EL LAZARILLO DE TORMES

lazarillo de tormes tapa del libro

https://historiaybiografias.com/el-lazarillo-de-tormes-argumento-e-interpretacion/


Avui donarem unes pautes per comentar fragments de la primera novel·la picaresca espanyola, El Lazarillo de Tormes, que us poden preguntar a l’examen de Selectivitat d’enguany.


EDICIONS

Como las primeras noticias de su existencia provienen de cuatro ediciones simultáneas —impresas en 1554 en lugares tan distantes como Burgos, Medina del Campo, Alcalá de Henares y Amberes—, hay quien piensa que pudo haber existido otra edición más antigua, datada en 1552 ó 1553, que motivó tal alarde editorial. Sea como fuere, lo importante es que el libro causó sensación: circuló de mano en mano y generó tanto debate que en 1559 fue incorporado al índice de libros prohibidos y sólo unos cuantos años más tarde, en 1573, volvería a circular, aunque en una versión convenientemente expurgada que se mantendría hasta el siglo XIX.”

https://www.zendalibros.com/un-lazarillo-en-busca-de-autor/


AUTOR

El seu autor va pensar que era millor no donar-se a conèixer i és per això que se la considera anònima, però des del primer moment van haver hipòtesis sobre la seva autoria:


El responsable, que imaginaba lo que se le venía encima, no firmó su texto y la autoría del Lazarillo de Tormes viene siendo desde entonces uno de los enigmas recurrentes de la literatura española. Las atribuciones, de hecho, empezaron a hacerse cuando apenas había transcurrido medio siglo desde su publicación. En 1605, fray José de Sigüenza aseguraba que el padre del Lazarillo era Juan de Ortega, quien en 1554 era general de los Jerónimos, lo que justificaría que el libro hubiese aparecido sin firma. Según Sigüenza, a Ortega le habían hallado en su celda el borrador de la novela «de su propia mano escrito», lo que avalaría sin tapujos su tesis, que también defendería en el siglo XX Marcel Bataillon.

Pero dos años después de que se aventurara esta primera autoría, el flamenco Valerio Andrés Taxandro redactó una especie de inventario de escritores españoles (Catalogus Clarorum Hispaniae Scriptorum) en el que se aseguraba que Diego Hurtado de Mendoza había compuesto «el libro de entretenimiento llamado Lazarillo de Tormes». Esta teoría conocería una suerte paralela a la que atribuía el texto a Ortega cuando, en el año 2010, la paleógrafa Mercedes Agulló encontró en unos papeles de Mendoza una frase —«Un legajo de correcciones hechas para la impresión de Lazarillo y Propaladia»— en la que estaría la ratificación de lo que había aseverado Taxandro. También se dijo que la historia de Lázaro de Tormes y de sus fortunas y adversidades había salido de las plumas del dramaturgo Lope de Rueda —que fue él mismo pregonero en Toledo allá por 1538—, de Pedro de Rúa, de Hernán Núñez, de Francisco Cervantes de Salazar, de Sebastián de Horozco o de Juan Arce de Otálora.

Con todo, la teoría más extendida es la que vincula la novela con el pensamiento erasmista” (…)

En efecte, la filóloga Rosa Navarro Durán vincula l’obra amb un autor defensor de l’erasmisme el 2003: ALFONSO DE VALDÉS:

Cree Rosa Navarro que la pasión de todo investigador es resolver enigmas y aunque sabe bien la dificultad que entraña desbaratar certezas asentadas durante siglos, confiesa que “me está resultando mucho más difícil convencer a la gente de que tiene autor que no demostrar quién es. Un librero le dijo la semana pasada a una alumna mía que le pidió el Lazarillo de Alfonso de Valdés: “¿Quién es esa profesora que afirma que el Lazarillo tiene autor? El Lazarillo fue anónimo, es anónimo y será siempre anónimo”. Cuando me lo contó, me di cuenta de que no me había empeñado en resolver un enigma, sino que estaba luchando contra un dogma, ¡que la historia de la literatura se leía como la Biblia!”

