El baile, más que un deporte
andreaaranda | 3 gener 2015Desde que era pequeñita me ha gustado bailar, cuando tenía 6 años mi madre me apuntó al típico casal que duraba 2 semanas y recuerdo que por la tarde siempre venia una profesora y nos enseñaba algunos pasos de baile, a mí me llamó la atención y le dije a mi madre que quería hacer baile y al principio me gustó mucho pero al final de 2 meses o menos me cansé de ir cada tarde a bailar.
Cuando me desapunté de baile, me empezó a gustar el teatro, así que me apunté, pero tampoco estuve mucho tiempo. Un día vino una amiga mía y me dijo de apuntarnos a flamenco, a mí la idea no me disgustó pero, eso de ir con un vestido, una peineta en la cabeza y sentir la música flamenca… No. Así que no lo hice y estuve tiempo sin hacer nada.
Cuando tenía 11 años, mi madre me llevó a una escuela de baile, entonces fue cuando me empezó a gustar el baile, iba cada tarde con muchas ganas y decidida a mejorar los pasos de baile para que saliera todo perfecto en el festival que hacían cada verano. Pero pasó algo malo, y es que, mis padres decidieron mudarse a Barcelona, entonces tuve que dejar el baile y todo, me costó muchísimo irme de allí y volver a Barcelona, donde ya había vivido. Al principio me acuerdo que me enfadé bastante con mis padres.
Estuve desde los 12 años hasta los 14 sin hacer nada, porque no quería apuntarme a baile, aunque me encantaba, pero no quería que me hicieran otra vez lo mismo. Una amiga mía, me insistió en apuntarnos a funky juvenil, fuimos a probar y cuando probé aquella clase, después de haber estado años sin bailar, fue algo muy raro, volví a sentir la ilusión que tenía a los 11 años.
A día de hoy sigo bailando y he probado diferentes tipos de baile: funky juvenil, hip hop, batuka, salsa, bachata, reggaeton…, etc. Si estoy triste o me preocupa algo, lo único que me alegra es pensar que tengo baile, ahí se me olvida todo lo malo, solo pienso en la coreografía y en sentir la música. Por eso puedo decir que para mí, el baile es más que un deporte.
Andrea