4.- Calisto como parodia del amor cortés.

Calisto es un personaje que constituye una parodia de las características tanto del amor cortés, como de su mayor representante literario durante el fin de la Edad Media: Leriano, el protagonista de la Cárcel de amor, de Diego de San Pedro, 1492 (argumento en la pág. XXIX de la ed. de Vicens Vives).

Este código amoroso entre miembros de la nobleza se había originado en la lírica de los trovadores de Occitania y era sobre todo un juego literario. La teoría del amor cortés supone una concepción platónica del amor, que se puede resumir en los siguientes puntos:

a) Origen cortesano de la dama, que reside y se encuentra en un lugar determinado: la corte señorial, o la élite urbana.

b) Total sumisión del enamorado a la dama (por una transposición al amor de las relaciones sociales del feudalismo, el enamorado rinde vasallaje a su señora). Esto origina el “sufrimiento gozoso”.

c) La amada es siempre distante, admirable y un compendio de perfecciones físicas y morales.

d) El estado amoroso, por transposición al amor de las emociones e imaginería religiosas, es una especie de estado de gracia que ennoblece a quien lo practica.

e) El enamorado puede llegar a la comunicación, con su inaccesible señora, después de una progresión de estados: suspirante (fenhedor, en occitano), suplicante (precador), oyente (entendedor) y amante (drut).

Se trata, frecuentemente, de un amor adúltero y por tanto, secreto. Por lo tanto, el poeta oculta el objeto de su amor sustituyendo el nombre de la amada por una palabra clave (senhal) o seudónimo poético. La poesía cancioneril solía recrearse en el sufrimiento interior de los amadores corteses, en forma de poemas llenos de antítesis:

“Si mi mal no agradecéis / aunque me dañe y condene / digo que muy bien hacéis / pues más que todas valéis / que más que yo todos pene”.

Calisto subvierte todas las características del amante cortés ideal, que no era otro que Leriano. Primero, es atrevido y temerario en su primer diálogo con Melibea, a quien le expone sus intenciones abiertamente, sin guardar ninguna espera callada. No tiene reparo en hacer públicos los favores que va recibiendo de Melibea, contraviniendo el obligado secreto amoroso (quiere salir a la calle con el cordón de su amada y no tiene reparo en permitir la presencia de Lucrecia durante sus citas). En estas, Calisto se comporta de forma atrevida y alocada, no decorosa: “Señora, el que quiere comer el ave, primero le quita las plumas”. No hay espiritualidad platónica en el deseo de Calisto hacia Melibea. Tan solo en su reclusión inicial Calisto se comporta como un amante cortés que padece la enfermedad de amor.

Calisto se muestra en todo momento como un esclavo de sus pasiones, pero lleno también de impulsos egoístas. Olvida incluso sus obligaciones de señor, malpagando a sus criados y apartándolos de su conciencia cuando son ajusticiados. Es paradójico que Calisto muera queriendo socorrer a sus nuevos criados, cuando ha olvidado lo propio con Pármeno y Sempronio.

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