EL REALISME. PINTURA I LITERATURA
EL REALISME PICTÒRIC
REALISME CATALÀ: MARTÍ ALSINA I L’ESCOLA D’OLOT
LITERATURA REALISTA I NATURALISTA
![]() STENDHAL (Marie Henri Beyle) (Grenoble, 1783-1842) |
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Armància (1826) 1ª nov. | ||||
Roig i negre (1830) | ||||
La Cartoixa de Parma (1838) | ||||
Lucien Leuwen (1894) incompleta i pòstuma. | ||||
Altres obres: veure Viquipèdia. http://www.armance.com/ Fragment de La Cartoixa de Parma. Obra sencera en línia
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HONORÉ DE BALZAC (Tours, 1799 — París, 1850) | ||||
Eugénie Grandet (1833) | ||||
Le Père Goriot (1834-1835) | ||||
La Comédia humana engloba les novel·les següents. | ||||
La missa de l’ateu (1836) | ||||
La dona de trenta anys (1829, 1842), | ||||
Tractat dels excitants moderns (1834) | ||||
Les il·lusions perdudes (1836, 1843) | ||||
El cosí Pons (1847) | ||||
L’última encarnació de Vautrin (1847) | ||||
Veure més a Viquipèdia. Fragment d’Eugène Grandet en castellà. Obra sencera La señora Grandet era una mujer seca y delgada, amarilla como un membrillo, desmañada, torpe, una de esas mujeres, en fin, que parecen nacidas para ser tiranizadas; tenía los huesos grandes, nariz grande, ojos grandes, frente grande, y, al primer golpe de vista, ofrecía una vaga semejanza con esos frutos pasados que no tienen ya sabor ni jugo. Sus dientes eran negros y ralos, su boca estaba arrugada y su barba tenía la forma de esa barba que suele llamarse de vieja. Era una excelente mujer, una verdadera Bertelliere. El abate Cruchot sabía buscar ocasiones para decirle que no había sido fea, y ella lo creía. Su carácter angelical, su resignación de insecto atormentado por chiquillos, su rara piedad, su inalterable mansedumbre y su buen corazón, contribuían a que fuese universalmente compadecida y respetada. Su marido no le daba nunca más de seis francos de una vez para sus pequeños gastos. Aunque ridícula en apariencia, esta mujer, que, con su dote y sus herencias, había aportado al padre Grandet más de trescientos mil francos, se había sentido siempre tan profundamente humillada ante una dependencia y un aislamiento contra los que la bondad de su alma le prohibía rebelarse, que no le había pedido nunca un céntimo ni hecho ninguna observación al firmar las actas que le presentaba el notario Cruchot. Esta secreta y estúpida altivez, esta nobleza de alma desconocida y herida constantemente por Grandet, eran los rasgos característicos de la conducta de esta mujer. La señora Grandet llevaba constantemente una bata de levantina verde que había logrado que le durase dos años, un chal de algodón blanco, un sombrero de paja y un delantal de tafetán negro que usaba únicamente por casa. Como salía muy poco, gastaba pocos zapatos. Por otra parte, no quería nunca nada para ella; de modo que Grandet, acosado a veces por los remordimientos al acordarse del mucho tiempo que hacia que no le había dado seis francos a su mujer, estipulaba siempre alguna cantidad para los alfileres de su esposa sobre el precio de su cosecha. Los cuatro o cinco luises que regalaba el holandés o e belga que adquiría la cosecha de Grandet formaban la única renta anual de la señora Grandet; pero cuando recibía los cinco luises, su marido le decía frecuentemente como si la bolsa fuese común”
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GUSTAVE FLAUBERT (Rouen, 1821 – Croisset, 1880) | ||||
Madame Bovary (1857) fragment i text sencer en castellà | ||||
Salambó (1862) | ||||
L’educació sentimental 81869) | ||||
La temptació de Sant Antoni (1874) | ||||
Tres contes (1877) | ||||
Bouvard i Pécuchet (1881 incompleta) http://ca.wikipedia.org/wiki/Madame_Bovary “Estábamos en la sala de estudio cuando entró el director, seguido de un «novato» con atuendo pueblerino y de un celador cargado con un gran pupitre. Los que dormitaban se despertaron, y todos se fueron poniendo de pie como si los hubieran sorprendido en su trabajo.