El autor del Lazarillo es un erasmista convencido. El auténtico objetivo del relato de Lázaro no es contar las miserias del mozo de muchos amos que es Lázaro, sino poner de manifiesto la mezquindad, la crueldad del ciego rezador y del clérigo, y otras “cosillas” del fraile de la Merced; las estafas del buldero, la explotación del capellán y la hipocresía del arcipreste de San Salvador, clérigo amancebado con su criada, que decide casarla con Lázaro de Tormes, el pregonero, para guardar las apariencias. Y también la miseria y el hambre del escudero, que vive fingiendo un estado y una devoción que no tiene, y que sólo está pensando en tener un señor para adularle. Al autor del Lazarillo le preocupan sólo dos estamentos: las personas relacionadas con la iglesia y los cortesanos.

3) Por esa razón los amos de Lázaro pertenecen a esos dos ámbitos (nada dice él del maestro de pintar panderos ni del alguacil porque no le interesan al autor) y por esa razón los amos de Lázaro no tienen nombre propio, no se “llaman”. Lázaro va de amo en amo y sólo los menciona por su oficio. Que un personaje como el ciego o como el escudero no tenga nombre es algo realmente singular. Y sólo es posible tal rareza por la voluntad del escritor, que no los designa con nombre propio porque en ellos está satirizando a todos los de su clase, a sus semejantes.

Sólo puede ser Valdés
»Sólo un escritor tiene los dos rasgos que he indicado del autor del Lazarillo: Alfonso de Valdés, secretario de cartas latinas del Emperador y el mejor valedor de Erasmo en España. Pero además es autor del Diálogo de Mercurio y Carón, en donde el dios y el barquero interrogan a una serie de almas de personajes que pertenecen a esos dos estamentos, el eclesiástico y el cortesano, y tampoco tienen nombre. En ese desfile de ánimas se ve el antecedente de la serie de amos de Lázaro. Y además en boca de de un cortesano, reconocemos palabras del escudero.

4) El uso de “acaecer” frente a la ausencia de “acontecer” en los Diálogos de Valdés y en el Lazarillo me dio luz -sólo luz, no argumentos- para buscar el camino que me permitiera demostrar lo que para mí, editora del extraordinario prosista que es Alfonso de Vadés, era ya evidente. Y lo encontré en las lecturas del escritor.

»Juan de Valdés en el Diálogo de la lengua hace un esbozo de crítica literaria. Es evidente que debió de comentar con su hermano lecturas. Leí las obras que él mencionaba y descubrí (primero en ellas y después en otras) elementos, motivos literarios, recreados en los dos Diálogos de Alfonso de Valdés y en el Lazarillo. Mercurio le cuenta a Carón una anécdota de Júpiter que nos lleva al Anfitrión de Plauto; pero en el Lazarillo está la mención a la casa encantada o a la nariz que ve, ideas ambas que aparecen en comedias del escritor latino. Las huellas de lectura de La Celestina, La comedia Tebaida, La Lozana Andaluza y, sobre todo, de las comedias de Torres Naharro, me mostraron los sutilísimos lazos -literarios- que hay entre las tres obras de Alfonso de Valdés.

5) Por último, sólo un escritor tan espléndido como Alfonso de Valdés, que domina el arte de la carta y del diálogo, pudo escribir esa maravilla de naturalidad y eficacia expresiva que es La vida de Lazarillo de Tormes, la carta de Lázaro a Vuestra Merced.

El porqué del secreto
-¿Por qué, si Valdés fue su autor, su nombre ha permanecido oculto tantos siglos?
-Hasta finales del siglo XIX no se le devolvió su Diálogo de las cosas acaecidas en Roma, que se había atribuido a su hermano Juan. Marcel Bataillon demostró en 1925 cómo era también el autor del Diálogo de Mercurio y Carón, y no Juan. Ambas obras se editaron en el siglo XVI, anónimas, y no en España. ¿Cómo iba a figurar el nombre del autor de una sátira erasmista como el Lazarillo? ¿Hace falta recordar el papel de la Inquisición? ¿Es necesario decir que su hermano Juan de Valdés tuvo que huir de España para que no lo procesaran después de escribir el Diálogo de doctrina cristiana? ¿Lo es contar cómo un censor le coge a Diego de Valdés, otro hermano de Alfonso, el Diálogo de Mercurio y Carón que el escritor le había dejado manuscrito y lo entrega a la Inquisición? ¿Tengo que hablar del capellán de la iglesia del Salvador de Cuenca, Fernando de la Barrera, hermano de la madre de Alfonso, que fue quemado como judío relapso en 1491? Aunque el Emperador le protegía, Alfonso de Valdés nunca puso su nombre en sus obras, que tampoco vio impresas en vida.

