El hombre que se transformaba demasiado

Esta vez, los alumnos de 2º de la ESO han tenido que pensar un final para el siguiente relato, de Alejandro Dolina:

El hombre que se transformaba demasiado

El doctor Maderna aprendió a convertirse en mariposa cuando era un adolescente.  Más tarde adquirió nuevas destrezas y así llegó a transformarse en gato, en anguila, en pez, en caléndula y en escritorio.
Siendo adulto era capaz de convertirse en cualquier objeto a su capricho. Sin embargo, sus metamorfosis se hicieron tan frecuentes que su familia vivía en inquietud constante. Nadie se atrevía a matar a una cucaracha, por temor a que se tratara del doctor Maderna. Una noche lo arrojaron a la basura bajo la forma de una esponja usada y un domingo estuvo a punto de ser devorado por su propio hijo, quien no supo reconocerlo en un chorizo.
Cada vez era menos asidua su apariencia original. Eso sí, nunca dejaba de asumirla el día de su cumpleaños, para no perderse obsequios y homenajes.

mariposa

Si queréis conocer el final, en esta página lo encontraréis, junto a otros relatos del autor.

Y si queréis leer algunos de los finales creados por los alumnos, deberéis leer, como siempre, los comentarios a la entrada.

6 thoughts on “El hombre que se transformaba demasiado

  1. Manuel Oscar De Los Reyes Benitez

    La transformación

    El doctor Maderna estaba viajando en autobús cuando vio a una persona, a través de los cristales, que estaba siendo atracada. Con una gran velocidad de león (nunca mejor dicho) le pidió al conductor que parara. Cuando paró, salió disparado convertido en león y obligó a huir al ladrón. Cuando se dio cuenta de que todos lo estaban mirando, empezó a correr los más lejos posible adonde nadie se fijara en él, pero era difícil no fijarse en él, era un león en plena ciudad, donde lo más cerca que se podía ver a un animal era en el zoo o en el circo que pasaba una vez cada año.
    Todos se preguntaban quién era, hasta que de pronto desapareció convertido en un pájaro que se perdió en el horizonte. Todo esto acabó cuando el doctor Maderna perdió sus poderes sin saber cómo, así como los ganó sin enterarse. Volvió a su casa y pasaron muchos años hasta que dejaron de hablar de él y en estos momentos seguramente les estará explicando esta historia a sus sobrinos o a sus hijos.

  2. Tanit Castells Pañella

    El hombre que se transformaba demasiado

    Un día la familia decidió que no quería vivir con el miedo de hacerle daño. Intentaron hablar con él, pero no quería razonar, le gustaba transformarse. Así que decidieron que debían hacer algo. Pero antes de que hubieran trazado un plan, una noche sin luna, unos ladrones entraron en su casa, y como el doctor Maderna dormía transformado en una estatua de bronce, los ladrones, sin que lo supieran, se lo llevaron. A la mañana siguiente él no estaba, la familia lo buscó y buscó, pero no lo encontraban. La esposa del doctor siempre hablaba con las cosas, para ver si eran él, pero ella pensaba que si lo fuera, él ya habría vuelto a su aspecto de persona. Cuando por fin lo encontraron estaba muy mal, los ladrones que lo robaron lo habían vendido a un hombre muy rico que lo tenía encerrado en una caja fuerte. La familia intentó razonar con el hombre rico, pero no les hacía caso, así que cuando ya llevaba mucho tiempo encerrado, al doctor se le ocurrió una idea: se transformaría en una cosa muy fea para que lo tiraran y así poder salir, y lo hizo. Unos días después ya estaba con su familia y prometió que nunca más, nunca, se transformaría en algo, sería sólo él mismo.

  3. Marta Ruiz

    El hombre que se transformaba demasiado

    Las personas del pueblo ya estaban cansadas de tener que vigilar que no mataran, por accidente, al doctor y de que les hiciera aquellas bromas. Los vecinos se pusieron de acuerdo y quedaron una noche en la casa del alcalde para diseñar un plan. Aquella noche todos los vecinos se reunieron. El alcalde habló durante unos minutos y le pidió a la gente que pensara un plan. Salieron opiniones distintas, como por ejemplo: encerrarlo en la cárcel, no darle de comer hasta que no parara de transformarse, que nadie le hablara….. al final salió una de las mejores ideas. Ésta era que le pondrían una cámara oculta y cuando se transformase sabrían que se habría transformado y, en broma, para hacerle miedo, los vecinos harían que lo matarían sin darse cuenta.
    Al día siguiente el doctor se transformó en estuche y fue a casa de María, una de las vecinas. El estuche estaba en la mesa y, como la anciana sabía que era el doctor, lo tiró a la basura, pero sin matarlo. El doctor se transformó rápidamente de humano y se fue corriendo para su despacho. Por la tarde se transformó en sartén y fue a casa de Juan, uno de los vecinos más gruñones del pueblo. Él
    sabía que era el doctor y, para hacerle una broma, fingió que iba a cocinar con la sartén y el doctor se transformó rápidamente de humano y le dijo a Juan: “¿Pero tú de qué vas?”. Juan, muy enfadado, le echó fuera de su casa diciéndole que parara de hacer aquellas tonterías de transformarse siempre.
    Cuando el doctor llegó a su despacho, estaba muy triste, ya que aquel mismo día le habían intentado matar dos veces y decidió que no volvería a transformarse. Gracias a este plan, en el pueblo ya pueden vivir tranquilos sin que el doctor se transforme y les moleste.