El director nos hizo seña de que volviéramos a sentarnos; luego, dirigiéndose al prefecto de estudios, le dijo a media voz:
‑Señor Roger, aquí tiene un alumno que le recomiendo, entra en quinto. Si por su aplicación y su conducta lo merece, pasará a la clase de los mayores, como corresponde a su edad. El «novato», que se había quedado en la esquina, detrás de la puerta, de modo que apenas se le veía, era un mozo del campo, de unos quince años, y de una estatura mayor que cualquiera de nosotros. Llevaba el pelo cortado en flequillo como un sacristán de pueblo, y parecía formal y muy azorado. Aunque no era ancho de hombros, su chaqueta de paño verde con botones negros debía de molestarle en las sisas, y por la abertura de las bocamangas se le veían unas muñecas rojas de ir siempre remangado. Las piernas, embutidas en medias azules, salían de un pantalón amarillento muy estirado por los tirantes. Calzaba zapatones, no muy limpios, guarnecidos de clavos.
Comenzaron a recitar las lecciones. El muchacho las escuchó con toda atención, como si estuviera en el sermón, sin ni siquiera atreverse a cruzar las piernas ni apoyarse en el codo, y a las dos, cuando sonó la campana, el prefecto de estudios tuvo que avisarle para que se pusiera con nosotros en la fila. Teníamos costumbre al entrar en clase de tirar las gorras al suelo para tener después las manos libres; había que echarlas desde el umbral para que cayeran debajo del banco, de manera que pegasen contra la pared levantando mucho polvo; era nuestro estilo.”
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ÉMILE ZOLA (París, 1840 – 1902) | ||||
Thérèse Raquin | ||||
Les Rougon-Macquart (cicle de novel·les sobre una família) | ||||
entre elles Nana i Germinal | ||||
Le Roman expérimental (1880) | ||||
Veure més obres a Viquipèdia. Germinal: Fragment i obra sencera en castellà “Eran las cuatro de la mañana. La noche fresca de abril iba templándose a medida que se acercaba el alba. En el cielo sereno palidecían las estrellas, mientras que la claridad de la aurora ponía el horizonte de color de púrpura.
Esteban seguía con paso rápido el camino de Vandame. Acababa de pasar seis semanas en una cama del hospital de Montsou. Aunque pálido todavía y muy delgado, se sentía con fuerzas para marcharse, y se marchaba. La Compañía, que, fiel a sus proyectos, continuaba despidiendo gente con prudencia, le había dicho que no podía darle trabajo en las minas. Lo único que le daba, al mismo tiempo que le ofrecía una ayuda de cien francos, fue el consejo paternal de que abandonase el trabajo de las minas porque para el estado delicado de su salud era demasiado penoso. Esteban había rehusado los cien francos. Una carta de Pluchart contestando a otra suya, acababa de llamarle a París, y de llevarle el dinero para el viaje. Aquella era la realización de sus sueños. La noche antes, al salir del hospital, había dormido en casa de la viuda Désir. Se levantó muy temprano, porque deseaba despedirse de sus compañeros antes de ir a tomar el tren que salía a las ocho de Marchiennes.
De cuando en cuando Esteban se detenía en el camino a respirar el aire puro de la primavera. No había vuelto a ver a nadie; solamente la viuda de Maheu estuvo un día en el hospital; sin duda luego no pudo volver. Pero sabía que toda la gente del barrio de los Doscientos Cuarenta trabajaba ahora en Juan-Bart.”
En les novel·les naturalistes de Zola, així com en algunes de Galdós (per ex. Mariano de La Desheredada)
i Pardo Bazán denoten la influència de la ciència experimental de Bernard, teoria de l’herència i la importància del medi ambient, de Taine, és a dir són presents el determinisme fisiològic, social, diguem-ne ambiental i hereditari, però a Espanya mai s’acullen amb la mateixa intensitat que Zola. A Espanya admeten la concepció de la novel·la com a tros de vida”, el protagonista col·lectiu, un llenguatge més ampli, la sòlida documentació que es converteix de vegades en minuciositat descriptiva, ampliació d’horitzons humans i noves tècniques.
REALISME I NATURALISME A ESPANYA
Podeu veure Amorós, Andrés: Introducción a la novela contemporànea. Ed. Cátedra.Madrid, 1981.
Etreros, Mercedes; Montesinos, M.Isabel i Romero, Leonardo: Estudios sobre la novela española del s. XIX CSIC, Madrid 1977.
Sorolla.
BENITO PÉREZ GALDÓS
(Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 – Madrid, España, 4 de enero de 1920)
Novel·lista, periodista, dramaturg, assagista i polític. Novelas españolas contemporáneas
Primeres novel·les lligades encara al romanticisme. Llegeix els realistes francesos i russos,
sobretot l’influeix Balzac, i Dickens. A més destaca en la seva obra la influència cervantina, de qui hereda
la ironia.
