LA TERTÚLIA DEL QUART PIS

El dia abans del Pare Noel, estava amb una amiga a un centre comercial de Barcelona, tot just davant de la tenda de jugets. Allà hi havia un nen petit mirant l’aparador. Tant la meva amiga com jo ens vam mirar i em va dir: no t’agradaria tornar a tenir la il·lusió que ara té aquest nen pel Nadal? Em vaig quedar sobtada. Després d’uns segons li vaig respondre que per suposat, que m’agradaria moltíssim poder tornar a tenir la il·lusió que tenen els nens petits quan s’apropa Nadal i sobretot quan és el dia de Reis Mags o del Pare Noel.

Quan vaig arribar a casa per la nit, m’hi vaig quedar pensant. En el nen, en la pregunta i en las ganes que jo tenia de tornar a sentir el mateix quan s’apropava Nadal. La pena és que no ho vaig poder sentir, i ara passat Nadal, el Pare Noel i els Reis, us puc confirmar que no tampoc he sentit res.

A qui no li agradaria ser petit un altre cop? I només saber dels reis i del Pare Noel que poden fabricar els regals que vulguin i que només amb una nit els poden repartir per tot el món? És una pregunta llarga, ho sé, però a mi si m’agradaria tornar a creure en el Nadal i no només voler que arribi per no tenir escola i que ens portin regals.

Pot semblar un escrit força tonto quan me’l llegeixo però, perdoneu-me, algú ho havia de dir.

Bon any 2012!

Marta

Me gustaría hablaros de mi abuelo Miguel, que falleció hace ya dos años.

Él era un hombre de pueblo, que siempre llevaba su boina, su chaleco de cuadros, su camisa remetida por dentro de los pantalones y sus zapatillas, que solo podían ser marrones o negras. En sus edades mozas (como él diría) era un chico atractivo, que consiguió conquistar a mi abuela, que también era muy bonita.

Siempre tenía algún chiste o alguna anécdota que explicarnos. Sus maravillosas anécdotas…Esas que aunque pasaron hace años aún las recordaba. ¡Eran únicas! Igual que lo cruasanes que nos traía…Cada domingo, a mis padres y a mis tíos nos traía cruasanes para desayunar; yo me levantaba muy pronto e iba a la puerta para recoger la bolsa, él pasadas las once venia a casa para asegurarse de que las habíamos recogido, era como cada domingo.
Cada año lo vamos a visitar todos los días que podemos. El próximo martes es 1 de noviembre, el día de Todos los Santos, así que le llevaré nuestras flores preferidas, las rosas blancas.

Echo de menos tus anécdotas, tus cruasanes, nuestras caminatas por la montaña…te echo de menos . Bien sabes que no te olvidaremos nunca. ¡ Te quiero yayo!

Marta

Cuando llega la mañana de resaca uno suele dormir hasta el mediodía o, en el caso de algún salvaje, hasta las cinco o las seis de la tarde. Naturalmente este no es mi caso, si son más de las diez no puedo seguir metido entre las sábanas por muy tarde que me haya acostado.

Aprovecho la mañana para salir a pasear con mi madre para estirar un poco las piernas, las tengo hechas polvo. La verdad es que el partido de ayer en el fútbol fue muy duro, hasta le partí los morros a un mozo y le tuvieron que poner puntos, pero sin querer, está claro!

Esta vez quiero hablar del pueblo de mis padres, algo que echo mucho de menos. Los paseos por los campos llanos de “La Mancha” recorriendo los caminos de tierra entre las muchas hectáreas de viñas con la uva madura y hermosa, el olor del aire fresco, el solecito que uno se merece, la hierba y los bichos crecer, los chapuzones en la alberca de día y de noche, la familia, el clima seco, las tapitas de los mediodías, las cogorzas de vino por las tardes en la plaza de toros: en las corridas o en las vaquillas, los botellones de los viernes en “el Carmen”, entre otras cosas.

Pienso que quizás ese sea mi lugar, donde desconecto del mundo, donde no necesito ni siquiera amigos, sino la familia.

Saúl Lara

En aquests últims anys, el meu pare i jo ens hem distanciat bastant. Quan era més petita passàvem el dia junts. Anant a córrer, en bici, a la platja, a la muntanya, al cinema, jugant a bàsquet… Ens despertàvem ràpid i ens escapàvem junts on fos, i la veritat és que no sé com ens ho fèiem, però cada dia era nou, fèiem coses diferents, fèiem tonteries i no teníem vergonya, ni pensàvem el que la gent pensaria de nosaltres, no importava gens la opinió dels demés, quan estava amb el meu pare m’oblidava de tot. Aquells temps van ser genials.

El meu pare sempre ha tingut una gran passió per la muntanya. Cada cap de setmana ens hi anàvem i ens hi quedàvem a dormir. Hem fet moltíssims recorreguts junts, he anat a un munt de muntanyes diferents, gairebé ni me’n recordo dels noms.