-¿Cuándo escribiría Alfonso de Valdés el Lazarillo?
-Lo debió de escribir entre fines de 1529 y septiembre de 1532. Alfonso de Valdés muere de peste en Viena el 6 de octubre de 1532, y en el Lazarillo hay huellas de la lectura de La Lozana Andaluza de Francisco Delicado, que se publicó en Venecia en 1528, y del Relox de príncipes de fray Antonio de Guevara, que se imprimió en abril de 1529. Esas fechas señalan el espacio de tiempo en que Valdés pudo crear su espléndido relato. Lo hizo después de haber escrito sus dos Diálogos; y fuera de España, posiblemente en Augsburgo o en Ratisbona, en donde la corte del Emperador estuvo unos meses después de la coronación de Carlos V por el Papa en Bolonia en 1530, o en esta ciudad italiana.(…)

Continueu llegint els arguments de la filóloga: 

NAVARRO DURÁN, ROSA: La verdad sobre el caso de El Lazarillo de Tormes. Cenlit Ediciones,  2010

ARGUMENT

ZAMORA VICENTE, ALONSO:

“¿Qué pasa en este libro excepcional? He aquí su argumento. Lázaro nace en una aceña del Tormes, en una aldehuela, Tejares, próxima a Salamanca, donde su padre, el molinero, trabajaba. Su padre tuvo que ver con la justicia, por robar en las maquilas, y la madre se amancebó con un negro, de donde salió un hermanito del color de la tizne, que le hizo pensar a Lázaro por vez primera que el mundo no es como es, sino como creemos verlo. Todavía mozuelo de cortos años, Lázaro es colocado por su madre con un ciego mendigo, su maestro en trampas y adiestrador en fullerías. A fuerza de engaños y coscorrones, Lázaro va aprendiendo a manejarse solo en la vida. Después de una mala pasada, Lázaro abandona al ciego y se coloca a servir a un clérigo de Maqueda. Este clérigo, hombre avaro, hace pasar a Lázaro hambres sin fin, mitigadas por el ingenio y la astucia, esgrimidos para lograr unas migajas del pan de las ofrendas, escondido en un arcón viejo. Después   —22→   de dejar el servicio del clérigo, Lázaro va a Toledo, donde se acomoda con un hidalgüelo, lleno de viento y de soberbia de casta, para el que tiene que acabar por pedir limosna y compartir así la desventura. Cuando el hidalgo abandona a Toledo, por escapar de la justicia, Lázaro sirve a un fraile de la Merced, a un buldero, a un maestro de pintar panderos y a un alguacil. Finalmente, Lázaro consigue el puesto de pregonero real de la ciudad de Toledo y se casa. Vive feliz, contento de su ventura y compartiendo el lecho matrimonial con un arcipreste.”

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GÈNERE I TEMÀTICA

Podem explicar l’argument d’una forma simple, però allò que hi ha darrere no ho és, perquè el protagonista és un personatge rodó que evoluciona: el nen que es fa adult després de viure míserament amb diferents amos, perquè aquest adult escriu una carta a una “Vuesa Merced”, tot i que suposem que donada la seva extracció social i la seva formació no sap escriure, per justificar-se. És una novel·la autobiogràfica, queda clar, i aquesta forma escollida per l’autor és deliberada sens dubte, perquè facilita la selecció de material vital. Un quan explica la seva vida no ho explica tot, sinó allò que li interessa. I què ès allò que vol dir l’autor de la carta, el Lázaro, pregoner i cornut agraït? Lázaro vol justificar-se? Ens vol fer creure que ha ascendit socialment, però sap que no és així en realitat? 

Així doncs, quins són els temes que apareixen en aquesta primera novel·la picaresca? 

Vegem primer què es considera com a gènere picaresc, un nou gènere aparegut a l’Espanya del Segle d’Or i exclusiu de la literatura castellana que va tenir seguidors:

Antecedents – Relació amb altres obres?

