PSICOANÁLISIS

El Ello es, por así decirlo, la parte animal de la personalidad humana. Esta parte del inconsciente de la persona, se atiene al principio de placer, que es la petición de unas necesidades corporales, llamadas pulsiones, que han de ser realizadas al momento para satisfacer la tensión provocada por dichas necesidades.

El Yo se rige por el principio de realidad.

Esta parte consciente de la persona, si ha tenido una educación acerca de las normas sociales impuestas por el Superyo o por el mundo exterior, tendrá la capacidad de cambiar las pulsiones pedidas a otro momento más adecuado. Éste es el fenómeno llamado sublimación.

En la infancia el Yo es débil y poco diferenciado del Ello.

En este instante de la vida, el Ello pide unas pulsiones que pueden ser peligrosas para el Yo según las normas sociales. Por eso, las trata como un peligro pulsional y emprende un intento de huida, dónde  las necesidades pedidas son rechazadas e ignoradas por el Yo llevando a cabo una represión, ya que no está preparado para enfrentarse a ellas. Es el momento en el cual el Yo se encuentra en una disyuntiva entre el Superyo y el Ello, y se produce un trauma.

El trauma con el paso de los años se va desarrollando y acaba saliendo a la luz en un futuro. Y es que, aunque el Yo escondió el peligro, no se eliminó la tensión provocada por éste y por tanto el Ello ha de salir en un momento u otro, dando lugar a un transtorno nervioso llamado neurosis.

Cuando este trauma se convierte en un peligro para la sociedad, a causa de que el Yo no puede controlar al Ello y se deja llevar por él, es cuando hablamos de una enfermedad nerviosa llamada psicosis.

La psicosis es curada a través de la palabra.

Haciéndole recordar al paciente su infancia e intentando llegar al punto donde se produjo el problema.

En el momento en el que el paciente sea consciente de cuándo y por qué tuvo lugar ese trauma, entonces estará curado.

 

                          La Caperucita Azul

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