REFLEXIONES

Introducción

Pasé los últimos cursos buscando algo y terminé viendo todo lo que me rodea. Fue como si hubiera estado dormido y despertara.

                              Nici

I

Un pescador islandés tan en absoluto, se había entregado a la contemplación de una aurora boreal, que impotente para poder resistir el feroz embate de las encrespadas olas, fue juguete de ellas, pagando con su vida aquel regodeo espiritual; hasta el último momento había tenido fija su mirada admirando fenómeno tan singular, bello y curioso, y cuando su cuerpo fue extraído del fondo del mar, pudo observarse que la aurora boreal estaba reflejada en sus ojos.

[Cada uno que piense lo que quiera, eso es lo que yo pienso]

            Nici

II

Hablar es inventar, ordenar y dar forma a nuestras ideas para expresarlas; nuestro pensamiento es como el agua, sin forma fija, insípido e incoloro, parte constituyente de todos las personas, aunque lamentablemente a diferencia  del agua, éste no resulta, hoy por hoy, ser el componente más importante ni más abundante de nuestra sociedad. Nuestras ideas están todas mezcladas y relacionadas entre si, en una especie de madeja mental, la cual al expresarlas desenredamos y seleccionamos, para manifestar nuestras inquietudes. Les damos forma, buscamos la manera de comunicarlas. Aunque todo este proceso  resultará inútil a no ser que haya alguien dispuesto a escucharnos, a tirar del hilo. Por eso nuestro discurso no será nunca previsible, aún no habiendo libertad, ya que nuestras palabras surgen de modo irrepetible y dirigidas a otra persona diferente, que verá nuestras ideas desde otro ángulo distinto, a su manera. Todo esto es muy importante para poder vivir, entender, ser vivido y ser entendido.

                 Nici

III

Hay pocas personas que hablen sinceramente, y no porque éstas sean malas, sino por que no se quiere tomar partido. El relativismo, está muy bien instaurado en la sociedad occidental, aunque de lo que no se dan cuenta estas personas es de que en la vida hay que elegir, y actualmente cada vez más. Muchas veces, ya sea por miedo o bien por vivir un poco más felices en “Happylandia”, no nos atrevemos a hablar, a pesar de arrepentirnos luego de aquello que se debería haber dicho pero que omitimos. Por eso pienso que al ahuyentar responsabilidades y también deberes y obligaciones, el mundo no funciona como debe, de modo que al primero en decir: “esto no es así, se debe mejorar”, lo tachan de raro, anormal y fascista. Ya que nadie antes había puesto pegas a nada, y nadie antes había reparado en ello. Puesto que mejorar requiere esfuerzo, y éste ha perdido el valor y el reconocimiento de la sociedad.

Deberíamos aprender a hablar con nuestras palabras, con nuestros propios argumentos, sin utilizar aquellos que desde los medios de comunicación o terceras personas nos quieren introducir en la cabeza; sólo así podremos impedir que se nos arrebate nuestra libertad.

      Nici

IV

Juan se encuentra extraño e insatisfecho al rodearse de la quietud que inspira el bosque, ya que no está acostumbrado a pensar, a interpretar lo que le rodea, a ver el mundo con sus propios ojos.

Juan no es un niño de los que al acostarse mientras le llega el sueño, reflexiona sobre lo que ha pasado en el colegio, sobre lo que ha hecho o no.

Guiarse por la comodidad es lo más sencillo y menos comprometido. No se requiere esfuerzo ni tampoco te enfrentas a los demás, simplemente uno se deja llevar… Preferimos ser arrastrados por la corriente de la sociedad, aunque a menudo no sea la mejor opción, que ir a contracorriente y defender nuestras ideas.

Por eso el protagonista de esta pequeña historia se espanta ante la idea de no tener nada con lo que distraer su mente para evitar así, preguntarse: ¿Por qué? ¿Qué estoy haciendo? ¿A dónde me dirijo?

Las personas como Juan, no son personas libres, ni sinceras con ellos mismos.

                 Nici

V

Nada tan digno de alabanza como el amor al trabajo, siendo doblemente laudable cuando éste se manifiesta en la edad dichosa en que la vida sólo sonrisas y dulces caricias muestra para los que siguen su árido sendero.

He aquí esa nueva juventud que, vigorosa y en alas de la ilusión, lánzase con decisión en la incipiente sabiduría humana.

Su esfuerzo noble, sublime, es merecedor de las más entusiastas al par que del apoyo más decidido.

«Persistir siempre en tan bellos ideales, y ellos os llevarán los laureles de la gloria. No olvidando nunca que el trabajo con fe y perseverancia hace accesibles las más elevadas cumbres que el hombre puede encontrar en su camino” en palabras de Faure.

                  Nici

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