El otro día vino mi abuela a dormir a casa y como siempre trajo consigo su lectura habitual, El Jueves. Me llamó la atención el chiste de la portada. Había oído días antes en las noticias que a una estudiante le pedían 2 años de cárcel por hacer en twitter un chiste sobre Carrero Blanco, mano derecha de Franco y su sucesor como presidente del gobierno durante la etapa final del régimen franquista. Fue asesinado por ETA en 1973. El coche oficial en el que iba voló por los aires. Uno de los chistes era el siguiente: “Kissinger le regaló a Carrero Blanco un trozo de la luna, ETA le pagó el viaje a ella“. No voy a hablar de ética y moral, de si está bien o mal reírse del terrorismo o no. Sólo diré que me parece una locura que se condene a alguien a prisión por ello.
A raíz de esta portada y su contenido empezó una larga e interesante crónica sobre la cultura y en especial sobre el humor del franquismo y la transición. La censura y la habilidad que desarrollaron guionistas, periodistas, directores de cine y teatro, actores, escritores y humoristas para esquivarla era épico. Mi abuela, Mari Carmen Crespo Cobo, vasca de nacimiento (1932) y republicana hasta la medula fue mi cronista. Modelo, bailarina y actriz en la Barcelona de los 50 contrajo matrimonio con el actor y humorista Casto Sendra “Cassen”(mi abuelo) que ganó fama y popularidad durante el final del franquismo y la transición española. Se conocieron el “la revista teatral” que eran una especie de espectáculo de variedades con bailarinas, modelos, vedettes, humoristas, cantantes y actores. Juntos inventaron una nueva forma de hacer revista musical al más puro estilo del cabaret francés. Su humor en esa época era crítico pero camuflado detrás de unos chistes en apariencia inofensivos. Cassen, al igual que la revista satírica El Jueves, no manifestaban un ideal político muy concreto, aunque su clara posición social era la izquierda, es decir, que se metían con todo el mundo, tanto con la izquierda como con la derecha.

Mi abuelo tuvo que pagar muchas multas en su época por hacer chistes ofensivos en alusión régimen o de moral dudosa. Inventó una “coletilla” que decía cada vez que explicaba un chiste sensible a la censura, “Es broma”. Esta sencilla frase, a priori banal, le libraba en muchas ocasiones de dichas multas. Enseguida quedó como un identificativo del humor de Cassen, el cual repetía esas palabras después de haber soltado “una bomba” acompañada de una risa nerviosa e inocente. Cuenta mi abuela que, cuando aparecía un censor por el teatro, saltaba la alarma y el espectáculo cambiaba adaptándose a la censura. Se tapaban piernas y escotes de las bailarinas y se suprimían chistes sobre sexo o política. A veces eran pillados infraganti y tenían que pagar las ya mencionadas multas. Los guiones ya habían pasado la revisión de la censura antes de ser estrenado el espectáculo pero como podéis imaginar había un guion paralelo lleno crítica social y política.
La revista El Jueves ha sufrido desde que su nacimiento en 1977 hasta nuestros días, la mano castradora de la censura que le ha hecho pagar numerosas multas e incluso retirar publicaciones y portadas. La última en el 2014, hace (relativamente) nada, por meterse con la realeza española.
Buenísima portada por cierto. Y es que en este país nuestro de moral cristiana que está constantemente estigmatizando el concepto de sátira no se puede burlar uno del Rey. Al parecer aún tenemos un pie en la transición al menos en muchos aspectos. El primer número de la revista satírica ya fue censurado.
Mi abuelo colaboró durante una época con la revista de humor “ El Jueves” así que mi abuela me envió por WhatsApp al llegar a su casa algunas de la páginas que lo corroboran.
Pero anterior a El Jueves es la revista “ El Papus”. Lectura habitual de mi abuela en esa época.
En 1973, año del atentado a Carrero Blanco, nació la revista satírica El Papus. En 1975 se suspendió a la revista por cuatro meses, sanción que se repetiría en 1976.
El 20 de septiembre de 1977 el grupo armado de ideología fascista Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista) fue responsable de un atentado con paquete explosivo contra la sede de la revista. En el atentado falleció el conserje Joan Peñalver y se produjeron diecisiete heridos. En opinión de Manuel García Quintana, a raíz de este atentado, la agresividad de El Papus muere paulatinamente, dándose por finalizada la gran época de la revista, cuando “era un ariete vivo que arremetía contra el fascismo de forma constante. (Wikipedia)
Nunca hubo juicio y se tapó inmediatamente el caso, así que los culpables quedaron inmunes.
La libertad de expresión es un derecho constitucional pero aunque es evidente que con reservas y es que en el 2015 hubo una reforma para ampliar la ley contra el enaltecimiento del terrorismo que han ahogado opiniones y comentarios legítimos.. Amnistía Internacional denuncia la Ley Mordaza y la reforma del Código Penal y asegura que nuestro país desoye las recomendaciones internacionales. (Wikipedia)
Todo ha cambiado mucho desde entonces. La ciencia, la tecnología y sobre todo los medios de comunicación pero como podéis ver hay coses que siguen igual. Y es que, como dice mi abuela “En España aún manda el franquismo”.