Debat sobre el paper de l’Estat en l’economia

El retorno del ESTADO, ¿la solución a la impotencia del mercado?

SEIS  ECONOMISTAS RESPONDEN EN FRANCIA

LE MONDE | 17.10.08 | 14h40  •  Mis à jour le 17.10.08 | 20h27

Michel Aglietta, profesor en París-X-Nanterre

“Los mecanismos de auto regulación de los  mercados han demostrado sus límites. Los bancos centrales tuvieron que sustituir un mercado mayorista de la  liquidez que dejó de funcionar  por líneas de crédito coordinadas. Trataron también de conjurar  la recesión por medio de una baja coordinada  de las tasas de interés directoras.

Pero los estados van a tener  un papel que desempeñar en relación con lo que yo llamo una “efecto de segunda ronda”: la recesión provocará una disminución en la demanda privada y la reducción de beneficios. Los bancos podrían no soportar  nuevas capas de deudas incobrables viniendo de las empresas. De ahí la necesidad de que los Estados  fortalezcan su capital muy rápidamente.

Las autoridades monetarias tienen ahora derecho a imponer una reglamentación más estricta para impedir el regreso de endeudamiento excesivo. Deberán   extender  la supervisión prudencial de las instituciones financieras no reguladas actualmente e imponer a los activos que no figuran en el balance  las mismas reglas que se aplican a aquellos que figuran en el balance. En las finanzas  globalizadas, estas reglas deben ser adoptadas también por los países emergentes. Por no hablar de las agencias off-shore (paraísos fiscales).

En cuanto a los bancos centrales,  deben adquirir las herramientas capaces de limitar las burbujas. En la fase eufórica del ciclo,  deben poder frenar la excesiva expansión del crédito por medio de exigencias en capital que aumente con el crecimiento del crédito. Se trata  de una herramienta contra cíclica   que acompañaría a la tasa de  interés  en la búsqueda de un doble objetivo de la estabilidad financiera y monetaria”.

HENRI STERDYNIAK, profesor en París-IX-Dauphine

“Los bancos están diseñados para permitir un financiamiento regular y la satisfactorio de la economía. Ellos se  han desviado de esa actividad vital para obtener rentabilidad adicional en los mercados financieros. La inestabilidad de los mercados financieros ha causado en retorno una conmoción injustificable  en los mercados bursátiles y de divisas. El Estado tiene ahora las cartas en la mano para reestructurar el sistema bancario y asegurar la adecuada financiación de las empresas y los hogares. Sin embargo, existe la preocupación de que en tres o cuatro años después de haber hecho pagar este rescate a los contribuyentes, el Estado permita  a los bancos una vez más actuar libremente  como les parezca conveniente “.

GILLES ETRILLARD, presidente de los fondos LFPI, fundador de la  ”REVUE FRANÇAISE D’ÉCONOMIE”

“Es falso decir que la retirada del Estado estaría en la raíz de la crisis. La estricta reglamentación del sector bancario no ha permitido evitar la crisis. Al contrario ellas han alentado  la externalización del  riesgo bancario y permitido, gracias a una liquidez excesiva  de la política monetaria estadounidense, una distribución laxista del  crédito. Estas reglas no han impedido el regreso boomerang de los créditos dudosos al seno de los establecimientos  bancarios.

Son más  los bancos que están en el centro de la tormenta y mucho menos los vehículos de inversión no regulados. El pánico de los últimos días no tiene sentido. Los  estados han tenido la razón en intervenir  ya que su  sabiduría está en  proporción  a su perennidad… Las crisis de confianza bancarias no se  resuelven  por un prestamista de último recurso como los bancos centrales, pero los estados han debido sustituirse a ellos  tienen para sustituir para aportar una garantía generalizada. Se debe esperar que su presencia en el capital de los bancos sólo será parcial y temporal. En el seno de la Unión Europea (UE), Es a sólo los gobiernos nacionales mismos  de soportar los riesgos de sus establecimientos y  Europa no podría  participar en un esfuerzo global que terminará por hacer soportar  a los contribuyentes europeos la factura que su homólogo y amigo americano debe pagar”.

JEAN-PAUL POLLIN, profesor de  L’UNIVERSITÉ D’ORLÉANS.

“Admitimos  demasiado fácilmente que los mercados eran capaces de auto regular. Sin embargo, la crisis actual demuestra los límites de esta creencia.

