Empecé a hablar cuando iba a la guardería, tendría unos dos años. Aprendí a decir “yayo”,”yaya”,”mamá”, “papá”… y las típicas palabrotas que te enseñan tus primos. Se ve que yo cantaba más que hablaba, me pasaba todo el día cantando, así que como iba a la guardería, cantaba y tal, aprender a hablar fue relativamente fácil.
Lo de leer ya fue otra cosa, de eso sí que me acuerdo, fue el verano antes de empezar P-5 y no me gustaba nada, cada día que mi madre intentaba que leyéramos juntas, cada día nos peleábamos, así que terminó por obligarme a leer un día un rato de una cartilla muy aburrida que le regaló una amiga suya bibliotecaria.