Don Quijote y el jabalí
Don Quijote, un hidalgo convertido en caballero andante por la locura que le causaron los libros de caballerías, iba por el bosque acompañado por su escudero Sancho y pensando en su amada Dulcinea cuando de pronto se encontró un jabalí de grandes colmillos que le gruñía. Sancho empezó a gemir de miedo y se escondió con su borrico detrás de un árbol. Don Quijote, en su locura, creyó que se trataba de un ogro y chillando como un poseso, arremetió contra el animal, lanza en alto. El animal se asustó, echo a correr, y se perdió en la espesura. Sancho salió de su escondite, con el disgusto pintado en la cara:
-¿Qué necesidad tenia vuestra merced de atacar a ese jabalí?
-Pero si tu te fuiste a esconder como un niño miedica mientras yo hice huir al malvado ogro Pantacruel, venido del mismo infierno!
-¡Perdóneme vuestra merced pero si eso no era un jabalí yo no soy de los Panza!
-¡Pero si…! Debe ser que los malvados encantadores me han jugado otra mala pasada…bueno, vámonos a dormir.
Y al amanecer, siguieron camino en busca de nuevas aventuras y desafíos.
Don Quijote y el jabalí (apócopes)
Don Qui, un hid con en ca an por la lo que le cau los li de ca, iba por el bos a por su es San y pen en su a Dul cuan de pron se en un ja de gran col que le grua. San em a ge de mi y se es con su bo de de un á. Don Qu, en su lo, cre que se tra de un o y chi co un po, a con el a, lan en al. El a se a, e a co, y se per en la es. San sa de su es, con el dis pin en la cara:
-¿Qué ne te vue mer de ata a ese jaí?
-Pe si tu te fui a es co un ni mi mien yo hi hu al mal o Pan, ve del mis in!
-¡Pe vue mer pe si eso no era un ja yo no soy de los Pan!
-¡Pero si…! De ser que los mal en me han jug o ma pa..bue, vá a dor.
Y al ama, si ca en bus de nue aven y des.