El Lazarillo inició en España el género picaresco, pero no por eso fue una obra original, sin antecedentes.

Se han encontrado algunos personajes y peripecias que guardan similitud con obras escritas anteriores o con la tradición folklórica española y europea.

Así, el tipo de Lázaro y el del hidalgo pobre, eran tradicionales en Castilla; el episodio del ciego había sido desarrollado ya por una farsa francesa del siglo XIII, así como su golpe contra el poste por un cuento andaluz anterior; los episodios del buldero y del alguacil, continuaban la tradición medieval de los cuentos anticlericales. Del mismo modo, han sido localizados algunos pormenores o expresiones.

Algunos otros aspectos, pueden provenir también de lecturas o de obras de la antigüedad (El asno de oro de Apuleyo y El satiricón de Petronio).

Interpretaciones del libro. El Lazarillo ha sido interpretado en varios sentidos.

Para algunos es una típica sátira social, contra las tres clases sociales de la época: la plebe, el clero y la nobleza (A. Morel-Fatio). Para otros, es simplemente una obra artística de ficción, con fines de entretenimiento y burlas, «un libro para reír» (M. Bataillon).

Otros críticos lo consideran una epopeya del hambre, o una parodia de los libros de caballería, o un ejemplario del arte de vivir y llegar a la felicidad y el bienestar material.”

EL GÈNERE PICARESC: RODAMONS, EPÍSTOLA I FALSA AUTOBIOGRAFIA

Alonso Zamora Vicente Qué es la novela picaresca

“Efectivamente, con el Lazarillo nace una nueva actitud frente al arte. Es un libro nuevo en lo que se refiere a su estructura y a su forma externa, pero aún lo es más por lo que atañe al espíritu que lo informa. Situado dentro de una corriente que podríamos llamar general, usada por todos los países (el motivo artístico basado en el desheredado, el vagabundo, el hampón), solamente   —8→   en España alcanza un desarrollo literario universal, lejos de la anécdota. En todas partes ese motivo se queda en la corteza, como risa o burla. En España, penetra en el hondón de la realidad vital, y se convierte en una resonancia humana de la más depurada calidad. Intentemos poco a poco ir poniendo orden en esa masa literaria.

La novela picaresca tiene como personaje central al pícaro. El primer problema que nos asalta es la historia y etimología de la palabra pícaro, que, por cierto, ha resistido muy tozudamente a todos los intentos de aclaración. La voz ha aparecido por vez primera en textos de hacia 1541 y 1547. La interpretación más antigua la pone en relación con el latín pica, según la cual la palabra pícaro tendría el sentido de «miserable», ya que los romanos sujetaban a sus prisioneros atándolos, para ser vendidos como esclavos, a una pica o lanza clavada en el suelo. Se ha pensado también en la raíz pic, de picus, con el valor de «picar», donde la palabra adquiere el significado de «abrirse algo el camino a golpes, con esfuerzo», y desde ahí evolucionaría a indicar «el mendigo, el ladrón, el desharrapado». Y no está nada lejos el relacionarla con otras diversas acepciones de picar, bien sea por los pícaros de cocina, que picaban la carne o los aderezos oportunos (algo como hoy los pinches), o bien trabajaban sin sueldo ni tarea fijos en las cocinas y picaban para sustentarse en las comidas. Existen, sin embargo, testimonios anteriores que reflejan cumplidamente que el pícaro se ocupa en otros quehaceres diversos, y no exclusivamente en la cocina. Ya Covarrubias aventura que pícaro podía ponerse en relación con Picardía, ya que de allá emigraban muchos que siempre fueron gentes pobres. La pícara Justina, en efecto, habla de un sastre de aquella tierra que reunió una fortunita pordioseando   —9→   en las romerías y en fingidas peregrinaciones a Compostela. También de los soldados desertores se dijo que vestían a lo picard, es decir: en el colmo del andrajo y la suciedad. Hay también quien ha propuesto relacionar pícaro con bigardo, begardo, «vago, vicioso». La antigua acentuación picáro parece apoyar este origen, pero, de todos modos, las explicaciones propuestas dejan muchas dificultades por resolver. Lo cierto es que pícaro se llamó al héroe de este tipo de novelas, e incluso, como veremos luego más despacio, el personaje central de alguna de ellas, Guzmán de Alfarache, fue llamado el Pícaro por antonomasia, exclusivizándose y eliminando todo otro posible título: en los registros de libros que iban a América, El Pícaro designa siempre la obra de Mateo Alemán, a pesar de que la palabra no figuró en el título de la primera edición. Tampoco en el Lazarillo sale la voz ni una sola vez.

