15.- La educación del príncipe y el error de Basilio.

El pensamiento de Calderón recoge un debate sobre la doctrina política en boga en la época.

 

El príncipe, de Maquiavelo. “El fin justifica los medios”. Es un tratado de teoría política escrito por Nicolás de Maquiavelo en 1513, mientras se encontraba confinado en san Casciano por la acusación de haber conspirado contra los Médici. Maquiavelo cree también en cierta maldad natural de los hombres, como sería la de Segismundo. En su obra se justifica que el rey pueda gobernar a su antojo contra esta maldad natural que a él no le afecta debido a su origen divino. No obstante, sí tiene obligaciones morales.

Calderón recoge las ideas políticas del Padre Mariana, jesuita y teólogo. Sugiere que el rey ha de subordinarse a la moral y al estado, y que ha de responder no solo ante Dios, sino asumir las consecuencias de su gobierno. Si Basilio ha errado, esto no le da la razón a Segismundo; es el libre albedrío de este el que prevalece frente al determinismo aplicado por su padre. Hay un cierto derecho de contestar a un poder que va contra las leyes naturales, y la ejecución del soldado que acudió a liberar a Segismundo así lo prueba.

 

Basilio actúa como un mal rey al prestar atención a la astrología antes que al derecho natural. El exceso del rey Basilio es un exceso de orgullo, de fiarse de una idea muy en boga en la época de que las estrellas rigen el destino de los seres humanos, idea que se aceptaba, pero no como predestinación absoluta, sino como “influencia indirecta”, porque sería como contradecir el dogma cristiano del libre albedrío. El error de Basilio desencadena las acciones de los

Basilio no es un buen padre; a pesar de los vaticinios, su obligación era educar a su hijo, pues este tenía derecho a reinar según la concepción divina de la monarquía propia del absolutismo. Privando de educación a su hijo, el rey Basilio viola este derecho natural. Para corroborar que es poseedor de la verdad absoluta, que sabemos falsa, el rey Basilio somete a su hijo, Segismundo, a una prueba: lo liberará de la prisión para poder comprobar cómo actúa. En un primer momento, la idea del determinismo parece triunfar, porque Segismundo, en esa primera puesta en libertad, se mueve por un sentimiento de venganza, porque probablemente al encerrársele desde su nacimiento ha sido condenado a una vida que no es propia de la condición humana sino de una bestia. En Segismundo liberado triunfa la parte más irracional, más animal, más pasional; la mera presencia de Rosaura desencadena el deseo y la lujuria y, ante su propio padre, se siente poseído por la ira. En la segunda salida de la prisión, sin embargo, triunfará el libre albedrío, que era la ideología de Calderón (y la doctrina oficial de la Iglesia de la Contrarreforma),  y Segismundo se liberará de las cadenas del mal, escogiendo el camino del bien; él será responsable y hacedor de su destino, y escoge el bien. Por eso perdona a su padre y, pese a la atracción amorosa que Rosaura le despierta, la libera para que esta pueda restaurar su honor.

 

 

 

Esta entrada fue publicada en General. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *