3.- El género de La Celestina.

Se trata de una obra compleja, que bebe de diversas fuentes tanto de la literatura en romance como de la literatura latina, y durante un tiempo no estuvo clara su adscripción genérica seguramente debido al desconocimiento de estos referentes.

Durante cierto tiempo se habló de que LC era una novela dialogada, es decir, sin intervención directa del narrador. Esta adscripción se debió más a prejuicios morales sobre la obra que a unos modelos literarios. Se consideraba imposible que LC fuera una obra  dramática porque la visión que se tenía de este género era la de una obra destinada a la representación. La obra es demasiado extensa y demasiado procaz para ser representada en la época. Se pensó entonces que debía ser una obra destinada a la lectura y, por lo tanto, perteneciente al género narrativo.
Sin embargo hoy la tendencia mayoritaria de la crítica es considerar
LC como perteneciente a la comedia humanística. Este se trata de un género teatral en latín, destinado no a la representación, sino a la lectura en voz alta ante un auditorio. Este género surge en las universidades medievales italianas como un recurso educativo en la clase de retórica latina. En ellas se recrea el modelo de lengua y los temas de las comedias de Plauto y Terencio. Las comedias humanísticas partían de divertidas peripecias de carácter sexual que implicaban la relación entre jóvenes de clase alta y parásitos o alcahuetes que propiciaban el encuentro sexual entre los amantes.
Estas comedias no siguen las unidades de lugar y tiempo (base de la dramaturgia latina) y mezclan en la trama sentencias de poetas y filósofos. Estas obras tienen una finalidad didáctica e incluso moral
(crítica de la pasión sexual a través del humor). Autores como Petrarca y Boccaccio escribieron este tipo de obras.
Por lo tanto, debemos entender LC como una obra dramática destinada a la lectura en voz alta y en este sentido debemos interpretar el cambio de título que se produce en las ediciones a partir de 1502. El propio Rojas explica en el prólogo los motivos de este cambio: las críticas recibidas porque una obra que termina con tantas muertes violentas no puede denominarse comedia según los parámetros clásicos. Para el teatro latino los términos comedia y tragedia describen la diferencia social de los personajes que en ellas intervienen, así como el tipo de acontecimientos que muestran. La comedia muestra las vidas de personajes de clase media y baja (aunque en alguna de Plauto aparezca incluso dioses) y el desenlace debe ser amable.
LC cumple el primer requisito, pero no el segundo. Sin embargo Rojas era consciente que no debía denominarla tragedia
, pues según la retórica clásica, los protagonistas de la tragedia deben ser héroes o dioses quienes sufren acontecimientos luctuosos que les llevan a su destrucción, provocando la purificación del espectador mediante la identificación con el dolor ajeno. Por ello decidió denominar tragicomedia a su creación. Los personajes mueren pero no son héroes; sus muertes no son edificantes, antes bien motivo de burla y aviso de incautos.
No obstante, Rojas no está al margen del mundo literario que le rodea y así podemos observar en LC la influencia de los géneros narrativos más importantes de su época tales como la novela
sentimental (los excesos de Calisto y su progresión en la
enfermedad del amor son propios de este género) o de la novela de caballerías y caballeresca (algunos fragmentos de la obra parecen
inspirarse en el Tirant lo Blanch ). Tampoco olvidemos que Trotaconventos (Libro de buen amor) es antecedente directo de Celestina, pues en las comedias de Plauto y Terencio el alcahuete es un hombre.
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