M’agradava estar amb ell, però de mica en mica ens vam anar distanciant. Anava creixent i no volia fer totes les coses amb el meu pare, volia una mica d’espai, volia estar amb els amics i sortir. Mon pare tenia el pressentiment de que em perdia, ma mare li deia que no passava res, que els nens es fan grans, és llei de vida, vulguis o no. Però el meu pare no volia deixar tot allò enrere, ell volia continuar fent totes les coses que fèiem junts, però no va ser així.

Tot això jo no ho entenia fins fa poc, ma mare m’ho va dir. I vaig entendre per què es comportava així, perquè ja no li prestava tanta atenció i no fèiem gaires coses junts, teníem discussions contínuament, i la veritat es que en seguim tenint. Ma mare diu que ens discutim per tot perquè som completament iguals, tenim el mateix caràcter i per això xoquem contínuament. Ara ja sóc més gran, i entenc el meu pare, sé per què estava com trist, era perquè no fèiem el mateix que abans, sincerament si fos ell també em provocaria la mateixa sensació.

La veritat és que trobo a faltar aquells temps on no importava l’hora que fos ni el lloc que fos si estava junt amb ell, era més que perfecte. Que sàpigues que t’estimo moltíssim, encara que no t’ho digui sovint.

Paula

Le he estado dando muchas vueltas a esto, la verdad.

No sabía si escribirte a ti o hacer el simple comentario en donde escribes las típicas batallitas de una tarde.

Pero creo que si te escribo esto a ti, es porque realmente te echo de menos, y porque creo que vale la pena dedicarte estas palabras.

La verdad es que se me hace difícil, bastante difícil, tener que escribir estas líneas pensando en todo lo que hemos llegado a compartir. ¿Te acuerdas, no?.
Sí, supongo que sí, esos momentos no se olvidan así porque así.

Tardes en las que nos las pasábamos riendo hasta el punto en que teníamos que parar a respirar porque sentíamos que nos íbamos a ahogar de lo grandes que podrían llegar a ser las carcajadas. Esos viajes en coche que tardaban horas y horas, que parecían ser eternos. Nuestras noches de fiesta, que bailábamos hasta que nos dolían los pies y ya no podíamos más. Y así infinitos momentos más.

Creo que tú y yo encontramos un hilo, un hilo transparente que nos unió sin apenas darnos cuenta. Nos pasábamos los días juntas, apoyándonos la una a la otra, supongo como hacen todas las buenas amigas. Pero tu no eras una simple amiga, a ti te consideraba como alguien más importante, eras como mi hermana, aquella hermana a la que le cuentas todo, que confías absolutamente en ella, que sabes que estará ahí, en lo bueno y en lo malo, que no te fallará en nada…

Como ya he dicho antes te escribo todo esto para que sepas que no se me ha borrado ningún momento, y que ojalá algún día se puedan llegar a repetir.
Ya sabes que te echo de menos, echo de menos a esa hermana que antes sentía que estaba a mi lado día tras día, simplemente te echo de menos Jade.

No se qué nos pasó, en esos momentos era absolutamente impensable que nos fuéramos a separar o a dejarnos de ver tanto, pero a veces las cosas pasan y no somos capaces de encontrar su porqué.

Desde la llegada al instituto hablamos y compartimos más cosas que meses atrás, pero las dos sabemos que no llega a ser del todo igual.
A lo mejor se nos perdió aquel hilo que nos unía, si es así, prometo encontrarlo.

Patricia W.

Lo primero que pensé cuando se marchó fue: “Se acaba de ir y ya la echo de menos…”

Es complicado escribir en un trozo de papel en blanco todo lo que vivimos juntas, simplemente porque hay tantas cosas que me gustaría explicar de ella que no sé ni por dónde empezar. Aunque creo que tengo el momento perfecto: todo empezó cuando llegó.

El primer día de curso me dijeron que había una alumna nueva en clase, lo que me sorprendió fue cuando me dijeron que era americana y que apenas hablaba español.

¿JP? Un nombre muy extraño, ¿no? Es lo que pensé cuando me dijo como se llamaba. Pero ahora que lo pienso, ¡me parece de lo más normal!

Aprendió muy rápido el castellano y así pudimos conocernos mucho mejor.

Especial, sí, así es como la describiría con una sola palabra. Con ella he pasado muchos momentos increíbles, nos hemos reído pero en algunas ocasiones también hemos llorado.

