa, Clotaldo decide no contarle que es su padre. Rosaura solo descubre su condición femenina exactamente al final de la primera jornada cuando revela a su padre Clotaldo (aunque ella no lo sepa) que el motivo de su deshonor es Astolfo: esta revelación reproduce la zozobra de Clotaldo, que ahora ya no puede escamotear su responsabilidad. Los asuntos de amor corresponden al varón, al padre o al marido. Frente a este enredo, la posición de Segismundo, por ser trágica igualmente, es mucho más sencilla, pues como hombre, es responsable de recuperarse por sí solo de la injusticia a que se ve sometido y resarcir su deshonra, pues lo han querido convertir en un hombre-fiera.
En el segundo encuentro entre Rosaura (ya como mujer) y Segismundo, se produce en la segunda jornada de la obra, cuando es liberado como prueba, el príncipe, impresionado por el sexo femenino, asedia a Rosaura, quien ha encendido su deseo. Segismundo manda a todo el mundo que salga de la estancia para satisfacerlo, entonces Clotaldo (que estaba espiando la escena) revela su presencia, se opone a las lujuriosas pretensiones de Segismundo y este lo amenaza con una daga. Rosaura grita en petición de auxilio. El héroe ha sucumbido a todas las pasiones, ha sido vencido por la prueba, pero Calderón lo ha presentado como un hombre que sigue su instinto por la educación que ha recibido, mensaje que se transmite en esta escena a través de Rosaura.
En el tercer encuentro de los protagonistas, Segismundo ha sido liberado por el pueblo para que este derrote a su padre. Rosaura pide ayuda a Segismundo para que haga suya la causa de su agravio. Obsérvese el cambio operado en Segismundo, de violador en potencia a salvador de su honor. Segismundo se tiene que casar con su prima estrella, para que Astolfo y Rosaura sellen con el matrimonio la recuperación del honor de la joven. De algún modo, la trama que protagoniza Rosaura sería de importancia para que Segismundo supere la última prueba, la seducción femenina, lo que logra a duras penas, sin mirarla, aunque comprometiéndose con su causa, pero sabiendo que su atracción es superior a su voluntad.
Hay que notar la evolución de los personajes durante estos tres encuentros: en el primero, Segismundo va ataviado como una fiera, con pieles y encadenado, mientras que Rosaura va disfrazada de hombre para encubrir su deshonor. En el segundo, Segismundo lleva indumentaria de príncipe, pero su comportamiento es de fiera, mientras que Rosaura es ya mujer, aunque de indentidad fingida. En el tercer encuentro, Segismundo es príncipe de verdad (por su comportamiento, no por su indumentaria), mientras que Rosaura va vestida de gala aunque con armas de hombre. (vv. 2712).