El club de los poetas muertos: la poesía como escarpelo del alma
Por Vanessa Pina.
El club de los poetas muertos no tendrá su estatua en el panteón de las obras maestras del cine. No es una película buena en el sentido estricto: la fotografía, de bellos exteriores, no cumple ninguna función en la historia y el desarrollo de la trama no es más que una acumulación de anécdotas en la primera hora de metraje que no parecen conducir a ningún final.
El final, no obstante, llega, y llega de una manera vertiginosa y conmovedora; conmovedora, sobre todo, por la interpretación de Robin Williams y de un elenco de jóvenes actores (algunos de los cuales han continuado con éxito su carrera interpretativa) que saben dotar de verosimilitud a ese grupo de adolescentes inquietos, escolarizados en un internado de mentalidad cerrada, cuyos horizontes se abren de par en par gracias a su nuevo profesor de literatura y a su encuentro con la poesía.
Es poesía, de hecho, más que cine, lo que rezuma esta película: una poesía que hace crecer en el espectador que ha sabido entrar en la historia la misma semilla del carpe diem que siembra el profesor Keating en sus alumnos. Por eso esta película, aunque no sea de factura impecable, debería ser de visionado obligado para todos los adolescentes: no porque los protagonistas se hallen también en la adolescencia, no porque trate de problemas familiares y de grandes temas como la amistad, la lealtad y la traición, sino porque sus fotogramas —y sus versos— inspiran a vivir.
La vida secreta de Walter Mitty
Valoración:***** Muy Buena
La vida secreta de Walter Mitty es sin duda una de las películas de las cuales no te puedes perder, es sin lugar a duda una de las mejores películas del año, quizá no por la historia, que empieza un poquito lenta, o por ese final corto que no te deja acabar de digerir tus últimas emociones, sino por esos planos de paisajes espectaculares de diversos lugares del mundo y esos momentos tan bien acompasados con una música que capta a la perfección el film y te deja el corazón en un puño con ganas de salir del cine y empezar a vivir cada momento y aprovechar este maravilloso lugar llamado mundo, de dar el 200% cada día y disfrutar junto a tus amigos y familia, llegar a tus propias metas porque luego al final la vida te lo recompensará.
Hola, Marc:
¡Bien!, solo te faltan algunos puntos y seguido. La última oración es larguísima. Y en el primer párrafo, tendrías que cambiar “de las cuales no te puedes perder” por “que no te puedes perder”.