Claro está que dentro de un género literario que dura largo tiempo en fértil producción, el tipo ha de evolucionar. El pícaro inicial, el que nos refleja el Lazarillo, es en el fondo una buena persona. Es un muchacho de buen corazón, sin experiencia, al que la realidad circundante zarandea de mala manera y le hace sumirse en escepticismos y en fullerías. Sistemáticamente, la vida le puntea asechanzas de las que apenas sabe cómo zafarse, y acaba entregándose sin remedio y sin pena al medio que le exige defenderse y engañar. Pero no es un delincuente profesional, sino que le sobran cordura y viveza y le falta ambición. Cuando sus trampas acaban por ser desenvueltas en fracasos, llegan las palizas, los golpes, los ayunos, algún encarcelamiento. La resignación y la astucia afilándose son los únicos asideros que sobrenadan en su comportamiento. En cambio, el pícaro del   —10→   XVII, ya avanzada y madura la novela, e incluso desintegrándose, parará en galeras, en la clara situación de una sociedad que necesita defenderse de él. Pero lo que no existirá nunca en toda la trayectoria de la novela es un solo pícaro necio o estúpido, ni tampoco desesperado de su suerte. Detrás de todo, por amargo que resulte, queda siempre flotando una vaga luz de esperanza, de volver a empezar, aliento de vida que no se resigna a caer en un silencio definitivo.(…)

A partir del Lazarillo, las novelas picarescas adoptan una forma consagrada. Esa forma es la autobiográfica con muy pocas excepciones. El personaje habla en primera persona y narra su ascendencia, su educación, sus primeros pasos, el fluir de su vida, condicionada constantemente por el medio hostil. Todo va siendo, en el devenir de la novela, adjetivo y lateral. Lo único que le da consistencia es la circunstancia del héroe, de ser vivido todo por el mismo personaje. Las cosas y los acaeceres no tienen concatenación alguna, son puros azares, como la vida, lo menos sujeto a una ley previa. Esto condiciona también la estructura del libro, que, naturalmente, no tiene tampoco esquemas preconcebidos. Muchos capítulos podrían quizá ser suprimidos sin que la economía total sufriera. Pero de todos los episodios se desprende una evidente actitud moralizadora. El estoicismo con que soporta todos los reveses (inevitables, frecuentes reveses) y la fría autocrítica con que prepara y valora sus andanzas demuestran que el tan socorrido «senequismo» de la vida española informa al pícaro muy cumplidamente. Esa ética deducida (el autor no tiene interés en exponerla concienzudamente) se apoya en la experiencia larga (suele hablar ya viejo), cuando el personaje se ve de vuelta de las cosas y las gentes. Como digo, se trata de una filosofía de tipo practicista, que no se expone cuidadosa ni detalladamente, sino que se desprende de la actitud general ante los hechos. Sin embargo,   —16→   en algunas ocasiones, el autor se ve en la necesidad de desarrollar razonamientos para justificar esta actitud, y llega a verdaderas disertaciones sobre casuística moral. Pretende usar de lo picaresco como un truco que le valga para ampliar su lección de moral, su ladera pedagógica. “(…)

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Veure també 

YLLERA, Alicia: La autobiografía como género renovador de la novela: Lazarillo, Guzmán, Robinson, Moll Flanders, Marianne y Manon (format PDF)

https://es.wikipedia.org/wiki/Novela_picaresca


TEMÀTICA MORAL: ideologia moralitzant i intenció satírica.

L’honor/honra és el tema clau, la sàtira de l’estament eclesiàstic (anticlericalisme) i de la baixa noblesa és evident, el desengany, el determinisme, la mendicitat, l’avarícia, la lluita per la supervivència, l’egoisme, la soledat, les misèries humanes són molt presents en l’obra.

