[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=6bSnDZYiE3o[/youtube]
Contagiándose del «espíritu de cielos azules» que ha traído el cierre de fábricas a Pekín para la cumbre de los países de Asia y Pacífico (APEC), China y Estados Unidos se han comprometido a reducir sus emisiones contaminantes, las mayores del mundo. Tras nueve meses de conversaciones secretas, el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha anunciado el acuerdo junto a su homólogo chino, Xi Jinping, con quien se ha reunido este miércoles en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.
Mediante dicho acuerdo, EE.UU. emitirá en 2025 entre un 26 y un 28 por ciento menos de gases de efecto invernadero de lo que hacía en 2005, una reducción que dobla la cifra ya prevista hasta 2020. Por su parte, China prometió limitar sus emisiones contaminantes en 2030, o antes si fuera posible, así como generar en esa fecha el 20 por ciento de su energía con una mezcla de fuentes renovables, como solar o eólica. Inmerso en una frenética industrialización que ha disparado la polución, el gigante asiático calcula que alcanzará ese año su máxima emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
Cierto o no, este compromiso es de crucial importancia en la lucha contra el calentamiento global porque China es el primer emisor de gases de efecto invernadero y EE.UU. el segundo, sumando entre ambos un 45 por ciento del total en el mundo. Además, supone un impulso a las negociaciones previas a la cumbre sobre el cambio climático prevista para diciembre del próximo año en París, que establecerá los nuevos objetivos de reducción de la contaminación para después de 2020.