LA TERTÚLIA DEL QUART PIS

La Marihuana, como muchos sabréis, es una una planta. Sus hojas se extraen y se fuman como tabaco. Como muchas drogas, es ilegal, y el hecho de consumirla puede producir trastornos mentales y físicos. Hace aproximadamente un mes, una de mis amigas fumó Marihuana y estuvo al borde de la muerte.

Era un viernes normal y quedamos con varias amigas para dar una vuelta. Nos quedamos a cenar en un bar y cuando acabamos, dos de ellas decidieron fumar María. Yo ya había dicho que no me gustaba mucho la idea y que no me parecía bien que fumaran en medio de la calle, pero ellas insistieron, yo estaba muy nerviosa por si alguien las pillaba.

“No puedo respirar…” esas fueron las últimas palabras que dijo antes de echarse al suelo. Gesticulaba mucho, diciendo que no podía respirar, que le costaba y que sentía un fuerte dolor en el pecho, luego, se estiró en el suelo y perdió el conocimiento. Yo estaba muy asustada, incluso derramé alguna lágrima. Finalmente, la madre de una de las chicas llamó y vino a ayudarnos. Por suerte, ella ya empezaba a encontrarse mejor.

Esta experiencia me ha hecho reflexionar sobre lo malo que es drogarse y todo lo que puede pasarte si lo haces. Sin duda, tenemos que ir con cuidado con esos temas. Solo se vive una vez y hay que disfrutar al máximo, pues nunca sabes cuando puede llegarte la hora.

Sandra

El otro día en Facebook encontré una página titulada “Lucha contra la Anorexia y la Bulimia”. Da la casualidad de que me estoy leyendo un libro que me dejó una amiga que trata más o menos de lo mismo. Me entró curiosidad y empecé a mirar.

Nada más entrar en la página aparecía una foto de una persona cualquiera mirándose a un espejo, ésta estaba delgada y ella misma se veía gorda. Después de esta foto había una larga fila de comentarios de todo tipo; de gente cercana a personas anoréxicas o bulímicas o incluso las supuestas afectadas también escribían allí.

En mi opinión, creo que puede haber muchas causas para poder llegar hasta este punto. Las que más conocemos o acostumbramos a oír son las críticas que los demás hacen sobre nosotros, pero también creo que la mayoría de estas enfermedades vienen dadas por problemas del pasado, aunque también destaque la baja autoestima, las diferentes presiones de la sociedad y los problemas con la familia. Por ejemplo, una persona con tendencias a patologías alimentarias que tiene una ruptura amorosa llorará, pataleará y en consecuencia dejará de comer o simplemente comerá por atracones y luego vomitará. Por lo que he escuchado, podríamos relacionar esta enfermedad como un iceberg, sólo ves la punta (llantos, aislamiento, bajo peso…), pero detrás hay mucho más y ahí es donde está el problema. ¿Cómo puede ser que una persona que pesa apenas 40kg o incluso menos, tenga la sensación de que no pasa por la puerta? Todo el mundo tiene cierta distorsión corporal, pero hasta un punto…

Lo que más molesta, es que la mayoría de adolescentes se comparan con estereotipos de modelos que no son reales (yo la primera), estereotipos que tienen las caderas más delgadas que la cabeza. Por ejemplo en las agencias y en los desfiles, o lo que nosotros mismos podemos ver por la tele perfectamente, la moda. Ésta está LLENA de chicas que miden 1.80 y usan una 34, tienen un IMC de cuánto? de 15? Pues sí, porque eso es lo que pedían por ejemplo en Cibeles. Después de buscar algo más por internet sobre este tema para poder hablarlo aquí, he leído que en una ocasión, la modelo Filippa Hamilton fue despedida de la campaña de jeans Blue Label porque le decían que tenía sobrepeso y que no cabía en sus prendas (modelo de 23 años que mide 1,77 metros y pesa cerca de 55kg). Así lo único que hacemos es fomentar la anorexia, qué triste.

Después de esto, cada uno se tendría que hacer sus propias reflexiones y conformarnos con lo que somos. No envidiar a nadie o querer ser como otra persona sólo por el hecho de que sea más guapo o tenga mejor cuerpo que nosotros. Cada uno es como es. Que no nos gustamos, hay otros métodos para cambiar, pero si no nos queremos a nosotros mismos, quien nos va a querer?

