Espartaco , el gladiador irreductible

Al frente de un ejército de esclavos, un simple gladiador tracio llamado Espartaco (alrededor de 120 a.C. – 71 a.C.) lideró la madre de todas las rebeliones contra la poderosa Roma republicana. Al mando de un ejército de cerca de 120.000 esclavos huidos, tuvo en jaque a la poderosísima Roma republicana en el siglo I antes de Cristo. Pese a que la revuelta fracasó, su audacia y genio militar (con unas fuerzas peor entrenadas y equipadas derrotó una y otra vez a los ejércitos consulares y devastó parte de Italia) le convirtieron en un símbolo  que ha durado durante siglos. Pero pocos saben que, antes de convertirse en gladiador, había luchado como auxiliar en el ejército romano, del que se cree que desertó. Tras ser capturado, fue vendido como gladiador, seguramente por la fuerza física que poseía y por su entrenamiento castrense.

En contra de la creencia popular, nunca fue ajusticiado por los romanos. De hecho, aunque se cree que cayó en la batalla del río Silarus, al sur de Italia (71 a.C.), que resultó desastrosa para sus fuerzas, su cuerpo nunca fue identificado.

Tras la derrota, unos 6.000 hombres que apoyaban al gladiador rebelde fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia. Los cuerpos permanecieron pudriéndose allí durante años.