Era una persona normal…o eso es lo que creía antes de que descubriera que podía meterme en el televisor.
Todo empezó un día que no tenía nada que hacer. Decidí ponerme a mirar la tele. Al encenderla busqué en los canales si había algo interesante. Naturalmente no daban nada. Al cabo de un buen rato, la tele se puso en blanco y no podía cambiar de canal. Decidí desenchufar y volver a enchufar la tele…
¡Y me electrocuté!
Sin saber porque me encontré en una habitación rosa, me miré en un espejito que había y… ¡vi que me había transformado en Barbie! ¡Qué horror! No sabía cómo salir de allí, así que me fui de la habitación lo más rápido que pude y me encontré con Ken. ¡Lo que me faltaba! ¡Él se dirigía hacia mí! Lo esquivé lo más rápido que pude y al pasar por delante de un televisor pequeñito que había en la sala, volví a mi querido mundo.
¡Qué susto que me di! Pensaba que me iba a quedar allí para siempre. Desde esos grandes momentos tengo un superpoder: puedo entrar y salir del televisor las veces que quiera.
(Sara Escrig 1r d’ESO B)