Sus estrellas
sandravivern | 26 maig 2017Ella siempre miraba las estrellas antes de meterse en su cama; todas las noches, sin fallar ni una. Era una rutina imprescindible, necesaria e imposible de olvidar. Llevaba, desde que mantenía consciencia, haciéndolo y nunca dio un motivo por el cual lo hiciera, ni siquiera cuando creció. Nunca explicó el motivo por el cual se pasara horas de sueño infantil contemplando aquellas brillantes bolas en el cielo, que tanto le asombraban. Ni siquiera respondió un infantil y típico “porque me gusta”.
Lo que sólo su madre conocía, porque la escuchaba a través de las finas paredes, era que cada día repetía el mismo deseo, aquél que jamás contaba por miedo a que ese hecho rompiera su promesa con las brillantes del cielo. Muchos días, llegó a encontrarla fuera de la cama, casi colgando por la ventana intentando alcanzarlas. Pero por mucho que insistió a la niña, para que le confesara su deseo prohibido, esta siempre se negó, alegando que si un deseo se cuenta antes de que se cumpla no se realizará.
La noche de su doceavo cumpleaños, una vez más, se sentó al borde de su ventana, con las piernas colgando y balanceándose. Juntó sus pequeñas manos sobre su regazo y miró a la estrella más brillante, de la más brillante constelación. Cogió aire, llenándose de valor y pidió, por la que sería su última vez:
-Por favor, estrellas, por favor… devolvedme a mi papá.