Raíces
| 20 juny 2011El otro dia caminando por el huerto, de noche y con Luna creciente, tropecé y fui a agarrarme a un pequeño peral que tenia delante, a un metro más o menos. ¿Qué mayor poder necesito de un árbol que el que esté en el sitio justo cuando yo lo necesito para no caer? -me pregunté-. Segui andando dos o tres pasos y algo me detuvo. Volví atrás y mire donde había tropezado. No había tierra movida. Casi con miedo, he cambiado la pregunta que me hice: “¿Qué mayor poder necesito de un árbol que el que me haga tropezar sacando una raiz de bajo tierra y escondiéndola de nuevo para que me agarre a él y, después de haberme hecho una pregunta estúpida y él haberme leído el pensamiento, me haga volver sobre mis pasos y me haga entender?
The secret life of plants.
Celia