Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena 5
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
El soneto XXIII pertenece a la breve obra de Garcilaso de la Vega (1501?-1536), soldado poeta que se constituyó en modelo de la dedicación a la guerra y las artes. Garcilaso sirvió a las órdenes del Emperador Carlos I, en una de cuyas misiones murió a edad temprana. Su trayectoria poética tiene dos momentos centrales: la implantación del estilo renacentista de influencia italiana, gracias a los consejos de su amigo Juan Boscán, y el enamoramiento de Isabel Freyre, dama portuguesa a la que conoció fugazmente en unas bodas en 1526, quien le sirvió de fuente de inspiración para gran parte de sus poemas, como había sucedido con su autor modelo, Francesco Petrarca.
El tema principal del soneto XXIII es el consejo que el autor proporciona a su amada de que se entregue al amor durante su juventud. Este tema recoge los tópicos de Carpe diem y Colligo virgo rosas (aprovecha y disfruta el momento) y el tempus fugit (el tiempo pasa).
El poema es un soneto porque está formado por dos cuartetos y dos tercetos, de rima consonante estructurada en ABBA, ABBA, CDC, CDC. Está dividido en dos partes: en la primera (los dos cuartetos), el autor describe algunos rasgos físicos de su amada: los colores pálido y sonrojado –por sus sentimientos- de su rostro; su ardiente y clara mirada, su cabello dorado que vuela al viento y su cuello también blanco y recto. En la segunda, formada por los dos tercetos, le aconseja gozar de esa belleza antes de que el paso del tiempo la marchite. Es un poema renacentista, ya que defiende una visión optimista de la vida frente al pesimismo medieval, pues presenta una concepción positiva del amor y de la juventud como dones que el ser humano tiene derecho a disfrutar.
La expresión del poema XXIII contiene varias metáforas: en el v. 1-2 “rosa y azucena” simbolizan los colores faciales de la amada (a la vez que este Sadj. insinúa la pureza de sentimientos, el blanco, y la intensidad ocultada, el rojo); en el v. 4 “la tempestad serena” representa la intensidad de la mirada; en el v. 5, “que en la vena del oro se escogió” ensalza lo dorado del cabello; asimismo, en el v. 11, “cubra de nieve la hermosa cumbre” se refiere al invierno de la vida que algún día llegará; también, “el viento helado” en el v. 12 simboliza el tiempo implacable. Garcilaso utiliza también varios hipérbaton: en el v. 4, “con clara luz la tempestad serena” y en los vv. 12-13, donde el sujeto y el verbo se muestran invertidos. Además, hay varios epítetos en los vv. 4 (“clara”) y 9 (“alegre”). Asimismo, los vv. 1 y 4 se estructuran en paralelismo y anáfora, ya que repiten su inicio con la locución “en tanto de”.