Aunque yo me quedo con los mejores recuerdos, los momentos que hemos pasado juntas, nuestras canciones, nuestros abrazos…

Diecinueve de junio, nunca olvidaré esa fecha, el día en que me despedí de ella. No quería que se fuera, simplemente no me lo quería creer. Después de un curso aquí no podía pensar que ya había llegado ese momento. No quería llorar, quería que me recordara con una sonrisa. Pero no pude contener las lágrimas cuando me dio un fuerte abrazo, sentí un vacío en mi pecho y en ese momento se paró el tiempo. Me dijo algo al oído y me sonrió.
Paula

Durant la primera meitat de la meva vida he viscut amb la meva àvia, i per suposat amb els meus pares i la meva germana. Vivíem tots en una casa de Premià de mar. Tots ja sabem com són les àvies amb els seus nets, els consenten dia a dia, i la meva no té perquè ser l’excepció. Me’n recordo que cada vegada que anàvem a donar una volta pel poble, sense els meus pares, sempre tornava amb alguna joguina, em comprava un gelat o qualsevol detall que sabia que m’agradava. Algunes vegades m’ajudava a fer els deures de mates, en sabia molt, i jo penso que ella també s’ho passava bé. També m’havia ensenyat a jugar a cartes i als escacs, quina paciència tenia, pobra dona, perquè a mi quan no em surt una cosa… I així passàvem moltes tardes.

Això va durar fins que tenia sis anys, que per alguns motius, ens vam haver de canviar de casa i ella se’n va anar a viure a un poble de l’interior i jo a Vilassar de Dalt. Anàvem a veure-la un cop a la setmana però evidentment la trobava a faltar.

La meva àvia ha anat empitjorant a mida que ha anat passant el temps. Però ara farà un any li van diagnosticar alzheimer. Aquesta idea em va terroritzar, pensava que arribaria un dia que no em coneixeria, a mi, que havíem estat sempre juntes. I ara, abans que arribés l’estiu, com si no en tinguéssim prou, va caure d’una manera molt forta, potser per culpa de la malaltia, i els metges deien que no hi havia res a fer. Aquell dia quan la vam anar a veure ens van advertir que no parlava ni coneixia a ningú, però en el moment que vam entrar, la meva germana i jo, va dir el nostre nom. Va ser un moment que no oblidaré mai. I encara que m’havien dit que no sobreviuria jo tenia una mínima esperança. Va passar una setmana i com jo pensava, molt lentament, es va anar recuperant. Ara no està del tot bé i té alts i baixos, però cada vegada que la vaig a veure i està contenta, me’n vaig de casa seva més tranquil·la.

Jennifer

Fa cosa de tres setmanes, dues de les meves millors amigues van marxar a estudiar fora. Amb elles he compartit somriures, plors, discussions però sobretot moments inoblidables. La Mireia que es troba a Irlanda, no tornarà oficialment fins al Juny i la Irene que s’està menys temps fora de casa, quatre mesos a Canadà, la tindrem aquí abans que comenci el nou any.

Les trobo molt a faltar. Però no és el típic “et trobo a faltar” que dius quasi sense pensar. Em refereixo a la sensació que vaig tenir els dies 23 i 24 d’agost a l’aeroport del Prat. Era el moment de l’última abraçada, el darrer t’estimo i et trobaré molt a faltar, cuida’t. No sabia quanta raó tenia afegint-hi aquest quantitatiu, molt.

Vaig tenir una sensació d’angoixa, d’impotència, de tristesa però a la vegada de felicitat, perquè tenen una oportunitat única d’aprendre, fer-se grans i viure noves experiències. Tristesa per no poder-les tenir presents el temps que estaran fora. Impotència quan les veia allunyar-se pel control policial i en veure enlairar-se l’avió. I per últim l’angoixa que per uns segons va envair-me, pensant ja està, han marxat, no puc fer-hi res. Encara que seguirem en contacte no estaré present quan tinguin un problema, ni el seu primer dia d’escola. Pensar que puguin fer amics que les omplin més que nosaltres, potser això és el que més m’amoïna.

Per més que els pares diguin que estaran aquí aviat, que “ningú és imprescindible”, no comparteixo la mateixa opinió. Potser és cert, ningú és imprescindible, o potser no, només sé que ara ha de passar temps i he de tornar a la normalitat de sempre per poder respondre aquest ‘potser’. Ara per ara, les necessito tant com a la meva família, ja que l’amistat per a mi és molt important.

Paula

I us preguntareu per què aquest títol no? Molt fàcil, no heu tingut mai ganes de cridar al món que l’únic que voleu és que us deixin tranquils, sense pressió, sense que a cada segon que no somrius et preguntin què et passa, sense ningú que t’envolti sinó tu i nomes tu.

El meu pare diu que a vegades això et passa perquè estàs trist i que ell quan era petit tancava els ulls molt i molt fort i esperava a que quan els obris tot el que no li agradava desaparegués. És clar que, de petit, tot és bastant més diferent.

La meva tristesa es basa en una sola persona en la qual l’únic que em podria fer feliç seria un somriure seu i que per diversos motius de moment no veuré fins d’aquí un temps, a mi ja no em valen les paraules d’ànim o les abraçades…

I és que a vegades el millor remei és pensar que sempre hi haurà algú pitjor.

Bé sé que no està molt ben explicat però és difícil descriure el sentiment que tinc a dintre. Seria una cosa així: “adjskdfuhdughtfrkiutrkj” i a la vegada un “…” espero que la gent a qui algun cop li hagi passat això em pugui entendre.

Ariadna