“Determinismo. Aunque el pícaro intenta mejorar de condición social, fracasa siempre y nunca dejará de ser un pícaro. Por eso, la estructura de la novela picaresca es normalmente abierta. Las aventuras que se narran podrían continuarse indefinidamente para sugerir que no hay evolución posible que cambie dicha historia. Este paradigma, al que apela Lázaro para justificar sus propios errores y ganarse la simpatía del lector en La vida de Lazarillo de Tormes, fue contestada por Mateo Alemán, Francisco de Quevedo, Miguel de Cervantes y otros autores de narraciones picarescas en años posteriores, puesto que contravenía la doctrina católica del libre albedrío tan importante en la Contrarreforma.

Ideología moralizante y pesimista. Cada novela picaresca está narrada desde una perspectiva final de desengaño; vendría a ser un gran «ejemplo» de conducta aberrante que, sistemáticamente, resulta castigada. La picaresca está muy influida por la retórica sacra de la época, basada en muchos casos, en la predicación de «ejemplos», en los que se narra la conducta descarriada de un individuo que, finalmente, es castigado o se arrepiente.

Intención satírica y estructura itinerante. La sociedad es criticada en todas sus capas, a través de las cuales deambula el protagonista en una estructura itinerante en la que se pone al servicio cada vez de un elemento representativo de cada una. De ese modo el pícaro asiste como espectador privilegiado a la hipocresía que representa cada uno de sus poderosos dueños, a los que critica desde su condición de desheredado porque no dan ejemplo de lo que deben ser.

Realismo, incluso naturalismo al describir algunos de los aspectos más desagradables de la realidad, que nunca se presentará como idealizada sino como burla o desengaño.”

https://es.wikipedia.org/wiki/Novela_picaresca

“La temática del Lazarillo de Tormes es moral: una crítica acerba, incluso una denuncia, del falso sentido del honor (“la negra que llaman honra”) y de la hipocresía. La dignidad humana sale muy malparada de la sombría visión que ofrece el autor, nihilista y anticlerical. La vida es dura y, tal como aconseja el ciego a Lázaro en la obra, “más da el duro que el desnudo”; cada cual busca su aprovechamiento sin pensar en los otros, por lo que, como se dice al principio de la obra, arrimándose a los buenos “se será uno de ellos”: esto es, para ser virtuoso hay que fingir ser virtuoso, no serlo”

https://es.wikipedia.org/wiki/La_vida_de_Lazarillo_de_Tormes#Temas

Veure també 

https://www.culturagenial.com/es/lazarillo-de-tormes/

ESTRUCTURA ITINERANT

“El pícaro es un vagabundo, un hombre que se lanza al sol y al aire de los caminos, dispuesto a buscarse en las revueltas de los mismos la contingencia que lo sostenga sobre esta tierra de Dios. Este vagabundaje ya comienza en el Lazarillo: el héroe sale de su Salamanca natal para buscar fortuna en las ciudades de Castilla: Toledo, Maqueda, Escalona, Illescas.”

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Fixem-nos en aquest estudi:

“La obra se compone de un prólogo y siete tratados, que varían mucho en extensión. Para Francisco Rico, el autor ha seleccionado aquellos trozos de la vida de Lázaro que más se relacionan con el “caso”: relata con detalle los episodios de mayor relevancia y pasa más rápidamente por los restantes.

La novela se fundamenta en el aspecto folclórico de lo que cuenta y se rige por la simetría y por el número tres tradicional de los cuentos. La narración presenta tres simetrías bastante claras: tres situaciones del primer capítulo se reproducen de alguna manera en el sexto:

Prólogo

Se elogia la novedad que se va a tratar, señalando que, según los gustos de cada cual, se puede obtener de su lectura deleite o provecho moral. Además, se menciona la honra y la fama que los libros aportan a quienes escriben y se justifica la redacción de la autobiografía como respuesta a la petición hecha por “Vuestra Merced”

Tratado I-III: proceso de aprendizaje

Los tratados I al III, los más extensos, forman un bloque en el que Lázaro niño va descubriendo con sufrimiento el mundo que le rodea y en el que debe aprender a sobrevivir.

