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Temas de La casa de Bernarda Alba en la contemporaneidad

TEMAS DE La casa de Bernarda Alba

a) El seguimiento de tradiciones absurdas.

“Bernarda: Pues busca otro, que te hará falta. En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas. “

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/anos-carcel-por-ablacion-del-clitoris-dos-hijas-menores-2397863

b) El machismo.

Bernarda: Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles

http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/16/actualidad/1368720238_782908.html

c) El derecho que da la superioridad social.

Bernarda: Menos gritos y más obras. Debías haber procurado que todo esto estuviera más limpio para recibir al duelo. Vete. No es éste tu lugar. (La Criada se va sollozando) Los pobres son como los animales. Parece como si estuvieran hechos de otras sustancias.
Mujer 1: Los pobres sienten también sus penas.
Bernarda: Pero las olvidan delante de un plato de garbanzos.

d) Los castigos colectivos a quienes no siguen normas.

La Poncia: La hija de la Librada, la soltera, tuvo un hijo no se sabe con quién.
Adela: ¿Un hijo?
La Poncia: Y para ocultar su vergüenza lo mató y lo metió debajo de unas piedras; pero unos perros, con más corazón que muchas criaturas, lo sacaron y como llevados por la mano de Dios lo han puesto en el tranco de su puerta. Ahora la quieren matar. La traen arrastrando por la calle abajo, y por las trochas y los terrenos del olivar vienen los hombres corriendo, dando unas voces que estremecen los campos.
Bernarda: Sí, que vengan todos con varas de olivo y mangos de azadones, que vengan todos para matarla.
Adela: ¡No, no, para matarla no!
Martirio: Sí, y vamos a salir también nosotras.
Bernarda: Y que pague la que pisotea su decencia.
(Fuera su oye un grito de mujer y un gran rumor.)
Adela: ¡Que la dejen escapar! ¡No salgáis vosotras!
Martirio: (Mirando a Adela.) ¡Que pague lo que debe!
Bernarda: (Bajo el arco.) ¡Acabar con ella antes que lleguen los guardias! ¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado!
Adela: (Cogiéndose el vientre.) ¡No! ¡No!
Bernarda: ¡Matadla! ¡Matadla!

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/30/actualidad/1343670885_426201.html

e) El qué dirán o las apariencias.

Bernarda: Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (A otra hija.) ¡A callar he dicho! (A otra hija.) Las lágrimas cuando estés sola. ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!

http://www.diariodelaire.com/2012/08/bomberos-la-calle-y-la-peineta-en-llamas.html

f) La represión de la naturaleza humana.

Martirio: ¡No me abraces! No quieras ablandar mis ojos. Mi sangre ya no es la tuya, y aunque quisiera verte como hermana no te miro ya más que como mujer. (La rechaza.)
Adela: Aquí no hay ningún remedio. La que tenga que ahogarse que se ahogue. Pepe el Romano es mío. Él me lleva a los juncos de la orilla.
Martirio: ¡No será!
Adela: Ya no aguanto el horror de estos techos después de haber probado el sabor de su boca. Seré lo que él quiera que sea. Todo el pueblo contra mí, quemándome con sus dedos de lumbre, perseguida por los que dicen que son decentes, y me pondré delante de todos la corona de espinas que tienen las que son queridas de algún hombre

http://chstyle.wordpress.com/2007/04/09/hikikomoris-encerrados-en-japon/

Comentario. Muerte de Antoñito el Camborio.

El romance “muerte de Antoñito el Camborio” pertenece al poemario Romancero gitano (1928), de Federico García Lorca, libro en que el poeta granadino unió la tradición poética tradicional de los romances (versos octosílabos, rimas asonantes…) a hechos narrados protagonizados por gitanos, cultura que Lorca veía como mágica y poseedora de elementos irracionales o legendarios. Esta irracionalidad es uno de los elementos de la Generación del 27, a la que Lorca pertenecía; este grupo de poetas había incorporado las tendencias vanguardistas (como el Surrealismo) a la poesía española, creando un lenguaje metafórico más libre y atrevido que el de movimientos artísticos anteriores.

El poema relata la muerte nocturna del gitano Antoñito el Camborio a mano de sus cuatro primos. Esta muerte se produjo en una reyerta nocturna (como en el anterior poema lorquiano leído en clase), pero que en este caso era numéricamente desigual (4 contra 1). La causa de la emboscada parece la envidia: el buen aspecto y la distinción de Antoñito debió producir motivos para la emboscada. Además, su carácter también elegante y altivo se muestra en la manera de pelear, en su gran resistencia (las puñaladas que infringe a sus agresores, su largo aguante…). Los elementos mágicos típicos en la poesía lorquiana aparecen también en la presencia de los ángeles, que vienen a dar el reposo al alma de Antoñito en una hora también mágica, la de tránsito de la noche al día.

En este poema, Lorca mezcla elementos de los romances tradicionales como la presencia repetida de estribillos “voces de muerte..” (vv. 1, 2, 12, 47), paralelismos (“cuando…”, vv. 14, 16…). Pero el poema destaca sobretodo por la presencia de audaces metáforas y símbolos que evocan la influencia de las imágenes del inconsciente propias del Surrealismo. Así, los saltos de “delfín” evocan el movimiento de las “navajas” que relucían como los “peces” de Reyerta. También, la presencia del color verde “moreno de verde luna” “cutis … aceituna”, trae connotaciones de muerte en la obra de Lorca. La descripción de la muerte de Antoñito se hace también mediante una metáfora “talle quebrado /como caña de maíz”. El valor de Antoñito en la pelea es simbolizado mediante una “moneda” irrepetible, así como la mágica presencia de los ángeles que vienen a buscar el alma de Antoñito culminan el homenaje a su valentía, culminando el tema tan propio de Lorca de personajes que sucumben a un destino adverso, como Juan Antonio el de Montilla o Adela.

Federico García Lorca. Muerte de Antoñito el Camborio (Romancero gitano).

Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los erales sueñan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.

***

– Antonio Torres Heredia
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?
– Mis cuatro primos Heredia,
hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban,
ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín.
– ¡Ay Antoñito el Camborio
digno de una emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.
– ¡Ay Federico García,
llama a la guardia civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.

***

Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.