¡Dejarme tranquila ya!
| 21 maig 2011Me dirijo hacia un grupo de chicas que hablan animadamente. Las saludo y me siento con ellas.
-
Nosotras vamos a comprar 2 botellas de ésto, y después las mezclaremos con ésto otro…
-
¡Buah tías, tengo unas ganas de fiesta! ¡Me voy a pillar un pedo que no voy a poder ni caminar!
- ¡Yo igual! Pero hay que comprar lo suficiente para que “suba”…
Sigo la conversación en silencio. Todas están impacientes porque llegue “la gran noche de las borracheras”. De pronto, todas se giran hacia mí:
-
Y tú, Arantxa… ¿Vas a beber?
- No, lo siento. Quiero mucho a mis neuronas y a mi hígado como para destrozarlos de esa manera.
Les sonrío. Me miran. Les sigo sonriendo. Me siguen mirando. No se dan cuenta de que hablo en serio.
- No es broma.
Entonces me observan como si fuera un extraterrestre o se me fuera ido la olla. Piensan que soy una aburrida, una sosa. Y me dicen que no sé disfrutar de la adolescencia. Les pregunto por qué tienen la necesidad de beber alcohol siempre. Cruzan sus miradas y se callan. Ni siquiera ellas saben la respuesta. O sí, pero es tan extremadamente estúpida que no se atreven a decirla en voz alta. Y mi interrogatorio continúa: ¿de verdad tenéis que emborracharos para pasároslo bien? Una de ellas me contesta indignada: ¡Claro que no! ¡Nosotras nos lo pasamos bien igual! Contraataco: entonces, ¿por qué antes has dicho que había que comprar lo suficiente como para que “subiera”? ¿Si tan bien os lo sabéis pasar sin él, que más da beber un poco y estar normal, a beber mucho y estar “en el punto”? Mi sonrisa no podría ser más grande. Saben que tengo razón y eso les crispa por dentro. Decido dejarlas disfrutar de su derrota y me voy de allí.
Conclusión: la gente bebe por beber. Y lo que es más absurdo: hay personas que beben porque las demás lo hacen. Se ve que eso de emborracharse se ha vuelto una moda. ¿Y yo? ¿Qué debo hacer? ¿Beber porque lo hace todo el mundo? ¿Emborracharme hasta perder la conciencia para que no me miren como si fuera una fracasada? ¡Yo digo no! ¡Basta ya de tonterías! Si queréis beber, adelante, pero no me hagáis sentir como si fuera una desgraciada sólo por no seguiros como un perrito faldero. Desistir ya de intentar cambiarme, porque no lo vais a conseguir.
Arantxa