  • Tratado I. Relata con ironía los orígenes humildes del protagonista, hijo de un molinero ladrón y de una mujer que, tras quedarse sin marido, ejerce diversos oficios. Es su madre quien decide entregarlo a un ciego, que es el encargado de despertar a Lázaro de la inocencia infantil y hacerle ver que la astucia es indispensable para vivir. El maltrato recibido provoca que Lázaro se vengue de él y lo abandone.
  • Tratado II. El motor del aprendizaje será el hambre, que su nuevo amo, el cura de Maqueda, le hace pasar. La avaricia de este clérigo le obliga a ingeniar continuas tretas para poder mantenerse. Es el primer amo religioso de Lázaro y en él se critica su carácter avaro, egoísta y falto de caridad.
  • Tratado III. Lázaro sirve a un hidalgo pobre o escudero, con el que al tema del hambre se suma la obsesión por la honra de su amo, que le impide trabajar para sobrevivir. Esta postura, incomprensible para el protagonista, despierta su compasión por el noble, que acaba por abandonarla protagonista. En este tratado aparece el estamento de la nobleza y Lázaro evoluciona moralmente, al empatizar con su amo.

Tratados IV -V: adolescencia de Lázaro

En estos tratados aparece un Lázaro algo más maduro, que se pone al servicio de un fraile de la Merced y un vendedor de bulas. Con ellos comprueba la vida poco cristiana de algunos clérigos y cómo el engaño se ha convertido en un patrón habitual de conducta social.

  • Tratado IV: Lázaro se asiente con un fraile de la Merced, quien le regala su primer par de zapatos. Es la primera propiedad de Lázaro y la primera señal de mejora. El personaje del fraile entronca con la tradición de los clérigos lujuriosos y libertinos. Lázaro lo abandona al poco de entrar a su servicio: “Y por esto y por otras cosillas que no digo, salí dél.”
  • Tratado V: el quinto amo de Lázaro, el buldero, está tomado de la realidad cotidiana de la España de Carlos V. El buldero era un predicador profesional, contratado para aumentar la venta de las bulas. Una bula era una indulgencia o privilegio, que otorgaba el Papa a cambio de una limosna y que dispensaba a quien la obtenía de ciertas obligaciones religiosas o litúrgicas (especialmente en cuestiones relacionadas con el ayuno de Cuaresma) Las bulas fueron concebidas inicialmente para contribuir a los gastos de las cruzadas contra los moros.

Tratados VI y VII: madurez de Lázaro

Tras estar brevemente con un pintor de panderos, un Lázaro prácticamente adulto entra al servicio de los tres últimos amos: un capellán, un alguacil y el arcipreste de San Salvador. Con ellos alcanza sus primeros oficios remunerados, puede vestir honradamente y acaba contrayendo matrimonio.

  • Tratado VI: Lázaro sirve a un pintor de panderos y al capellán de la iglesia mayor de Toledo. La identidad del pintor de panderos resulta difícil de precisar, ya que en la época existían “maestros de pintar” o “maestros pintores”, a cuyo servicio tenían un aprendiz que molía los colores. Lo más probable es que Lázaro se refiera a un buhonero o a un vendedor ambulante de panderetas y objetos afines. Los buhoneros tenían mala reputación y se dedicaban a actividades semejantes a las del buldero: vendían productos a los que atribuían especiales poderes curativos o milagrosos.

En cuanto al capellán, forma parte de los personajes del clero que explotaban la concesión de un negocio, desoyendo las condenas enérgicas de los autores cristianos.

  • Tratado VII: Lázaro sirve a un alguacil, una especie de policía de la época, a quien abandona al poco de entrar a su servicio por ser un oficio peligroso.

El arcipreste de San Salvador le consigue un puesto de pregonero en Toledo y concierta la boda entre Lázaro y su criada, quizá para ocultar sus relaciones con la mujer. Este es el “caso” que ha motivado la redacción de la carta dirigida a Vuestra Merced.

Aunque Lázaro lo considera una suerte y un logro magnífico en su vida, el oficio de pregonero era considerado como uno de los más infames y viles; pero estaba bastante bien remunerado, según los sueldos que le asignan las ordenanzas de Toledo. [2] Su trabajo consistía en vender vinos y otras mercancías por las calles, acompañar a los delincuentes en las ejecuciones.