Es tracten de novel·les urbanes, que reflecteixen la realitat de diferents classes socials: sobretot la classe
mitjana madrilenya, la burgesia, el proletariat. És palès també l’anticlericalisme i el simbolisme en els noms
dels personatges que repeteix, com Balzac en La Comèdia Humana en diverses obres.
A Doña Perfecta, novel·la de tesis, en què els personatges són estereotipats, contraposa la visió tradicionalista, immovilista, religiosa enfront la moderna, progressista.
“De súbito se presentó el Sr. D. Cayetano Polentinos, hermano político de doña Perfecta, el cual entró con los brazos abiertos, gritando:
-Venga, venga acá, Sr. D. José de mi alma.
Y se abrazaron cordialmente. D. Cayetano y Pepe se conocían, porque el distinguido erudito y bibliófilo solía hacer excursiones a Madrid cuando se anunciaba almoneda de libros, procedentes de la testamentaría de algún buquinista. Era D. Cayetano alto y flaco, de edad mediana, si bien el continuo estudio o los padecimientos le habían desmejorado mucho; se expresaba con una corrección alambicada que le sentaba a las mil maravillas, y era cariñoso y amable, a veces con exageración.
Respecto de su vasto saber, ¿qué puede decirse sino que era un verdadero prodigio? En Madrid su nombre no se pronunciaba sin respeto, y si don Cayetano residiera en la capital, no se escapara sin pertenecer, a pesar de su modestia, a todas las academias existentes y por existir. Pero él gustaba del tranquilo aislamiento, y el lugar que en el alma de otros tiene la vanidad, teníalo en el suyo la pasión pura de los libros, el amor al estudio solitario y recogido sin otra ulterior mira y aliciente que los propios libros y el estudio mismo.
Había formado en Orbajosa una de las más ricas bibliotecas que en toda la redondez de España se encuentran, y dentro de ella pasaba largas horas del día y de la noche, compilando, clasificando, tomando apuntes y entresacando diversas suertes de noticias preciosísimas, o realizando quizás algún inaudito y jamás soñado trabajo, digno de tan gran cabeza.
Sus costumbres eran patriarcales; comía poco, bebía menos, y sus únicas calaveradas consistían en alguna merienda en los Alamillos en días muy sonados, y paseos diarios a un lugar llamado Mundogrande, donde a menudo eran desenterradas del fango de veinte siglos medallas romanas y pedazos de arquitrabe, extraños plintos de desconocida arquitectura y tal cual ánfora o cubicularia de inestimable precio.” Obra sencera
“A la siguiente mañana, no repitió Mariano sus exigencias de la noche de Navidad. Estaba de buen humor, alegre, saltón, inquieto y condescendiente. Gozosa también Isidora de verle sin las siniestras genialidades de la pasada noche, hízole mil caricias, le vistió, le arregló, púsole una elegante corbata, que ha días tenía para él, le peinó, sacándole raya, y cuando estuvo, a su parecer, bastante acicalado y compuesto, llevole delante del espejo para que se viera, y le dijo: «Ahora sí que estás hecho una persona decente». Él se miraba riendo, y decía una y otra vez… «Quia, quia; ese no soy yo».
Después salieron juntos a pasear por las calles. A cada paso, Mariano quería que le comprara cosas; y en verdad que si ella tuviera algo en su bolsillo, le tapara la boca más de una vez; pero nada tenía, y los dos se volvieron a casa cariacontecidos. Él se preguntaba que de qué servía tanta pomada en el cabello, tal lujo de corbata y camisa blanca, si entre los dos no tenían ni un ochavo partido. Por la tarde, Mariano salió solo, cuando su hermana no estaba en el cuarto, y volvió ya muy entrada la noche, todo sucio, desgarrado, la camisa rota y la corbata hecha jirones. Pintar la ira de Isidora al verle en tal facha, fuera imposible. Mariano confesó, con loable franqueza, que había estado jugando al toro con otros chicos en la plaza de las Salesas, con lo que redoblándose el enojo de la hermana, le dio un vapuleo de esos que duelen poco. Lo más extraño es que el muchacho, con ser tan bravío y rebelde, no se defendió de los azotes, ni hizo ademán de volver golpe por golpe, ni chistó siquiera… Por la noche ya habían hecho las paces; él prometía ser bueno, y fino y persona decente. Exigió que su hermana le llevara al teatro, ella lo prometió así; mas como no pudiese cumplir al siguiente día por la causa que fácilmente conocerá el lector, se enfureció el chico, pidió dinero, negóselo ella, hablaron más de la cuenta, y él puso término a la disputa con esta amenazadora frase:
«¡Dinero! Ya sé yo cómo se encuentra cuando no lo hay. Los chicos me lo han enseñado».
