Aunque no hemos acabado de ver la película/documental en clase, he pensado en hacer una reflexión sobre ésta.
Creo que a la respuesta a tu pregunta del primer día, sigo diciendo que no. Verdaderamente no creo que se crean el papel que hacen, están tensos y nerviosos porque son conscientes de que están siendo gravados (creo que se hubieran conseguido mejores resultados poniendo una cámara oculta y que los alumnos no supieran que les estaban gravando, así mostraría las que serían sus verdaderas acciones), pero sí se nota que están más a gusto contra más avanza el rodaje. El profesor, Carlos González, sí que creo que se cree el papel, cosa que no me extraña ya que es su sueño: poder enseñar a los alumnos de forma divertida, reflexiva y amistosa una asignatura tan “aburrida” como podría ser las matemáticas (en la película es profesor de mates, supongo, ya que me acuerdo de que habla del número de oro).
No me han acabado de gustar los personajes por lo que te he dicho, yo, al menos, no actuaría como ninguno de ellos en esa situación (aunque entiendo la tensión que tienen al ser gravados). Pero me gustó el papel de Pol (el del pelo largo que parece surfero), creo que se adaptaba a la realidad. Los otros no me dan mucho que decir, como Lucy, que su historia podía resultar muy conmovedora pero no fue así (aún no entiendo lo del caracol). En fin, los roles se ve que han sido seleccionados: el pasota (Pol), la tímida (Lucy), el simpático (no sé como se llama pero tiene pelo negro y de puncha)…
También me sorprendió que al investigar sobre el lugar de rodaje me pusiera que se rodó en Palau de les Heures o Casa Gallart, en Collserola. No lo reconocía en absoluto, aunque ya lo había visto (pero a lo lejos).
Conclusión: creo que el documental en sí está bien, ya que está “más o menos bien” representada por los alumnos (que no son actores ni nada parecido) y da una imagen clara sobre como deberían ser las clases (y ya de paso la sociedad en general). Carlos (el profesor) me recuerda a ti, Navarro. Tu también intentas hacer las clases divertidas poniendo películas y documentales e intentas que nos sepamos relacionar y trabajar juntos en parejas (una lástima que ya no podamos hacer exámenes en parejas, me complementaba muy bien con mis compañeras). Me gustaría que las clases de matemáticas también fueran así, aunque, claro está, al menos de momento es solo un deseo.