Jade

La meva avia tenia parkinson, des dels seixanta anys que li van detectar fins l’estiu passat. Quan vaig nèixer ja en tenia, i bastant avançat; és a dir que no podía ni parlar ni escriure ni caminar per ella sola, era el meu avi el que desde sempre havia cuidat d’ella. Mai he mantingut una conversació am la meva àvia, no perquè no vulgués sinó perquè sempre que ho intentava, ella simplement no em podía respondre. Era una sensació d’impotència tan gran que sortia de casa els meus avis deprimida, veure-la allà sentada sense moure’s d’aquella cadira blanca enmig del menjador i que les necesitats bàsiques per sobreviure els hi fes una altre persona, simplement em posava de mal humor, i a vegades penso:
-perquè va tenir que ser la meva àvia la que tingués parkinson ?.

Sempre anàvem d’ hospital en hospital perquè amb un simple refredat ja podia convertir-se en greu … fins l’estiu passat , que va agafar una infecció a la vesícula, és una operació fàcil i amb pocs riscs de mort, però la meva àvia tenia parkinson i els metges van dir que no es podia fer res, que la deixarien ingressada fins que arribes el dia… jo no m’ho podia creure, què injust, sempre recordaré quan el meu va entrar a la meva habitació per dir-me que s’havia mort, primer no m’ho vaig creure però després ho vaig anar assimilant fins que un dia, em parlaven d’ella i vaig deixar de plorar .

El que ho va passar pitjor va ser el meu avi, des de sempre amb ella pel bo i el dolent i de sobte ja no la tenia. Jo admirava el meu avi, era un home fort, valent i amb un carácter una mica especial, és a dir, es barallava amb totom, però sempre amb el seu sentit de l’humor, que ens feia riure a tots, era per mi el millor home del món!
Quan la meva àvia va caure malalta, el meu avi va estar amb ella sempre, a ell semblava que li agradés estar per ella tot el dia, alguna gent no ho entenia, però jo si, va ser el millor marit del món.

S’acababa de morir la meva àvia i el meu avi estava destrossat, nosaltres per animar-lo, li vam regalar un viatge a Càdiz amb la inserso, quan va tornar, ens va dir que no es trobaba bé. En portar-lo a l’hospital li van detectar càncer al fetge. S’acabava de morir la meva àvia i al cap de dos mesos es va morir el meu avi , el meu ídol , el vaig perdre .

Recordo que estava sentada a una cadira de fora , la mateixa de fa dos mesos , una enfermera em va venir a veure i em va dir que molt sovint passa , que cuan una parella s’estima tant l’un a l’altre i un dels dos mor , l’altre , de tanta pena es mor al cap de poc . És veritat allò que diuen que el temps ho cura tot , els trobo a faltar un munt , però sempre els recordaré amb molt d’apreci i amor.

Paula

No hay mejor sitio que la casa de la abuela para realizar mi primera redacción de este nuevo curso escolar. Aquí estoy, a su lado, sentados en el sofá, respirando el aire fresco de otoño que entra por el ventanal del balcón, escuchando el silencio y sintiendo la calma que domina en el comedor.

Desgraciadamente, ella no se percata de que mi escrito trata principalmente de ella, ni mi madre, sentada a un par de metros de mí. Vigilo sus movimientos atentamente para que no vea estas frases. Mientras a ella misma le cuento mis recientes problemas en el tema del fútbol con cierta preocupación. Entonces interrumpe mi abuela en la conversación entre mi madre y yo, cogiéndome del brazo, con su acento manchego que sigue conservando: “¡Arrea!… Deja el mundo correr.” Este es uno de los mejores consejos que me han dado nunca.

Naturalmente es un simple consejo, pero realmente a mi me ha hecho gracia, me ha hecho sonreír hoy, ya que las cosas que dice no tienen sentido, casi nunca. ¡Jodido Alzheimer eh! Cuantos hijos y nietos estarán en este mismo caso o parecido… Ojalá pudiera disfrutar de un verano con ella en su humilde y querido pueblo de gañanes que tanto ama, al igual que yo lo camelo. Es algo que uno desea sabiendo que es imposible. Si hay algo a lo que temo es la vejez. Si tuviera por un momento el tiempo en mis manos..

Si algo les tuviera que decir a las personas que están en una situación parecida a la mía, que no sufran ahora, que ya tendrán tiempo de hacerlo.

Saúl Lara López de Mota

S’emportà a la persona més riallera i extravertida que mai havia conegut, després d’haver lluitat durant eterns mesos de patiment entre la vida i la mort.