  4. Lluís Umbert Amat

    El hombre que se transformaba demasiado

    Su familia, harta de tantas metamorfosis, diseñó un plan para acabar de una vez por todas con tantos riesgos. Éste consistía en ignorarlo y hacer ver que no lo reconocían, así que por ejemplo, cuando se transformaba en sofá, toda la familia se sentaba a mirar la televisión encima de él o cuando se transformaba en una bolsa para la papelera, lo cogían y lo tiraban al contenedor, de manera que se tenía que esperar a que nadie lo viera para salir de él. Un día, el pobre doctor estuvo reflexionando durante mucho rato sobre lo que estaba sucediendo, y al final dedujo que la familia lo estaba haciendo expresamente para que se diese cuenta de lo peligrosos que eran sus cambios de aspecto. El doctor, aunque estaba enfadado por la actitud que habían tenido sus familiares y los malos ratos que le habían causado, fue a verlos y a disculparse. Ellos aceptaron las disculpas y le dijeron que se podía transformar siempre que quisiera, pero con moderación y en cosas que no fuesen peligrosas. Desde ese momento el doctor ya no causa molestias ni sustos a nadie.

  5. Carla Suñé

    El hombre que se transformaba demasiado

    Llego el día de su cumpleaños y nadie lo encontraba, ya que estaba transformado. Sus familiares estaban muy preocupados, porque por esas fechas siempre estaba en su forma original.
    La familia ya no aguantaba más esas transformaciones constantes, se lo tenían que decir, pero ¿cómo?, ¿dónde?, y ¿cuándo?. Lo primero era encontrarle. Empezaron a buscar y a buscar, pero ni rastro del doctor Maderna. Buscaron en los armarios, debajo de las camas, miraron si estaba convertido en comida, animales, insectos, muebles, etc. Pero nada de nada. De repente oyeron un ruido, y se les acercó un clavo y entonces supieron que era él. El doctor Maderna se convirtió en un hombre, en su forma original. Todos le felicitaron el cumpleaños y empezaron a abrir los regalos, pero no encontraban el momento adecuado para decirle lo que pensaban. Antes de traer la tarta de cumpleaños le dijeron que tenían que hablar con él sobre sus transformaciones tan diarias, que les llevaban a un temor extremo, porque le podían matar sin saberlo.
    El doctor Maderna los entendía, ese sufrimiento era demasiado para su familia. Entonces se le ocurrió algo, les prometió que nunca más se volvería a transformar, pero tenía los dedos de las manos cruzados tras la espalda. Eso quería decir que la promesa era en vano, es decir, no servía para nada.
    A partir de entonces sólo se transformaba cuando estaba solo en la casa, no podía aguantar sin transformarse porque era lo que más le gustaba en la vida. Así transcurrió la vida del doctor Maderna.

  6. Ana Linde

    El hombre que se transformaba demasiado

    Poco a poco el doctor Maderna aumentó su afición a transformarse, ya no volvía a su propia identidad ni en su cumpleaños. De un momento a otro su familia ya no sabía si estaba en casa o no. No se dignaba ni a explicarle a los suyos en qué se iba a transformar ese día, ya que las transformaciones podían ser diferentes en cuestión de horas.
    Llegó un día en que su familia estaba muy preocupada, y le pidieron por favor que se transformara por una vez en él mismo, porque ya no se preocupaba ni de los problemas que tenían los suyos. Entonces le llevaron al médico para ver si podía hallar una solución. Resultó que el médico ya le conocía del trabajo, y le dijo que tenía que parar de transformarse por el bien de su familia y el suyo propio.
    El señor Maderna intentaba seguir los consejos de su médico para hacer feliz a su familia, pero aquello le era imposible, ¡era un adicto a la transformación! Al final decidieron que le tenían que llevar a un centro de “desintransformación”. Allí le dijeron que se lo tenían que llevar a un manicomio, y así fue como desapareció de su casa durante un tiempo hasta que decidió no cambiar más de forma.

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