LA TERTÚLIA DEL QUART PIS

Tengo un amigo que no sé qué hacer con él. Se llama Marc, es de piel bastante moreno, aunque no le guste nada la playa, este verano se ha puesto bastante moreno. Es más alto que yo, pero reconozco que no hace falta ser muy alto para superar mi altura. Tiene unos ojos medio marrones medio verdes, son preciosos, que envidia le tengo. Es muy buena persona, me atrevo a decir que una de las mejores personas de las que he conocido en mis 16 años. Tiene la personalidad mas extraña y divertida que conozco, no se como se lo monta que cada vez que nos vemos una tarde a la hora de irme me voy con un dolor de barriga de reírme impresionante, es el mejor.

Solo hace seis meses que nos conocemos, la verdad se que no es mucho tiempo a su lado pero inexplicablemente ha hecho que en estos momentos este yo delante de un ordenador escribiendo de él, cosa que no hago ni para mis amigas, siempre le digo que para mi no es uno más y que lo quiero mucho, él no me cree y dice que me quiere más y empiezan las peleas tontas. Nos queremos tanto que nos enfadamos por pequeñas cosas y no nos damos cuenta de que perdemos el tiempo peleándonos y dejándonos de hablar en vez de aprovecharlo para vernos un rato y reír.

Nuestra amistad es un sin vivir agradable y molesto a la vez, su forma de hablar, de ver las cosas, de afrontar los problemas es diferente al resto. No me he acostumbrado mucho a nuestra típica y graciosa rutina. Os explicare en que consiste: trata de estar unos días muy bien, quedar, reírnos, hablarnos a todas horas, ir a sitios juntos, hacernos bromas y otras muchas cosas más y en un momento determinado enfadarnos por cualquier tontería, como he comentado antes. Vais a pensar, que amistad tan rara tienen estos dos, si te soy sincera un poco si, pero como dice el refrán Cada loco con su tema.

Para sacar algo en concreto, cada amistad es un mundo diferente, pienso que sin peleas y reconciliaciones de amigos es un poco aburrida. Siempre va bien tener amigos distintos.

Te quiero Marc

Emma.