Una vez acabado de desayunar en la venta, ñam, ñam, ñam, don Quijote y Sancho bajaron al establo, cloc, cloc, cloc, a buscar al caballo, iii, iii, y al borrico, ioo, ioo.
– ¡Sancho! pum, no te preocupes, ras, ras, encontraremos a ese ladrón, bf, y le haremos pedazos, zas, zas, en un abrir y cerrar de ojos, pim, pam, pum.
– No puede estar muy lejos, juas, juas, respondió Sancho, aish.
Don Quijote, fiu, fiu, vio a un individuo ala, ala, con un borrico, ioo, ioo, andando, tac, tac, tranquilamente por el prado, fss, fss.
– ¡Mira! Sancho allí está, aj, aj, ha sido el ventero, que por no pagarle lo debido, fas, fas, ahora nos está fastidiando, ggrr, ggrr.
Don Quijote le propinó unos golpes, plasca, plasca, con el primer palo que encontró, clas, clas.
El ventero acabó por los suelos, zas, zas. Entonces, Sancho se dio cuenta de que aquel no era su borrico, fiu, intentó disculparse, mua, mua, y le dio lo poco que tenía, ja, ja, ja.
k maria estabe tu texto…..weno no se k decirte mas. xao