Isidora no hizo caso. El día de Inocentes salió un rato. Al volver, Mariano había revuelto todo el cajón alto de la cómoda.
«¿Qué haces? -preguntole su hermana, previniendo algún desastre.
-¿Aciértame que tengo aquí?» -le dijo Mariano mostrándole su puño cerrado.
Isidora trató de abrir el puño del muchacho; pero este apretaba tan fuertemente sus dedos, que los blandos y flojos de Isidora no pudieron moverlos ni un punto, ni separarlos. Con su fuerza varonil, Mariano hacía de su mano un arca de hierro.
«Abre la mano, ábrela.
-No quiero.
-¿Qué tienes ahí?… ¿Qué has cogido?».
Mariano se puso de un salto en la puerta, siempre con el puño cerrado. Riendo como un desvergonzado bruto, dijo a su hermana: «Abur, chica».
Al punto echó Isidora de menos sus diamantes de tornillo, que aunque falsos, valían cuatro duros. ¡Cuántas lágrimas derramó aquel día! Mariano estuvo una semana sin parecer por la casa de Relimpio.”
“En el populoso barrio de Chamberí, más cerca del Depósito de Aguas que de Cuatro Caminos, vivía, no ha muchos años, un hidalgo de buena estampa y nombre peregrino, no aposentado en casa solariega, pues por allí no las hubo nunca, sino en plebeyo cuarto de alquiler de los baratitos, con ruidoso vecindario de taberna, merendero, cabrería y estrecho patio interior de habitaciones numeradas. La primera vez que tuve conocimiento de tal personaje y pude observar su catadura militar de antiguo cuño, algo así como una reminiscencia pictórica de los tercios viejos de Flandes, dijéronme que se llamaba don Lope de Sosa, nombre que trasciende al polvo de los teatros ó á romance de los que traen los librillos de retórica; y, en efecto, nombrábanle así algunos amigos maleantes; pero él respondía por don Lope Garrido. Andando el tiempo, supe que la partida de bautismo rezaba don Juan López Garrido, resultando que aquel sonoro don Lope era composición del caballero, como un precioso afeite aplicado a embellecer la personalidad; y tan bien caía en su cara enjuta, de líneas firmes y nobles, tan buen acomodo hacía el nombre con la espigada tiesura del cuerpo, con la nariz de caballete, con su despejada frente y sus ojos vivísimos, con el mostacho entrecano y la perilla corta, tiesa y provocativa, que el sujeto no se podía llamar de otra manera. O había que matarle o decirle don Lope.”
Les novel·les dels anys 80 podem classificar-les més com a novel·les realistes psicològiques en aprofundir en la psicologia d’uns personatges pels que demostrar sentir simpatia i compassió. Ens recorda alguns personatges de la novel·la realista russa.
Roberto Augusto Míguez: Aspectos narrativos y literarios de las novelas de Galdós*
http://www.ucm.es/info/especulo/numero23/galdosna.html
Episodios nacionales
Col·lecció de quaranta-sis novel·les històriques escrites entre 1872 i 1912. Tots els títols
Bibliografia
Obres senceres a Wikisource
LEOPOLDO ALAS “CLARÍN”(Zamora, 25 de abril de 1852–Oviedo, 13 de junio de 1901)
Assagista, periodista i novel·lista, com Galdós. En aquest cas també parlem de les novel·les.
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Fragment: “La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las
nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte. En las calles no había más
ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de
arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose,
como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles.
Cual turbas de pilluelos, aquellas migajas de la basura, aquellas sobras de todo se juntaban
en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo sobresaltadas,
dispersándose, trepando unas por las paredes hasta los cristales temblorosos de los faroles,
otras hasta los carteles de papel mal pegado a las esquinas, y había pluma que llegaba a un
tercer piso, y arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un
escaparate, agarrada a un plomo.
Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido
y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de
la campana de coro, que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. —
La torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de
belleza muda y perenne, era obra del siglo diez y seis, aunque antes comenzada, de estilo
gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de prudencia y armonía que modificaba
las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no se fatigaba contemplando horas
y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja
se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas, como señoritas cursis que
aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta
sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde
allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones.”