La costumbre de los clérigos de casar a sus amancebadas con criados suyos y para acallar posibles rumores y disimular tanto los embarazos como los abortos era relativamente frecuente. Las pragmáticas prohibían al matrimonio vivir en casa del sacerdote, por eso Lázaro y su esposa se instalan en una “casilla” cercana. También castigaban duramente, con diez años de galeras, al marido que consentía el amancebamiento de su mujer con el clérigo en cuya casa servía. Por ello, Lázaro insiste en negar la veracidad de los rumores para eludir la pena de galeras.

Veure també: 

PERSONATGES

“El uso de la estructura anular, que acaba concluyendo con lo que se inicia, hace de la novela una obra redonda; por otra parte es la primera novela polifónica de la literatura española. El personaje de Lázaro evoluciona, no es plano ni arquetípico: cambia y evoluciona, y va pasando de ser un ingenuo a un cínico redomado, aprendiendo de las lecciones que le da la vida. Tan es así que el final, lejos de ser positivo, sin embargo, es vivido por el personaje como lo mejor que le podía haber pasado teniendo en cuenta toda la trayectoria vital que le precede. La infidelidad de su mujer, por tanto, no es nada comparado con las vejaciones que ya ha sufrido. Cada personaje plano, por otra parte, se halla completamente individuado y caracterizado sin maniqueísmo: la crueldad del ciego, que no es absoluta; el idealismo soñador y orgulloso del escudero pobre, un personaje al parecer folclórico luego retomado por Cervantes; el diálogo entre conciencias en el cual se atisba la humana comprensión que después será patrimonio casi exclusivo de Cervantes, en el episodio del criado y el escudero; o la avaricia, mezquindad e hipocresía del clérigo.

El valor psicológico y humano es patente en el tratado tercero, que se ha querido ver como el anticipo de la novela polifónica moderna; por otra parte, el Lazarillo bosqueja ya los rasgos fundamentales de un género de amplia trascendencia española y europea, la novela picaresca, que se configurará definitivamente con el Guzmán de Alfarache (1599) de Mateo Alemán, más moralizado y pesimista todavía.”

LLENGUA I ESTIL: 

ESTIL POPULAR (AMB REFRANYS I DITES POPULARS), LLENGUATGE SENZILL, CONCÍS, HUMOR, AMBIGÜITAT.

“La verosimilitud y el decoro poético obligan a emplear un estilo humilde, en concordancia con la clase social del protagonista. Son habituales los giros del habla popular y los refranes. Además, el humor  y la ironía están presentes en numerosos pasajes de la novela.

No obstante, el prólogo está construido de acuerdo con las normas de la retórica clásica y en él el lenguaje es elevado, aunque no exento de ironía.

La lengua del Lazarillo también refleja la duplicidad de su protagonista. Lázaro exhibe un gran dominio del lenguaje, cuyo constante uso del doble sentido, coincide con su comportamiento en “el caso”.  La ambigüedad del lenguaje de Lázaro coincide con su ambigüedad moral. Esto se percibe especialmente en los solecismos del texto [3], las expresiones admirativas y de afecto y las expresiones proverbiales que no solo contribuyen a realzar el realismo del personaje (es normal que un personaje sin cultura como Lázaro cometa errores al expresarse) sino que además juegan el papel de la ambigüedad.

El Lazarillo, según hemos visto, tiende a repetir situaciones y escenas, desde el primer al último capítulo, procurando una dispositio basada en la simetría. El procedimiento afecta también a la elocutio y se traduce en el empleo de variados recursos de repetición, que dotan al discurso de gran ingenio e ironía. Nuestro autor pone en práctica a menudo los siguientes recursos:

La figura etimológica: “la endiablada falta que el mal ciego me faltaba”.

La paronomasia: “al tercer día me vino la terciana derecha”; “¿Qué es eso, Lazarillo? Lacerado de mí, dije yo.”

La bimembración: “al uno la de mano besada y al otro de lengua suelta”, que a veces desemboca en antítesis: “allí lloré mi trabajosa vida pasada y mi cercana muerte venidera”.

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2 respostes a EL LAZARILLO DE TORMES

  1. no entiendo el cambio de lengua……… porque pasa de parlar el català al español

  2. haterdesalchipapa diu:

    gracias Nuria coll

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