Es posible que muchos profesores piensen que no tiene nada que ver el trabajo de la comprensión textual con el estudio minucioso y pormenorizado de la gramática y de los diferentes aspectos que están vinculados a ella. Por un lado se puede creer que la comprensión es simplemente un trabajo a parte que bastará con utilizar para ello textos con niveles adecuados de dificultad en función de las capacidades de comprensión de los alumnos. Cuanto más trabajo se haga con esos alumnos y con los textos adecuados mejor será su nivel de comprensión, sobre todo si a los textos se les acompaña con unos cuestionarios destinados a reforzar el repaso del contenido textual.
Pero hay otros profesores que entienden que el conocimiento de las estructuras gramaticales es un buen camino para que finalmente los alumnos mejoren sus niveles de comprensión del texto ya que el estudio de la gramática les obliga a profundizar en las vinculaciones que los diferentes sintagmas de cada oración tienen entre sí.
En nuestra humilde opinión ambas teorías nos parecen ciertas y nos decantaríamos por un trabajo en ambos sentidos. Textos con diferentes dificultades con los que trabajar a base de cuestionarios la paulatina comprensión del texto, lo que llamamos actividades de comprensión lectora, en profundidad y también análisis de sus estructuras gramaticales para comprender cómo las ideas se articulan a través de la gramática. Es decir, trabajar también de forma directa la coherencia textual y la cohesión de un texto mejorando la forma de redactarlo.