Fragment i Text sencer a
Novel·les curtes i contes
Pipá, Doña Berta, Cuervo, Superchería,
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Joan Oleza: Realismo y naturalismo en la novela española.
http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/p193/12145075318926051543213/index.htm
Joan Oleza: Realismo y naturalismo: la novela como manifestación de la ideología burguesa
.http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/p193/91337953109793728500080/p0000001.htm#I_1_



- Pepita Jiménez (1874).
- Las ilusiones del doctor Faustino (1875).
- El comendador Mendoza, 1876.
- Doña Luz (1879).
- Pasarse de listo, (1878).
- Juanita la Larga (1895).
- Genio y figura (1897).
- Morsamor (1899).
- Elisa, “la Malagueña” (inacabada).
- Oleza, Joan. «Don Juan Valera: entre el diálogo filosófico y el cuento maravilloso», en C. Cuevas ed. Juan Valera. Creación y Crítica. Pubs. del Congreso de Literatura Española Contemporánea. Málaga. 1995, pp.111-146. [Consultada: 06/06/2006].
- Atehortúa Atehortúa, Arbey. La mentalidad clásica en la poética de Juan Valera. En Revista de Ciencias Humanas, n.º 22, 1999. Universidad Tecnológica de Pereira, http://www.utp.edu.co [Consultada: 14-10-2003].
- La novela debe reflejar la vida, pero de una manera idealizada y embellecida. Es realista porque rechaza los excesos de fantasía y sentimentalismo y porque escoge ambientes precisos, pero a la vez procura eliminar los aspectos penosos y crudos de la realidad. La diferencia con Galdós es evidente, ya que éste considera que la novela tiene que ser fiel reflejo de la realidad.
- La novela es arte, su fin es la creación de la belleza. De ahí que cuide tanto el estilo. Éste se caracteriza por su corrección, precisión, sencillez y armonía.
- Un viaje de novios (1881).
- La tribuna (1883).
- El Cisne de Vilamorta (1885)
- Los pazos de Ulloa (1886-1887).
- La madre naturaleza (1887).
- Insolación (historia amorosa) (1889).
- La prueba (1890).
- Doña Milagros (1894).

- Humiliats i ofesos (Униженные и оскорбленные, Unijènnie i oskorbliónnie) (1861)
- Crim i càstig (Преступление и наказание, Prestuplènie i nakazànie) (1866)
- El jugador (Игрок, Igrok) (1866)
- L’idiota (Идиот, Idiot ) (1868-1869)
- L’etern marit (Вечный Муж, Vetxni muj) (1870)
- Els dimonis (Dostoievski) (Бесы, Besi) (1871-1872)
- L’adolescent (Подросток, Podróstok) (1875)
- Els germans Karamàzov (Братья Карамазовы, Bràtia Karamàzovi) (1879-1880)
- Diari d’un escriptor (Дневник писателя, Dnevnik pisàtelia) (1873-1881)
«Los mendigos profesionales alquilaban, en los barrios pobres, niños escuálidos para llamar la atención de los transeúntes y si el niño moría durante el día, seguían exhibiéndolo hasta la noche para no perder el precio del alquiler. Dievuschkin no podía comprender cómo los pequeños eran víctimas de esta situación tan habitual en la sociedad rusa. En este fragmento se evidencia este cotidiano escenario… “Y temblando todo él, llegase corriendo a mí y mostrándome el papel, con vocecilla que tiritaba, me dijo: ‘Una limosnita, señor’… No hay que ponderar el caso, que es claro y corriente. Pero ¿qué iba yo a darle? Pues no le di nada. Y sin embargo, me inspiraba tanta compasión”». |
— De Fiódor Dostoyevski, Pobres gentes. |
http://es.wikipedia.org/wiki/Fi%C3%B3dor_Dostoyevski
- Guerra i pau (Война и мир [Vojna i mir]; 1865–1869)
- Anna Karènina (Анна Каренина [Anna Karenina]; 1875-77)
- La mort d’Ivan Ílitx (Смерть Ивана Ильича [Smert’ Ivana Iljiča]; novel·la, 1887)
- Sonata a Kreutzer (Крейцерова соната [Krejzerova sonata]; 1889)
- Resurrecció (Воскресение [Voskresenie]; 1899)
- La monumental Guerra y paz, que es una crónica épica de las campañas de Napoleón en Rusia a través de los avatares de dos familias nobles. Partiendo del episodio histórico, Tolstoi hace una radiografía social y moral de la Rusia de principios de siglo XIX, y expone en la novela toda una teoría sobre la concepción de la Historia.
- Ana Karenina narra una pasión amorosa que lleva a Ana, la protagonista, al adulterio y al suicidio. Junto al fino análisis psicológico destaca la crítica a la rigidez de las convenciones sociales.