¿Qué refleja mi espejo?

De repente, abro los ojos, oigo un ruido a mi izquierda, es el despertador, hoy empiezo el instituto.

Me levanto sin muchas ganas y como cada mañana me meto en la ducha. Al salir, me pongo el albornoz y miro el espejo, está empañado. Al pasar mi mano por él, me vienen los recuerdos de la cena de despedida del que fue mi colegio durante 13 años y en el que he hecho grandes amigos, algunos de los cuales, no sé cuándo volveré a ver.

 El espejo vuelve a empañarse  y, de repente, vuelvo a la actualidad y pienso:

–         ¿Cómo serán mis profesores, serán parecidos a los de antes?

–         ¿Haré muchos amigos? , ¿me costará adaptarme?

 Vuelvo a pasar la mano por el espejo.

Atrás han quedado estos dos meses de verano, en los que he pasado calor y sobre todo sueño, pero en los que me he dado cuenta de que por muy duro que sea estudiar lo es mucho más trabajar.

Aunque todo no ha sido trabajo, ya que mis días de fiesta los aprovechaba al máximo.

 El espejo vuelve a estar empañado, mi madre me llama para que baje a desayunar.

Hoy es mi primer día de instituto y el próximo día que vuelva a desempañar el espejo quién sabe los recuerdos que me traerá.

Ferran Pardo

Septiembre. Primero de bachillerato.

Acabo de regresar de mi primer y ajetreado día de clases. Antes de sentarme a la mesa para comer una suculenta comida casera, me dirijo hacia el servicio. Lavo mis manos y me miro en el espejo buscando uno de esos granos que, a nuestras edades, son tan frecuentes. Entonces, me pongo a recordar mi imagen de unas semanas atrás. Mi rostro ha palidecido ligeramente desde el verano. Me desespero pensando en lo rápidamente que ha pasado el tiempo. Además de la palidez de mi piel, percibo que mi semblante está más serio y atento.¡Se acabaron los días de verano en los cuales mi máxima preocupación era sacar a mi perra de paseo! Ahora tengo que trabajar mucho, ser organizado con los estudios y, sobre todo, prestar mucha atención en clase. Pero, como ya he mencionado, el tiempo pasa volando y antes de que nos demos cuenta ya seremos personas de mediana edad y atareadísimas en lo que respecta a los quehaceres de la vida. Entonces, será cuando echemos en falta los días en los que “solo” teníamos que estudiar.

Cristian Mayer

TE NECESITO A TI

Estoy triste y sin amor,
Tengo una soledad en mí
No puedo dormir por vos,
Depresivo estoy por ti.
Tú eres mi inspiración,
Luchaste por mi y yo por ti.
Ahora la soledad esta aquí,
Te necesito a ti.
¿Volverás algún día?
– Responderme esta pregunta-
Te echo de menos a ti,
Venid, por favor, venid,
Responderme con un sí.
Me duele el corazón,
Presiento el fin en mí,
No volveré a verte a vos.
En el cielo estaré por ti,
Allí espero ser más feliz.

ROMANCE DE LA CAMPESINA MAL MARIDADA

Campesina, campesina,
campesina de mi amor.
Ocupada estaba ella
ocupada en su labor.
– Mirad quien viene, mujer,
el ávido recaudador
a recaudar impuestos
para su padre Ramón.
– No os preocupéis, amiga,
por el hijo recaudador,
yo lo voy a detener
no paséis ningún temor.
El príncipe se apeó
y el tributo exigió.
Campesina, campesina,
campesina de mi amor.
El joven prendado queda
de su belleza interior,
ella refleja en su rostro
el odio hacia el traidor.
Él olvida su tributo
y a si descubre su amor.
Campesina, campesina,
campesina de mi amor.
Ella acepta el matrimonio,
traiciona a su corazón.

ROMANCE DE UN SUEÑO TERMINADO

Era un día de verano
y a través de mi ventana,
contemplaba el cielo mientras
los rayos de sol entraban.
Nunca lo podré olvidar,
y menos, dejar de amar
porque con él disfruté
como no lo haré jamás.
Debería resignarme
a pensar que yo borré
ese sueño de mi vida
del que un día desperté.

AMOR Y PARTIDA

Donde los cielos se nublan,
Cuando los mares no mienten,
Dos prometidos se juntan,
Sencillamente se quieren.

No te vayas de mi lado,
No me dejes aquí sola,
En prueba de que te amo,
Te ofrezco esta linda rosa.

De nada me sirve tu flor,
Cuando tu has de marcharte,
Tan sólo me queda tu olor,
Y mil besos quiero darte.

Guerra el buen señor me ordena,
Luego paz para mi querer,
Cuando cumpla mi condena,
Sólo entonces podré volver.

ALGUIEN QUE NUNCA OLVIDARÉ

En el año dos mil cinco,
la empecé a conocer,
pero un día veinticinco,
se fue con el amanecer.

Su sonrisa es preciosa
como la noche y el día,
y en su mirada celosa,
un sentimiento hervía.

Le dije que la quería,
y sin mirar atrás se fue,
pensé que no volvería,
y yo no me equivoqué.

Pero tuve que sentarme,
y poder pensar en ella,
no quisiera olvidarme,
de una chica tan bella.

Y pasó cerca de un mes…
una cosa nunca haré.
estoy seguro de que es…
alguien que nunca olvidaré.