El vaig arribar a veure l’estiu passat, estava força recuperat, els metges li van dir que se n’havia sortit, encara en el seu rostre podies veure tot el que havia patit i en els seus ulls una esperança plena de vida. Mai oblidaré quan ell i la seva dona, dins el cotxe, ens deien adéu, marxaven somrients cap a casa seva, Madrid, feliços per haver guanyat la primera batalla. Després d’aquell dia jo estava molt contenta, ja que l’havia vist somrient com sempre, com era ell, potser una mica dèbil físicament però amb l’ànima plena de força. Jo era conscient que no el tornaria a veure fins a l’hivern, amb sort.

Un dels dies més durs de la meva vida va ser quan una cosina de la meva mare, que viu a Madrid, va trucar a casa. Alguna cosa no anava bé, la meva mare de seguida es va posar en contacte amb els familiars de Madrid. Tot va ser molt ràpid, i em va costar assimilar-ho, de fet, no volia fer-ho.

Havia empitjorat, molt. Era hivern, només feia tres mesos quan vaig tenir el plaer de veure’l, d’abraçar-lo. Però ara el pronòstic dels metges era que amb sort arribaria a l’any nou i poc més… com pot ser? Com pot ser la vida tan cruel? Va ser molt dur, no sabia a qui demanar les explicacions, eren massa preguntes sense resposta.

No em van deixar anar a veure’l a l’hospital, em van dir que estava molt malament i que quedaria afectada, que no em tocava. Els meus tiets i la meva mare hi van anar, el més aviat possible, ja que era qüestió de dies que el seu cos aguantés.

Em van dir que seguia fent les bromes típiques d’ell, que del cap seguia sent el de sempre, això em va agradar, fins i tot, es sorprenia amb les visites que estava tenint últimament, no era realment conscient de que s’estava morint, ningú li va dir que el càncer estava podent amb ell.

Va aguantar més del que els metges tenien previst, va ser fort, valent, es pot dir que no es va rendir fins al final.

I ara, cada cop que el recordo, em cauen llàgrimes, sí, però sempre van acompanyades d’un somriure com els que ell em regalava.

Laura

Voldria parlar d’un tema molt conegut entre nosaltres els joves, adults i avis. Es una planta que es acceptada per una petita part de la població i rebutjada per la majoria. Us estic parlant del cànnabis o mes conegut com la marihuana.

Molts parlen d’una droga com qualsevol altra i que no pot ser legal perquè els seus efectes son dolents, el que no pensen és que el tabac també es una droga i a més es legal, juntament amb l’alcohol, la màquina escurabutxaques i si més no el cafè. L’altre dia parlant amb un noi del meu veïnat m’explicava que era més addicte al cafè que al cànnabis, i que ara procurava beure’s un cafè al dia i si era amb llet millor.

Pel que jo penso la solució no estaria en legalitzar el cànnabis ja que com totes les drogues afecten i de forma dolenta, sinó que la despenalitzessin perquè les persones que volguessin consumir per decisió pròpia pugessin fer-ho ja que seria la seva decisió.

Gerard

Tothom ha sentit a parlar de l’Alzheimer algun cop. Sabem que és una malaltia degenerativa caracteritzada per la pèrdua de memòria, sabem que, normalment, es diagnostica a persones més grans dels 65 anys, també sabem que, ara per ara, és incurable.

Però, en el meu cas, quan has vist els seus efectes amb els teus ulls, quan has plorat per culpa seva i, finalment, s’ha endut una persona que estimes, l’Alzheimer no és tan sols una malaltia, és molt més que uns simples problemes de cap.

L’Alzheimer va emportar-se la meva àvia fa tres anys. És dur, molt dur. No només fa mal el fet que no et reconegui, és també la seva veu que et sona estranya i dèbil, com el seu cos, que ha perdut totes les facultats, que ja no es pot valer per si mateix. És difícil veure com va retrocedint fins a semblar-se a un nadó que encara no ha après res.

Sents pena, dolor i les ganes de plorar son inacabables. Però, sobretot, sents una barreja contradictòria de culpabilitat i impotència. No pots fer-hi res, ho saps, l’Alzheimer avança lenta i dolorosament emportant-se els seus records.

Simplement es tracta de tirar endavant. Quan perds algú intentes recordar-lo amb un somriure i no amb un plor, penses com et deia t’estimo i amagues aquella angoixa que no et deixava dormir.