Los bancos centrales se han visto obligados de aceptar créditos de dudosa calidad para asegurar la liquidez de los bancos e intervinieron en el mercado de billetes de tesorería (créditos  a corto plazo emitidos por empresas). Los estados han re comprado créditos “tóxicos” para hacer solventes a las instituciones financieras

Sin estas intervenciones centralizadas, los mercados monetarios y financieros habrían  dejado de funcionar. Estos fracasos no son ajenos a la teoría económica. Esta crisis de liquidez demuestra que hay “factores externos” entre los participantes en el mercado. Es decir, que las operaciones de unos apremian las operaciones de otros,  resultando en un desequilibrio acumulativo que sólo una intervención publica puede frenar.

Por otra parte, la opacidad provocada por la titulización de créditos (NdT: transformación de deudas en títulos financieros transables en el mercado accionario) ha engendrado una desconfianza generalizada entre las instituciones financieras. Y sabemos que cuando los compradores y los vendedores no están igualmente informados, el mercado puede colapsar.

La intervención forzada del Estado y los bancos centrales tiene por necesaria contrapartida un retorno a la regulación. Será necesario imponer un mejor control de los riesgos, exigencias de liquidez, una revisión de los sistemas de remuneración, una separación entre actividades de   mercados y actividades bancarias … Condiciones esenciales  para el retorno de la confianza “.

GUNTHER CAPELLE-BLANCARD, Profesor de París I-Panthéon-Sorbona.

“¿El retorno del estado? Pero él nunca dejó el sector. El sector bancario es uno de los más regulados, precisamente a causa de la restricción que tiene el Estado de eternizar el sistema bancario.

El riesgo no  surge necesariamente de allí donde se espera. En 2006, numeroso eran aquellos que estimaban que hubo  los fondos especulativos (hedge funds) representaban  un factor de riesgo sistémico. Vemos hoy que no son el eslabón débil.

El eslabón débil fue la titulización, es decir, la posibilidad de un prestamista para diseminar  sus riesgos. La titulización ha sido uno de los motores de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos. Para corregir el sistema, la idea no es prohibir la titulización, sino que impedir que aquel que tituliza  venda la totalidad del riesgo que él ha creado. Debe conservar una parte para él.

Hasta ahora, se pensaba que el riesgo sistémico provenía  de la concentración de riesgos en instituciones demasiado grandes. Por lo tanto, se ha privilegiado la dispersión de los riesgos. Pero al diseminar demasiado los riesgos, ya no sabemos quien soporta que (riesgos).

Las pistas de reflexión sobre puesta en marco de la toma de riesgos son múltiples. Ellas también pasan por el control de la remuneración. Dar primas fenomenales a los traders  cuando no asumen personalmente los riesgos no tiene sentido. Sería mejor  calcular los primas sobre la duración  en lugar de un año”.

MARIO DEHOVE,  profesor en  PARIS-IX-DAUPHINE

“El Estado ahora desempeña su papel como inversor y prestamista de último recurso. ¿Las nacionalizaciones que se producen aquí y allá firman  un retorno del dirigismo? No No sólo la intervención del Estado sigue siendo  clásica, sino que es  el Estado que vien en ayuda del mercado y  se ha convertido en rehén.

Sin embargo, si la crisis se agravara y penetrara en el mercado de divisas, las cosas podrían cambiar. Pero por ahora, no estamos en lo que los economistas llaman una doble crisis, donde se ve una crisis bancaria y una crisis de cambio estallar conjuntamente. En esta situación, la posición del banco central es muy delicada, porque debe subir las tasas para proteger la moneda y bajar las tasas más  para ayudar a los bancos.

Hasta que  el euro y el dólar no esten en crisis, no hay ninguna necesidad de reorganizar el sistema monetario internacional. Hoy en día seguimos dentro de los límites que el sistema puede manejar.

En revancha, las perspectivas de nuevas regulaciones sobre actividades que no figuran en los balances de  los bancos están abiertas. Será necesario levantar de nuevo  las fronteras que habían sido erigidas entre los bancos y las  finanzas de mercado. Se ha creído  por mucho tiempo que la auto regulación podía normar el sistema. Eso es  falso. Los propios bancos han cedido al pánico por un “run”, que ha cerrado las cajas. interbancarias. La idea de que los mercados financieros pueden auto  regularse  es una ilusión. También es urgente que el Estado o la UE cree una agencia encargada de  intervenir en los mercados financieros para estabilizar y organizar la trazabilidad de los productos financieros que circulan allí. “

Entrevistados por Yves Mamou

guillegg.wordpress.com

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