Eliade, M., Lo sagrado y lo profano, Paidós, Barcelona, 1998
(p.143) tal es el caso, por ejemplo, de las enfermedades iniciáticas de los futuros chamanes, consideradas con frecuencia como auténticas locuras. Se asiste, en efecto, a una crisis total conducente a veces a la desintegración de la personalidad. Este “caos psíquico” es el indicio de que el hombre profano está “disolviendose” y una nueva personalidad está a punto de nacer […]”
Es tracta de morir per a la vida profana: “para los primitivos, siempre se muere para algo que no era esencial; se muere sobretodo para la vida profana”, i assenyala els ritus que tradicionalment es practiquen en diferents tribus del món i que tenen un clar paral·lelisme amb els ritus practicats en les diferents tradicions místiques: “En más de una región existe en la espesura una cabaña iniciadora. Allí los jovenes candidatos soportan parte de sus pruebas y se les instruye en las tradiciones secretas de la tribu. Por tanto, la cabaña iniciática simboliza el vientre materno […]. Los candidatos reciben otros nombres, que serán en adelante los suyos verdaderos”. Per tant, es tracta de “morir” per renéixer a un altre mode de ser, associat al coneixement sagrat i a la saviesa.
Eliade parla de Sòcrates amb els següents termes: “Sócrates se comparaba no sin razón a una partera: ayudaba al hombre a nacer a la conciencia de sí, alumbraba al <<hombre nuevo>>” (Eliade, M., Lo sagrado y lo profano, cit., p. 145).