Antiguas e inolvidables sonrisas
| 5 juny 2012Hola, sentimiento de impotencia. Hola, sentimiento de tristeza. Quizás un poco exagerado para algunas personas por lo que en realidad es. Puede ser, pero al menos para mí dejar ir a esa persona de mi lado supone menos alegría, menos sonrisas, menos enfados que siempre acaban con un gran abrazo.
La gran causante de este delirio es mi amiga Marina. Se va. No para siempre, pero sí por casi siempre. Después de dejar el instituto, ella viajará lejos, muy lejos, a la gran ciudad llamada Barcelona. Allí hay muchas personas, quizás mejores que yo, personas que la hagan reír más, que le hagan olvidar todas esas alegrías que tengo yo guardadas.
“no la dejaré marchar nunca, ni olvidaré esas grandes sonrisas, y la seguiré queriendo de la misma manera que cuando estaba junto a mí” |
Al principio de vivir allí nos vendrá a ver, supongo que aún no le dará tiempo a conocer a otras personas, pero poco a poco irán aumentando los exámenes, las salidas por esa gran y desconocida ciudad sin mí, olvidándose de las grandes alegrías y momentos que habremos vivido anteriormente, y paralelamente mi tristeza irá creciendo a grandes pasos.
Con este pequeño escrito quiero decirle a mi gran amiga que no la dejaré marchar nunca, ni olvidaré esas grandes sonrisas, y aunque estemos separadas de por vida por miles de quilómetros la seguiré queriendo de la misma manera que cuando estaba junto a mi.
Anna