Cal dir que és una manera horrorosa de passar la vellesa, és, des del meu punt de vista, la manera més dura de viure els teus últims dies. Jo no temo la mort però sí que tinc por de morir sense recordar.

Ana

Durant la primera meitat de la meva vida he viscut amb la meva àvia, i per suposat amb els meus pares i la meva germana. Vivíem tots en una casa de Premià de mar. Tots ja sabem com són les àvies amb els seus nets, els consenten dia a dia, i la meva no té perquè ser l’excepció. Me’n recordo que cada vegada que anàvem a donar una volta pel poble, sense els meus pares, sempre tornava amb alguna joguina, em comprava un gelat o qualsevol detall que sabia que m’agradava. Algunes vegades m’ajudava a fer els deures de mates, en sabia molt, i jo penso que ella també s’ho passava bé. També m’havia ensenyat a jugar a cartes i als escacs, quina paciència tenia, pobra dona, perquè a mi quan no em surt una cosa… I així passàvem moltes tardes.

Això va durar fins que tenia sis anys, que per alguns motius, ens vam haver de canviar de casa i ella se’n va anar a viure a un poble de l’interior i jo a Vilassar de Dalt. Anàvem a veure-la un cop a la setmana però evidentment la trobava a faltar.

La meva àvia ha anat empitjorant a mida que ha anat passant el temps. Però ara farà un any li van diagnosticar alzheimer. Aquesta idea em va terroritzar, pensava que arribaria un dia que no em coneixeria, a mi, que havíem estat sempre juntes. I ara, abans que arribés l’estiu, com si no en tinguéssim prou, va caure d’una manera molt forta, potser per culpa de la malaltia, i els metges deien que no hi havia res a fer. Aquell dia quan la vam anar a veure ens van advertir que no parlava ni coneixia a ningú, però en el moment que vam entrar, la meva germana i jo, va dir el nostre nom. Va ser un moment que no oblidaré mai. I encara que m’havien dit que no sobreviuria jo tenia una mínima esperança. Va passar una setmana i com jo pensava, molt lentament, es va anar recuperant. Ara no està del tot bé i té alts i baixos, però cada vegada que la vaig a veure i està contenta, me’n vaig de casa seva més tranquil·la.

Jennifer

Els humans acostumem a mirar la part externa d’una persona, es a dir, només ens fixem en el que els postres ulls veuen, i no ens posem a pensar en el seu interior.

Les persones que pateixen el síndrome de Down, són persones que necessiten gent que els estimin i que els tractin com si no tinguessin cap malaltia

No tothom tracta igual aquestes persones, hi ha gent que pel fet de tenir un exterior diferent ja els tracta com si fossin diferents de tothom. Tenir el síndrome de Down no és una discapacitat, sinó una manera diferent de viure la vida. Són persones humanes, i per tant, tenen els mateixos drets que qualsevol altra. Cada vegada hi ha més gent amb síndrome de Down que troben una feina, vull dir que tenen un futur esperançador.

M’agradaria que les persones se les estimessin tal com són, i que els donéssim una oportunitat per demostrar que són com nosaltres, persones que lluiten per el seu futur, i que cada dia s’enfronten a la vida sense tindre por del que poden pensar les altres persones.

Laura Masiques

Hoy quiero explicar una experiencia que tuve el viernes pasado.

Un hombre de cierta edad llegó muy temprano a la clínica donde trabaja mi cuñada, para hacerse curar una herida leve, se le notaba que tenía prisa, porque no paraba de preguntar cuánto quedaba para terminar, se le veía un hombre simpático y por curiosidad le pregunté cual era el motivo por el que tenía tanta prisa.

Me dijo que tenía que ir a una residencia para desayunar con su mujer como todos los días y que vivía allí. Me contó que llevaba ya tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.

Terminando la cura de la herida, le pregunté de nuevo si ella se inquietaría al ver que su marido llegaba tarde.

-No, me dijo, ella ya no sabe quién soy, hace ya casi cuatro años que no me reconoce.

Entonces le pregunté extrañado.

-Y si ya no sabe quién es usted ¿Por qué tiene la necesidad de estar con ella todas las mañanas?

Me sonrió y dándome la mano me dijo:

Ella no sabe quién soy yo, pero yo si sé muy bien quién es ella..

Personalmente pienso que aparte de una conversación agradable me dio una lección de vida muy importante.

Jesús Solís