28. La diversidad de puntos de vista en LVSECS. El pastiche de géneros.

El perspectivismo de LVSECS

El narrador principal de la novela es Javier Miranda, que nos transmite gran parte de los hechos de la novela en primera persona, aunque no es este el único punto de vista desde el que accedemos a los hechos. A medida que avanza la lectura hay escenas en estilo directo (como el interrogatorio entre el Juez Davidson y Javier Miranda, página 20-21y otras en 3ª persona omnisciente (“Cortabanyes jadeaba sin cesar. Era muy gordo”). Otra variación narrativa importante la novela son los diferentes puntos de vista que aparecen en la obra y que están introducidos mediante documentos que no son puestos ante los ojos, como por ejemplo: los escritos de Pajarito de Soto, las cartas del comisario Totorno, el affidávit de Vázquez… 

En la primera parte de la novela domina la fragmentación de la historia, el montaje caleidoscópico y la presentación repentina de personajes y hechos. Aparecen también largas secuencias sin puntos y aparte (capítulo II), en las que los hechos se presentan ordenados. En los últimos capítulos domina un relato ágil y de ritmo rápido. En esa primera parte, tenemos:

-Artículo periodístico del 6-XII-1917 publicado en La Voz de la Justicia de Barcelona y    firmado por Pajarito de Soto.

-Notas taquigráficas de la Declaración de Javier Miranda el 10-I-1927 ante un juez de   Nueva York.

-Narrador omnisciente en tercera persona (fiesta de Fin de año en casa de los Savolta)

-Narrador en primera persona. Es Javier Miranda quien desde la distancia recuerda los              hechos acaecidos.

-Affidávit (documento que da fe) del comisario de policía Alejandro Vázquez (que       también murió asesinado poco después de que Javier Miranda abandonase España para          ir a EEUU) ante el cónsul de EE.UU, en 1926.

-Las cartas del sargento Totorno al comisario Vázquez, destinado en África.

 

Por tanto, la novela recoge la técnica perspectivista, que consiste en dividir la trama en fragmentos, expuestos además según puntos de vista diferentes, rompiendo así la coherencia narrativa propia de las novelas clásicas. Además, en esta presentación se desordena el orden temporal de la trama, convirtiéndola en un caleidoscopio. Esta manera de narrar tiene la ventaja de provocar engaños al lector, que acaba dudando de la fiabilidad de su lectura para conocer la realidad: por ejemplo, cuando sabemos que el personaje de clase alta que acudió a hablar con Nemesio Cabra a uno de los tugurios que este frecuentaba no fue Lepprince, sino Pere Parells.

Ejemplos de este tipo de narrativa durante la historia literaria del siglo XX pueden ser Manhattan Transfer, de John Dos Passos (1925), o en la literatura española, La colmena de Camilo José Cela (1955). En estas novelas asistimos a las historias cruzadas de un carrusel de personajes. Las acciones son descritas desde diferentes puntos de vista según el personaje que está focalizando y eso nos hace percibir el relativismo de la realidad; por ejemplo, María Coral es un personaje desvalido para Javier o una víbora para la dueña del local donde trabaja.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *