LA VIDA DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
La vida después de la Segunda Guerra Mundial, no fue fácil. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, muchas ciudades y muchos pueblos habían quedado totalmente destruidos, lo que llevó también a que muchas personas perdieron su trabajo e incluso su hogar. Los colegios, los campos de cultivo, las plazas, los parques… quedo todo completamente en ruinas. Por lo tanto, la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial, fue una etapa muy difícil:
Principalmente hay que saber que aumentó el nombre de mortalidad. Muchos padres de familia e incluso las mujeres también, murieron luchando o a causa de los bombardeos.
La vida en los pueblos era un poco más distinta a la vida en las ciudades. Como los campos de cultivo quedaron destruidos y los hombres que se ocupaban de cuidarlos habían muerto en la guerra, las familias campesinas se vieron obligadas a mudarse a la gran ciudad. Nuestros abuelos, por ejemplo, vivían en un pueblo al lado de Soría, pero al ver que todo quedó completamente destruido, tuvieron que marcharse a vivir a las ciudades.
En las ciudades, decidieron reconstruir sus casas e edificios más importantes, necesitaban a mucha gente pero poco a poco volvió a su normalidad. Los niños y niñas, empezaron a ir de nuevo a los colegios y cuando terminaban, debían ir a ayudar en las reconstrucciones. Apenas tenían tiempo libre.
Como casi no había comida, se crearon las llamadas “Las Cartillas de Racionamiento”. Eran una especie de libretas donde se apuntaban cada familia, con cada miembro y donde aparecía el número de alimentos que les tocaba según el número de familiares que eran, o el trabajo que tenían. Una vez pasabas por la cartilla y te daban tu ración de comida, te apuntaban. Con este método, se distribuyó de manera clara y ordenada el poco alimento que había. Había una cartilla destinada a l carne, y otra las demás prendas alimentarias. Estas cartillas fueron aprobadas en 1939 y al principio eran individuales, pero después pasaron a ser familiares visto que no había suficiente comida.
Más tarde, después de la muerte de Hitler, se inició un periodo de modernización de Europa y se inició la llamada Guerra Fria.
Por la experiencia de nuestros abuelos, fue una época muy dura, en el sentido que pasaban hambre, no tenían tiempo para jugar y que desde bien pequeños ya debían estar acostumbrados a trabajar mucho y durante muchas horas.
De este trabajo hemos podido sacar una conclusión, y es que deberíamos valorar lo que tenemos, porque nuestros abuelos lo perdieron todo y han sido capaces de empezar una nueva vida y tirar para adelante, en cambio hoy en día no paramos de quejarnos por todo y pedir más y más, sin pensar que hay gente de otros lugares del mundo que están pasando por esa situación y lo están pasando muy mal. Deberíamos tomar el ejemplo de ellos y vivir cada instante como si no hubiera un mañana, porque nunca se sabe lo que puede pasar en un futuro…


